Volviendo sobre la economía colaborativa
Jueves, 22 Marzo 2018 22:29

Volviendo sobre la economía colaborativa

“La nueva economía colaborativa: ¿se trata de compartir o es una simple relación comercial?”. Jean Tirole. La economía del bien común.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Pienso que el derecho laboral, tal como lo conocemos, está absolutamente calcificado ya que como dice el propio Tirole, el derecho laboral francés, como en general el nuestro, está pensado a partir del asalariado industrial y del asalariado común sin considerar la diversidad de actividades, de establecimientos y de posibilidades que están surgiendo consecuencia de las nuevas tecnologías.

 

Es obvio que una gran empresa está en mejores condiciones para pagar una mejor indemnización en caso de despido sin causa que una PYME o una pequeña empresa familiar. Lo mismo pasa con otros derechos, como vacaciones, licencias o los derechos que se conceden de modo universal sin ponderar sus costos ni las diferentes posibilidades.

 

El gremialismo se refugia en lo que dio en llamar “conquistas laborales” y no tienen en cuenta no ya al trabajador “informal” sino al teletrabajador, el autoempresario, el trabajador autónomo, los “free-lance” y otras tantas modalidades que va imponiendo el avance tecnológico.

 

Por ejemplo, que relación legal debería tener un piloto de línea aérea, que tenga la jerarquía de comandante con la línea aérea ¿laboral, civil, comercial, profesional?.

 

Pensemos un comandante, distinto seria el caso de los primeros oficiales. El comandante tiene derechos y obligaciones que exceden el marco meramente laboral. Por ejemplo tiene el derecho para suspender un viaje por razones técnicas; durante el vuelo entendiendo la preparación y la terminación, debe proceder según su saber profesional y no debe recibir ni obedecer órdenes del empleador, por el contrario tiene la obligación de imponer sus decisiones.
La única obligación formal sería la de cumplir con los vuelos que se le fijen.

 

Es el responsable de mantener su patente o habilitación profesional, sin ella no puede volar.

 

Este somero análisis vino a cuento para que se advierta las particularidades que ya no pueden ser reguladas como se lo venía haciendo hasta ahora.

 

La economía colaborativa, también escapa a los conceptos conocidos ya que esencialmente trata de sacar provecho a recursos infrautilizados, que puede ser una habitación de una casa de familia vacía; un automóvil que el dueño usa muy poco; una ana de casa que tiene habilidades para cocinar, no tiene capacidad para hacerlo en escala, pero si para servir a unos pocos clientes; una persona que conozca muy bien una ciudad, un pueblo, un barrio un museo y tenga tiempo disponible para hacer de guía circunstancial.

 

De este modo se generan intercambios informales y circunstanciales, porque no hacen a una tarea habitual, sino de carácter excepcional para lograr ingresos adicionales a la vez que el beneficiario de esos servicios pagará un precio menor que al vigente en la economía tradicional.

 

No se debe comparar con el “low cost”, como lo venimos diciendo, esta es una técnica financiera y de marketing pero que forma parte de la economía y el comercio tradicional.

 

La economía colaborativa es otra cosa.

 

El caso UBER muy mal resuelto a nivel internacional y local.

 

Los servicios que presta esa empresa o plataforma digital constituye una innovación que cambia el sistema de alquiler de autos con chofer, sean taxis o remises.

 

El chofer de un “UBER” esta super controlado por el sistema, se verifica su recorrido, el pago se hace por medios bancarizados, no hay dinero negro como se dice falsamente y con mala fe, como ocurre en el servicio de taxi común, el auto esta controlado por el estado ya que debe cumplir con la revisión técnico periódica, la idoneidad del conductor está calificado por el propio usuario en tiempo real. Se ahorra combustible y contaminación ya que no circulan sin pasajeros, usuario y chofer están conectados vía la telefonía celular con terceros.

 

No cabe duda que es un servicio más económico y mejor controlado que el servicio de taxis y remises.

 

Esta modalidad, consecuencia del avance tecnológico torna en obsoleta la actividad del taxista tradicional. Ya no sería necesaria conceder una habilitación especial, que tiene un costo inútil, se terminaría con esta práctica viciosa de ceder y traficar las licencias lo que debería estar prohibido por el estado.

 

Las habilidades especiales que se exigen a los taxistas, hoy la suplantan con mucha mayor precisión los GPS.

 

El alquiler temporario de habitaciones de casa de familia, que en comienzo fueron los famosos “bed and breakfast”, no es una actividad comercial, es consecuencia de un nuevo sistema económico.

 

Lo mismo ocurre como lo señalé en una nota anterior con esta modalidad de ofrecer itinerarios turísticos en autos propios o arrendados por el viajero.
Hay muchas leyes, costumbres, usos, culturas que deberemos archivar y ver estos fenómenos desde una nueva perspectiva.

 

¿Se podrá…?

 

Portal de América

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