por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Si bien no asistimos personalmente hemos recibido bastante información sobre lo hablado en el 14o Foro Anual de Líderes de Aerolíneas de ALTA.

En primer lugar destacamos lo expuesto por Enrique Cueto, en mi opinión uno de los CEOs más idóneos que hay en nuestra America Latina en materia de transporte aéreo. Pienso que hubiera tenido una excelente relación con Willy Rwynal.

Personalmente hace años que venimos bregando por lo que llamamos “cielo único latinoamericano”, es decir la creación de un espacio aéreo en el que estén vigentes las nueve libertades del aire, para las empresas de la región.

Luis Felipe de Oliveira, dijo que “…en 2016, las aerolíneas de la región transportaron 262 millones de pasajeros, aumentaron su flota a 2064 aviones para una edad promedio de flota de 7,6 años, e iniciaron operación a 60 nuevas rutas", lo que obviamente es insuficiente.

Siempre es bueno comparar y en el ámbito de la Unión Europea, Ryanair transportó durante 2016 131.000.000 de pasajeros, con una flota de alrededor de 400 aviones y con una capacidad para realizar 2000 vuelos diarios.

Ryanair transporta alrededor de 350.000 por día lo que nos hace presumir una ocupación que oscila entre el 90 y 92 por ciento. Esto explica que cuando lanza una oferta de 500.000 asientos para volar en determinadas rutas por un valor de 5 o 10 euros está poniendo a la venta el 4% de la capacidad ofrecida por mes. Es obvio que esas ofertas apuntan a ocupar ese 5 o 10% de espacio libre que en promedio habría en las rutas que se promocionan.

Ryanair vuela en un espacio que es un cielo único, enlaza muchas ciudades de un mismo país o de países diferentes que no eran atendidas por las llamadas “tradicionales”, de donde si bien es obvio su competencia es dura también contribuye a crear tráfico.

Uno de los mas conocidos “secretos” del “low cost” es el volumen de tráfico y el desmenuzamiento de la tarifa y al final de cuentas y en un trazo muy grueso, la diferencia de precio entre las llamadas “low cost” y el resto de las líneas aéreas para las rutas concurrentes no oscila en promedio mucho mas de un 10 a 15%. Es la diferencia entre la atención en general totalmente despersonalizada del “low cost”  y el resto.

Cueto también hacía hincapié en las trabas laborales que impiden a las líneas aéreas contratar pilotos de otra nacionalidad, crítica que compartimos.

En esa línea de pensamiento en nuestro anteproyecto de reforma al código aeronáutico, proponíamos la siguiente redacción para el art. 106 del código aeronáutico vigente, lo que impulsaba el inicio de un cambio cultural en la materia: ARTÍCULO 106. – En los servicios de transporte aéreo el personal que desempeña funciones aeronáuticas a bordo deberá ser  argentino. En los casos que las empresas acrediten la falta de personal argentino podrán recurrir a personal nacional de los países que integran el MERCOSUR como miembros plenos o socios, países con los cuales existan tratados de integración en cualquiera de sus formas, y si aun no hubiera posibilidad de cubrir las vacantes necesarias a personal no nacional sin limitación alguna.”

En lo que marcamos una diferencia con Enrique Cueto es en lo referente a la baja rentabilidad del sector que creo estimo en un 2% como máximo. Lo cierto es que son las propias líneas aéreas las que fijan sus tarifas y  regulan la capacidad ofrecida. Hay un razonamiento muy simple, cuanto más se incrementa la oferta, mas bajan los precios.

También es cierto que se debe tener en cuenta que  el Transporte aéreo es muy sensible a la inestabilidad económica, y la Argentina en especial y America Latina en general no ofrecen garantías de estabilidad, condición que algunos países han comenzado a cuidar en los últimos años, como son los casos de Chile, Perú, Colombia, Paraguay,  Bolivia, Ecuador y Uruguay.

Debemos tener en cuenta que los desatinos de Venezuela, de alguna manera impactan negativamente en la región ya que todos nuestros países siguen teniendo muy vivo el enano populista.

Es de esperar que estos apuntes no pasen inadvertidos para nuestras autoridades y en especial la derogación de las tarifas mínimas.

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