por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

La Argentina, y en consecuencia todos los argentinos, estamos como dice Levy Yeyati en su libro recién editado, lejos de todo y en vez de decir como antaño Álvaro Alsogaray, quien me honrara con su trato, “Hay que pasar el invierno”, opta por decirnos que hay que cruzar el desierto. En el caso de Aerolíneas Argentinas, será su personal quien deberá “secarse el sudor, sacar las patas de la arena, levantar la mirada, cruzar el desierto” para que “su compañía” pase a ser “nuestra compañía”, y a sus aviones se los pueda mirar en el aire y no en el desierto.

Está de más decir que Aerolíneas Argentinas hoy día es absolutamente inviable, ya que depende de los fondos que aportamos todas y todos mediante el pago de impuestos. Ese dinero dulce que le ingresa graciosamente, facilita su desmanejo absoluto y la falta de compromiso de sus actuales gerenciadores, desde Recalde hasta abajo del todo.

Estos sólo esperan que llegue fin de mes para cobrar sus suculentos e inmerecidos salarios, y  en estos últimos días de su gestión, que debería ser ponderada judicialmente por su mala praxis, demuestran una  absoluta desaprensión levantando, siguiendo con la metáfora de Levy Yeyati, una tormenta de arena que nubla la vista y los demás sentidos, para hacernos creer que la ocupación plena de sus aviones, es un éxito de su gestión.

Lo cierto es que la actual política de ventas en pesos, con cuotas de 12 meses sin intereses cuando la tasa de inflación es del 30%, y el valor del dólar, moneda en la que se pagan la mayoría de los insumos de la empresa, es desconocido e impredecible, no sólo está agravando sus problemas económicos y financieros, sino que puede poner en serio riesgo su continuidad.

Esta situación se agrava  porque los postulantes han convertido sus propuestas electorales en meras estrategias de marketing, para hacernos creer que el desierto que deberemos cruzar es un paraíso de abundancia y bienestar, y nada se animan a adelantar sobre el modo en que modelarán nuestro provenir.

Por el momento, y en virtud de lo dispuesto por la ley 26412, la empresa no se podría privatizar, y su única carta de futuro será, siempre dentro de la órbita del Estado, una gestión innovadora y profesional.

Pues bien, ante este panorama que en verdad resulta preocupante, mi intención es dirigirme a los gremios aeronáuticos para que en representación del personal comiencen a preocuparse por el futuro de su empresa.

Es obvio que la realidad se impone, y no es necesario ser un genio para advertir que Aerolíneas Argentinas está en una situación muy comprometida a punto tal que, hipocresía por medio, más de uno seriamente piensa en dejarla quebrar, haciendo que sea la crisis la que le solucione este problema.

Los dirigentes gremiales  y el personal deben hacerse a la idea que los fondos para la empresa serán limitados por uno o dos ejercicios y luego deberían ser eliminados, ya que si no es sustentable no se justificaría que el erario le siga aportando fondos. No debe olvidarse que no califica para gestionar créditos, lo que constituye otro límite para una futura gestión.

El personal de la empresa, representado por sus gremios, debería iniciar acciones y gestiones ante los actuales responsables de su administración para poner fin a este dispendio de recursos que es su actual política comercial y de recursos humanos, que podríamos ejemplificar diciendo que se pretende hacernos creer que controlando el dolor, se cura la enfermedad que lo causa.

Siguiendo con la metáfora del desierto, no olvidemos que es el mejor lugar para conservar aeronaves ociosas.

Los gremios deberían estar en alerta y exigir como mínimo a los actuales administradores, que a falta de idoneidad profesional, por lo menos den muestra de honestidad política, dejando de embarrar el presente y el futuro inmediato de la empresa que bastante complicado ya es.

Si no lo hacen, que mañana no se conviertan en “la última grela” de la historia de lo que habrá sido  su compañía, porque puede ser que como dice el recitado del tango, que se tengan que ir todos y todas “…juntas un día, como si fueran una pequeña y extinguida raza con ojeras. Este tango relata la última de las grelas,  descubre su definitivo paso fantasmal, sobre el asfalto recién amanecido de una Aerolíneas Argentinas espectral…".

En este momento, la gente de Aerolíneas Argentinas quizás esté a tiempo de evitar que una historia se convierta en recuerdo, y para ello no solo hay cruzar el desierto, sino prepararse para ello…

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