por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

La decisión fue tomada por las estaciones de servicio del departamento de Maldonado. Consiste en no aceptar las compras efectuadas con tarjetas de crédito de los sellos OCA y VISA, debido a los altos aranceles cobrados por estas tarjetas (4%) que significa renunciar a la mitad de las ganancias de la venta. Las tarjetas de débito VISA pueden ser usadas para pagar sin ningun inconveniente, al igual que TODAS las tarjetas de crédito y débito de otros sellos. Un detalle importante es que otras tarjetas de crédito uruguayas cobran aranceles entre 0% y 1%. La diferencia comercial es abismal.

El coordinador del programa de inclusión financiera del Ministerio de Economía (MEF), Martín Vallcorba, también salió a criticar la medida. Según él, "son los mismos aranceles que aceptaron hace pocos meses". Pero no queda claro de cuáles aranceles se está hablando. Según las negociaciones realizadas (con la clara intención de volver a "congelar" una solución legislativa a los aranceles cobrados por los plásticos, entre otros temas donde hacen gala de una clara posición dominante), los aranceles de las tarjetas de débito, que estaban en 2,5%, iban a ir bajando hasta llegar a 0,85%...por ahora quedaron en 2%. Por su lado, los aranceles de las tarjetas de crédito, que estaban en 4,5% para las compras en una cuota, iban a ir bajando hasta llegar a 2,25%...por ahora quedaron en 4%.

La ministra de Turismo en declaraciones a radio Monte Carlo dijo estar "sorprendida y dolorida” por esta decisión de los estacioneros de Maldonado, agregando “Es un daño para el turismo”. O sea, los que dañan al turismo son los estacioneros, y no los sellos que cobran aranceles cuatro veces mayores que sus competidores. Claro, hay que ver qué porción del mercado tiene cada uno, y si esta medida afecta en algo esa distribución. Actualmente, VISA es el sello internacional y OCA es el sello nacional con más tarjetas de crédito emitidas a nivel local. En el cobro de aranceles, ¿estarán haciendo uso de su posición dominante?

Ambas autoridades, ¿están defendiendo a los usuarios y el turismo, o a los sellos de crédito dominantes?

En todos los niveles de gobierno se está viendo una desesperación por imponer una bancarización de la economía con "fórceps", disfrazada con el pomposo título de "inclusión financiera". Y en aras de esa bancarización se presiona con distintos instrumentos fiscales y legales aprobados gracias a la mayoría parlamentaria. ¿Quién se beneficia? Que cada uno saque sus cuentas, y vea qué tanta libertad en el consumo ha ganado o perdido.

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