por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay

En reciente sobremesa familiar me sorprendí comparando lo que podría pasar ahora si no gana el FA con lo que les pasó a los militares.

Los militares se la creyeron.

El FA también.

Los uruguayos son muy raros e imprevisibles. Diría rarísimos.

Bajó el desempleo, los atascos cada día son mayores porque sobran los cero kilómetro; uno entra a un centro comercial y duda si seguimos siendo tres millones porque ve gente por todos lados.

En las pasadas vacaciones ví en el Caribe más uruguayos que argentinos.

Los agentes de viajes emisores están "de bigote para arriba"

Como no pasaba desde épocas gloriosas sale un grande a jugar al exterior y lo acompañan miles de hinchas.

No nos extrañaría que en este momento las estadísticas digan que el uruguayo volvió a ser el mercado emisor número uno para Argentina.

En la dictadura pasaba algo parecido

Había plata dulce, era impensable alojar a un uruguayo en hoteles que no fueran 5 estrellas en Brasil y no la patentamos pero el ¡dame dos! también se decía en charrúa, en Miami, París o Londres.

Entrar a una oficina pública era un deleite, funcionaban!!!

Pero, el peligro de salir a la calle no era que te robara, te disparase un menor o te coparan los chorros, no, en esa época te paraban los que bajaban de las Veraneio azules y aunque les gustara tu cara te llevaban en cana igual. Si tenías suerte salías pero muchos no contaron con ella y fueron torturados, muertos y desaparecidos.

La soberbia les llevó al plebiscito de 1983 y le metimos el NO entre las cejas.

Jamás olvidaré un Congreso de AUDAVI en Córdoba Capital ese año con la actuación de Rada en vivo y muchos de los que ahora están leyendo fueron conmigo a bailar a Keops en Villa Carlos Paz y con la música de Piero y de Pedro y Pablo con la Marcha de la bronca, cantamos abrazados y saltando lo que un rato antes habíamos coreado en una plaza cordobesa: ¡Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar!!

Y se acabó.

Ahora la cosa es diferente pero hay un hilo conductor indiscutible: la soberbia.

Esa que le permite a Mujica hacer añicos a la institución presidencial con su imagen impresentable y un léxico soez impostado y generalmente inoportuno y reirse de todos nosotros porque sigue impune después de las componendas con López Mena.

La misma soberbia que le permite a Lorenzo eximirse de la gran culpa de su paupérrima gestión como ministro en el caso Pluna que le costó su futuro, su imagen y no solo que se presenta en una lista como candidato a diputado sino que habla de dignidad en un spot publicitario. La misma soberbia que su colega de juicio, Fernando Calloia quien podría haberse quedado piola, en su casa y no aparecer en otro spot pidiendo el voto para Astori, el que se equivocó con Pluna, según él mismo.

Similar soberbia a la demostrada en todo el período desde Turismo y desde Transporte, creídos que inventaron la pólvora.

La opción posible

No tengo elementos para evaluar a Lacalle Pou porque no lo conozco y nunca estuvo en el poder. No lo voy a votar pero podré criticar favorable o desfavorablemente su gestión cuando la cumpla si es que eso le depara el destino pero, hace una año y medio Lacalle Pou no figuraba en las chances ni de él mismo, no existía políticamente. Tengo testigos que vaticiné: ¡ojo si encara! y no porque creyera que era muy especial sino porque representaba exactamente lo opuesto a lo que hay...¿hace falta abundar en la explicación?.

Si Lacalle Pou es Presidente no va a ser específicamente porque ganó el Partido Nacional, sector que sigue siendo tan variopinto e inentendible como el Partido Colorado de hoy, será porque perdió el Frente Amplio.

Fui militante wilsonista, estaba del otro lado de los milicos.

Soy independiente políticamente, aunque en las dos últimas elecciones nacionales voté al FA.

La presidencia de Mujica y la candidatura de Sendic me hicieron anunciar en junio pasado: Basta para mí, me bajo en la próxima

Y en las últimas horas he reflexionado bastante y en vez de irme temprano el domingo para estar en la FIT me iré de tarde y por la mañana voy a ir a votar y no lo voy a hacer en blanco.

Hay algo que tengo claro: no quiero dictaduras parlamentarias que se ríen una y otra vez de la Constitución. Quiero que tengamos un Parlamento serio y que haya comisiones investigadoras.

Voy a ayudar para que entre al Senado una cuarta voz.

Nos vemos.

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