El transporte aéreo y el comercio del dinero
Lunes, 31 Agosto 2015 17:44

El transporte aéreo y el comercio del dinero

“El dinero que hay en el mundo es 12 veces el PBI mundial. Es una cifra de dinero tremenda, y a eso le tenés que sumar los mecanismos financieros. Hay mucha liquidez. Yo creo que la deuda de los países es totalmente impagable. Y tengo como fundamento esto. Estados Unidos tiene 2,5 veces de deuda que su PBI; Italia 1,4 veces; Alemania 0,8 y muchos otros países como Francia, no tienen capacidad de ahorro. Hay un endeudamiento en el mundo que es cada vez mayor y solo se puede mantener con la rueda de la felicidad….cuando comprar y vender dinero es mejor que producir trabajo es una catástrofe….” Hugo Sigman (Vicepresidente de la Unión Argentina de jóvenes empresarios).

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por Luis Rizzi, desde Buenos Aires

Hugo Sigman no solo es un exitoso empresario de la industria farmacéutica sino que asimismo  financió la producción de dos películas muy exitosas “Relatos salvajes” y “El Clan”.

Estas declaraciones que hemos transcripto fueron tomadas del diario El cronista del pasado 28 de agosto, y nos han servido de pie no solo para ratificar algunas de nuestras ideas que venimos exponiendo desde hace años, sino también para volver a reflexionar sobre la finalidad esencial del financiamiento.

El financiamiento tal como lo conocemos, no es más que un simple comercio de dinero que en gran parte se usa para generar ficciones económicas. Las últimas burbujas financieras, la de 2008 y la actual de China confirman esta regla que nos resistimos a aceptar.

Más aún, cuántos negocios que vemos a diario no resistirían su exámen económico.

Uno de ellos es el transporte aéreo, que en general se sustenta en el tremendo flujo diario de dinero que genera, más que en su viabilidad económica.

Las tarifas aéreas son en general, y me refiero a las de clase economy, extremadamente bajas. Y cada vez que se conviene entre las líneas aéreas algún tipo de ajuste a la suba, como pasó recientemente en la ruta Buenos Aires-Madrid,  la que realmente incrementa sus tarifas, que fue Aerolíneas Argentinas, es la que queda descolocada, mientras que las presuntamente incumplidoras intentan aunque más no sea por unos días ganar ventas.

En verdad y lo que llama la atención, es este oximorón de la comercialización del transporte aéreo cuyo objetivo sería generar ventas antieconómicas para sustentar un incremento o mantenimiento de una oferta en exceso.

Un viejo resabio de aquella máxima que se nos enseñaba en el sentido que en el transporte aéreo la oferta genera demanda, lo que como todo tiene algo de verdad y algo de mentira, ya que no cualquier oferta genera demanda y el hecho que se genere demanda no quiere decir que haya detrás una empresa de transporte aéreo sustentable.

La sustentabilidad debe ser una condición de todo negocio y cuando este se sustenta, admítase la redundancia, en el mero comercio de dinero, como dice Sigman la catástrofe está a la vuelta de la esquina.

Hoy, el comercio de dinero se esconde de muy diversas formas, y una de ellas es el transporte aéreo, ya que el avance de las matemáticas permite mantener negocios que como se dice en la jerga moderna, son de baja, nula o negativa rentabilidad. Cuando todos sabemos que la rentabilidad no tiene términos medios, o se gana o se pierde.  Pero eso de nula rentabilidad o rentabilidad negativa, son esas  mentiras que se repiten diariamente enfáticamente como si de ese modo resultaran más creíbles. La renta es utilidad o beneficio que produce  una actividad, y el financiamiento solo sería legítimo cuando se usa como accesorio al capital para producir bienes o servicios. 

Esto significa que el financiamiento tiene dos límites, el primero que no es un fin en sí mismo, como lo decía Sigman, y el otro es que no debe destinarse para sustentar gastos, o dicho de otro modo, para sustituir pérdidas o falta de rentabilidad como norma.

En el transporte aéreo, el modo más común de financiamiento es la venta anticipada de billetes cuya duración generalmente es de un año. En economías estables puede ser un modo legítimo, siempre que, como todas las actividades humanas, se realice con razonabilidad. En economías como la Argentina puede ser nefasto, donde la inflación y la eventualidad de la consecuente devaluación son amenazas siempre latentes. Por ese motivo algunas líneas aéreas extranjeras limitan en el tiempo la venta de sus billetes, para cubrirse que eventuales diferencias de cambio le jueguen en contra.

Don Miguel Acerenza me acaba de enviar una llamativa publicidad aparecida en el diario Excelsior de México en su edición del pasado 30 de agosto, en el que se ofrece un Outlet de billetes aéreos.



En este caso no se tiene en cuenta la finalidad del Outlet, que es la de ofrecer a precios irrisorios productos con leves fallas o ya pasados de moda, pero nunca he visto un Outlet de nuevos productos.

Las ofertas de nuevos productos  o servicios podría ser una aplicación del Outlet. En el transporte aéreo, el símil podría ser para promocionar nuevas rutas o la aparición de una nueva línea aérea. En ese supuesto, ese gasto seria imputable a publicidad o gastos de lanzamiento.

En estos desvíos del endeudamiento no solo cae el sector privado sino también los países, caso emblemático es el de Grecia porque transcurre en estos momentos y es otro caso de endeudamiento impagable como decía Sigman.

El negocio aéreo, y esto surge de la lectura de los balances que se pueden conocer o de las rentabilidades obtenidas, es un negocio netamente financiero, y el lucro está en el aprovechamiento circunstancial de los flujos de dinero que se generan diariamente. Eso explica que en general las remuneraciones excedan o pierdan relación con la rentabilidad.

Va de suyo que si los gerenciadores percibieran remuneraciones mucho menores, diría no más del 20% de las vigentes, su esfuerzo se dirigiría a hacer del transporte aéreo un negocio rentable, y entonces la oferta seria menor, el precio de los billetes en clase economy sería mucho más elevado y menor las diferencias con las clases superiores.

Tengamos en cuenta que la clase business se creó más que como una mejora de la economy, como una disminución de lo que era la primera clase hoy casi en extinción.

Las mayores tarifas erradicarían la llamada alta densidad actual, y las tarifas de las clases superiores sería solo un 15 o 20% mayor  a la de economy plena.

Los programas de fidelidad deberían graduarse teniendo en cuenta no solo la distancia ,sino también el modo de pago, premiando el efectivo, los viajes largos y especialmente las ventas directas, pero con el mayor énfasis en la forma de pago y el modo de compra del billete.

Para concluir, repito la afirmación de Sigman… cuando comprar y vender dinero es mejor que producir trabajo es una catástrofe…y creo que hoy día el transporte aéreo esconde compra y venta de dinero como su objetivo esencial.

Portal de América

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