por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Pese a las dudas y los rumores que circulaban en el medio, lo cierto es que Norwegian comenzará a operar en el cabotaje con aviones nuevos, lo que marcará una clara diferencia con Flybondi y probablemente con Andes, pero el problema mayor lo tendrá Aerolíneas Argentinas dado que depende de subsidios, necesidad que se prolongará en el tiempo, lo que además podría ser visto como una competencia desleal, cuando menos atento a lo dispuesto en el inc. K del artículo 3 de la ley 27.442.
Destaco lo de aviones nuevos porque ello le garantiza mayor certeza para el cumplimiento de horarios y un menor costo operativo por avión.
No parece que el Estado esté en condiciones de financiar a Aerolíneas Argentinas, y en especial luego de conocido el objetivo de llegar a déficit primario cero (antes del pago de intereses y amortización de la deuda). El examen de sus balances nos hace dudar sobre su viabilidad económica, salvo que se asuma la necesidad de producir un cambio sustancial en su sistema de gestión y que su personal esté dispuesto a protagonizarlo asumiendo las obligaciones del caso renunciado a beneficios que hoy son imposibles de financiar.
Flybondi ya le quitó trafico a Aerolíneas Argentinas y cabe suponer que la ofensiva de Norwegian y la expectativa que generará Jet Smart para vuelos regionales incrementará ese desvío de pasajeros, ya que el mercado es reducido y nosotros creemos que está conformado por alrededor de cinco o seis millones de pasajeros con una recurrencia de algo más de 3,5/4 puntos.
En nuestra opinión es difícil que el mercado pueda crecer, ya que está condicionado por el marco recesivo del momento que seguramente se prolongará por un tiempo.
Todo indica que recién a partir de 2021 la situación general podría mejorar y lograr un crecimiento mínimo del 3% anual del PBI.
En este lapso además es probable que los pasajeros que en Aerolíneas Argentinas hayan acumulado puntos en los programas de fidelidad se apuren a utilizarlos y comiencen a migrar a las nuevas ofertas.
Hacía referencia a la ley 27.442 ya que considera como prácticas restrictivas de la competencia “…prestar servicios a precios inferiores a su costo, sin razones fundadas en los usos y costumbres comerciales con la finalidad de desplazar la competencia en el mercado o de producir daños en la imagen o en el patrimonio o en el valor de las marcas de sus proveedores de bienes y servicios”.
Es obvio que Aerolíneas Argentinas incurre en esa práctica ya que sin subsidios las tarifas que ofrece deberían ser mucho mayores. Esto se debe tener en cuenta ya que incluso la empresa podría ser obligada a reparar los daños que haya causado por vender sus servicios a precios inferiores a su costo de producción.
También los gremios aeronáuticos deberán moderar sus reclamos cuando ponen en tela de juicio la safety de las nuevas líneas que están operando, comparando implícitamente con la mayor seguridad que ofrecería Aerolíneas Argentinas.
Quizás la gente de Aerolíneas Argentinas debería ir pensando en recurrir al programa de clemencia previsto en la ley.
Pensemos que el subsidio no solo impacta en sus costos sino también en el costo de financiación. Es obvio que es difícil creer que la empresa pudiera financiarse en el mercado y en su caso que pudiera afrontar su costo. El subsidio tiene doble consecuencias como vemos que distorsionan la competencia.
Las autoridades que regulan el transporte aéreo comenzando por “guillo” para los íntimos y a la cabeza de la cuestión tendrán previsto estas consecuencias….
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