Definir sobre Aerolíneas Argentinas, pero no ahogarla
Jueves, 28 Abril 2016 21:10

Definir sobre Aerolíneas Argentinas, pero no ahogarla

Tiene razón Isela Costantini cuando  en las “conversaciones”  del diario La Nación decía que no es posible que los 40 millones de habitantes financien una empresa deficitaria a lo largo de sus 65 años y que usan unos tres millones de personas. Fue muy clara al decir que el objetivo de su gestión es: “Lograr una empresa que sea sustentable en tres años…no puede ser una empresa que dependa permanentemente de subsidios” La nación 27/4/2016 Sección Conversaciones”.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Es razonable que se fije un plazo de no más de tres años para hacerla sustentable, y si no se consiguiera el objetivo adelantar que se liquidará, no como amenaza, sino como consecuencia lógica de las prioridades que debe fijar un Estado, no ya un gobierno. Y es obvio que hoy para Argentina el transporte aéreo estatal no es una prioridad.

 

El caso Aerolíneas Argentinas tiene también otra posibilidad de análisis, la imposibilidad de recuperar los “costos hundidos” y en ese caso hay que preguntarse si se justifica destinarle dineros públicos a una empresa que durante 65 años y con distintas administraciones, salvo en uno o dos ejercicios, siempre generó pérdidas y por tanto no fue capaz de sustentarse.

 

Lo peor sería ahogarla, porque ello significaría un fracaso  y una peligrosa señal de improvisación del gobierno y probablemente fuente de un conflicto no mensurable. Digo esto porque según un rumor que comenzó a circular desde la noche del miércoles 27 de abril, se habría reducido drásticamente la partida presupuestaria destinada a subsidiarla, justo horas después de la entrevista a la que hicimos mención.

 

Pero lo que se debe tener en cuenta es que para que el transporte aéreo pueda ser viable y sustentable, que es la cuestión que debe resolver este gobierno, debe modificarse la legislación, administrativa, fiscal, aeronáutica y laboral.

 

Se deben actualizar y flexibilizar las condiciones de trabajo, facilitar la integración gremial  bajo la denominación del “personal aeronáutico”, facilitar la agremiación por empresa ya que no es posible que una línea feeder, que podría ser el primer paso para experimentar el “low cost” en el país, tenga que tratar con una multiplicidad de gremios representativos de diferentes especializaciones que ya en su base atentan contra la unidad que debe imperar en todo emprendimiento  colectivo, como lo es una empresa.

 

Se deben contemplar diferentes regímenes fiscales   para líneas “feeder”, por ejemplo tasas diferenciadas para el uso de la infraestructura necesaria para realizar los vuelos.

 

Se debe terminar con las inútiles audiencias públicas para asignar rutas y derogar la ley 19030 llamada de “política aérea nacional”

 

Y lo último y no menos importante, ubicar al transporte aéreo dentro de todo el sistema de transporte.

 

Como vemos Aerolíneas Argentinas es un problema, pero la cuestión es el transporte aéreo, o mejor dicho el transporte en la Argentina.

 

Desde ya entenderíamos que se hubiera tomado la decisión de liquidarla, pero ello se debió haber resuelto al inicio del gobierno. Hubiera sido una decisión muy justificable y comprensible.  

 

Obviamente no lo es ahora cuando según Isela Costantini se fijó un plazo de tres años para llevarla a su plena sustentabilidad y ello habría generado confiabilidad en su gestión.

 

Si fuera cierto que el gobierno reduciría en más de cien millones de dólares la partida presupuestaria que le fuera asignada, estaría cometiendo el peor de los errores, en todo caso sería el Congreso el poder de gobierno que debería tomar esa decisión.

 

En último caso esa decisión hubiera sido comprensible si también se hubiera tomado al inicio de la gestión de la licenciada Costantini.

 

Recuerdo que en la Fundación Pensar habría planteado la cuestión diciendo que para saber que se podría hacer con Aerolíneas Argentinas, era necesario fijar una política de transporte y dentro de esa política saber con qué recursos contarían los nuevos gerenciadores de la empresa para hacerla sustentable.

 

Es cierto,  quizás esa misma pregunta o planteo lo debería haber hecho Isela Costantini cuando le fue ofrecido el cargo.

 

Portal de América

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