por Eliseo Sequeira, desde Montevideo
Como la información del 2016 ya la habíamos tratado a mediados de enero de este año, decidimos analizar algunos aspectos puntuales, no del anuario en si, pues estadísticas son estadísticas, sino como resultado de los datos que el mismo ofrece.
Visitantes ingresados
Es recurrente que en esta cifra se incluyan los visitantes que están en tránsito (menos de un día de permanencia en el país), los que técnicamente no son turistas. Como su número y proporción ha aumentado (de un 3,85% del total de visitantes en 2012 paso a ser un 8,2% en 2016), tal vez algún día este grupo se desglose igual que los cruceristas, por sus características particulares. Y se estudie cómo lograr que pasen de ser "en tránsito" a turistas.
Con respecto al número, en el anuario se lo compara con el 2015, verificándose un incremento del 12,26%. Pero como el comparativo del número según los distintos orígenes se realiza respecto al año 2007, buscamos la cifra y nos encontramos un incremento del 83,36%. Cabe señalar que el 2007 es el año con el menor número de visitantes de la administración frenteamplista.
Gasto de los visitantes
El gasto de los visitantes (sin cruceristas) ingresados al país en 2016 medido en dólares fue un 3,35% más que el del 2015. Si comparamos con 2007, fue un 125,59% mayor.
Pero este incremento no debe llevar a exitismos. Recordemos que en julio, en una presentación realizada por la Economista Mercedes Comas, una de las responsables de Price Waterhouse and Coopers en la realización del Observatorio Hotelero, señaló que a pesar del incremento de los ingresos en dólares corrientes entre el 2010 y el 2016 ,cayó un 14% el gasto en pesos constantes y un 23% el gasto per cápita en pesos constantes.
Si consideramos que la cotización del dólar al último día hábil de diciembre de 2007 era de $ 21,5, el correspondiente a 2010 era $ 20,103 y el de 2016 era $ 29,34, y agregamos la inflación correspondiente, la caída en pesos constantes entre 2007 y 2016 es mucho mayor.
Estos datos muestran que hoy más que nunca, el gobierno debe proponerse seriamente a contemplar los reclamos empresariales relativos a la rentabilidad, y determinar mecanismos que no sigan sacrificando ésta. Y ello sin descuidar la competitividad del Uruguay, ni todo lo relacionado con los aspectos salariales.
Desde este punto de vista, causa gran preocupación lo expresado por la Ministra respecto a la devolución del IVA en los gastos pagos por tarjetas (crédito o débito) emitidas fuera de Uruguay, diciendo que el año próximo, cuando terminara esta devolución, probablemente se evaluara otro tipo de medidas para atraer a los turistas. Del punto de vista estricto, si el turismo receptivo es equiparado con una exportación, no corresponde aplicarle ningún impuesto directo. De hecho, la Ministra de Turismo, por su apoyo a esta medida así lo entiende. El que parece que no lo entiende es el Ministro de Economía. Igual que no lo entendía (la culpa la llevó Sendic) cuando se le aplicaba IMESI al combustibe de avión.
Crece la dependencia con Argentina
En 2016, el 71,8% de los visitantes residían en Argentina. Cuando vimos esta cifra, recordamos lo indicado en el Barómetro de Turismo chileno de octubre 2017. "La situación coyuntural del mercado argentino ha significado que su participación en el turismo receptivo chileno ha aumentado al 56%. Reconociendo que Argentina es y debe seguir siendo un mercado prioritario, se señala la peligrosidad de seguir aumentando la dependencia de un solo mercado, "que además está frecuentemente sujeto a altibajos económicos y a restricciones cambiarias que lo hacen vulnerable y errático en sus destinos de viaje". Si esto es válido para Chile, también lo es para Uruguay.
Los visitantes provenientes de Argentina crecieron un 114,33% entre 2007 y 2016, pasando de representar un 61,46% en 2007 al 71,8% en 2016. En el mismo período, los visitantes provenientes de Brasil crecieron un 50,65%, de otros países de América un 20%, y desde Europa un 9,6%. Salvo el caso de los argentinos, el crecimiento dista mucho del crecimiento total de visitantes, y habría que ver en el caso de otros países de América y desde Europa, si el crecimiento fue igual, menor o mayor que el aumento de asientos de avión disponibles. En el caso del Brasil, además de los lugares en vuelos, habrá que ver si se está teniendo una buena llegada a los tres estados del sur (Paraná, Río Grande del Sur y Santa Catarina), cuyos pobladores por idiosincracia y costumbres son los más afines a los uruguayos. Y para los brasileños, un "paseíto" de 1.500 Km en auto es "pan comido".
Portal de América