por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Ahora parecería que tenemos un dólar realmente libre, un nuevo tipo de dólar. Su precio lo fija -en teoría- el mercado, ese colectivo impersonal que lo gerencian unos pocos mayoristas. Es un mercado oligopólico, pero podemos comprar y vender cuando se nos viene en gana, sin tener que ir a las cuevas ( lugares en los que se trafica “off the law").
Lo concreto para las líneas aéreas registradas en la República, es que sus costos, en poco más de un mes, se incrementaron en un 30%, que es el porcentaje de devaluación desde fines de abril.
Lo mismo ocurre con el turismo.
Respecto a este rubro el que preocupa es el emisivo, que equivale al mercado importador. Este turismo tiene dos vertientes muy diferenciadas que obvio apuntan a segmentos muy definidos del mercado.
Uno es el mercado de empaquetados, el de los IT, o también llamado el mercado “commoditie”. Este se verá afectado porque en general es el mercado de la clase media, donde más impactan los gastos.
La otra vertiente, sin llegar a ser un turismo VIP, es de la clase media más alta que coincide con los deciles 9 y 10 en el nivel de ingresos. En ese segmento estimo que no habrá mayores variaciones, ya que ese sector resiste cualquier devaluación del monto de la ocurrida recientemente. Son gente muy dolarizada.
La gran incógnita es el turismo receptivo y el interno.
Vayamos por el primerio. Obvio que nominalmente se abarata, pero hasta que la demanda naturaliza el impacto de la devaluación de la moneda local, podría ser que los precios locales se devoren la devaluación, de donde estaríamos igual que al principio.
Una cosa que debemos hacernos cargo es que la economía tiene una dimensión estética, y cuando sus principales variables oscilan de modo grosero, como ocurre en la Argentina, las devaluaciones poco influyen en nuestro comercio exterior, ya que ese comercio tiene una lógica que hace posible la previsión.
Días pasados un operador del exterior me solicitó algunas cotizaciones sobre destinos con posible demanda, pues bien todas las cotizaciones las recibí en dólares o en su equivalencia en pesos, de donde el potencial viajero del exterior no recibía ningún beneficio cambiario, salvo la excepción del IVA que es un 21% sobre la tarifa facial.
Nos queda el turismo interno. Pienso que el turista local se encontrará con la misma referencia, por el solo hecho de la devaluación los precios se incrementaron en la misma proporción.
Esto significa que el turista de “paquetes” no podría viajar ni al exterior ni dentro del país.
Vayamos ahora al transporte aéreo. Las empresas registradas en la República estarán en problemas, ya que la mayoría de los costos, salvo el laboral y algún otro, son en dólares o euros. Las tarifas al exterior se mantienen en dólares, por lo que se han encarecido un 30% para los que partimos desde Buenos Aires.
El cabotaje estimo que no resistiría un incremento del 30% y evidentemente el bus podría verse beneficiado.
Es obvio que especialmente Aerolíneas Argentina se verá en problemas y esta vez se justificará el enojo del Señor Dell’Acqua que seguramente pensará “Justo ahora se les ocurrió devaluar…”. En fin, nos pasa por vivir en la Argentina.
Según me cuentan Andes verá afectada su producción de “charter”, ya que ese segmento se verá, en mi opinión, muy afectado. Tendrá que defenderse con los vuelos regulares en los que puede obtener mejor rendimiento tarifario que Aerolíneas Argentina y Austral, dado que sus costos son menores.
Queda el gran interrogante de LATAM. El cabotaje argentino parecería ser marginal para el grupo y probablemente ensayen alguna variante “exprés”. Lo que le importa al grupo es el mercado internacional y en ese segmento está muy bien posicionado, en especial en el regional y el continental americano.
Como vemos la “Revolución de los aviones” poco a poco se va convirtiendo en una fallida estudiantina en la que al muchacho, la chica se le fue con otro justo cuando se estaba por diplomar…
Pero al menos por ahora, el Ministro seguirá en funciones y el transporte aéreo además de estar flojo en economía, seguirá estando flojo de papeles como escribió Pablo Potenze en otro portal aeronáutico.
La legislación es arcaica y casi todo lo que se hizo es ilegal…
No le vayan a echar la culpa al FMI…que tampoco la tiene…
Portal de América