Campiani es culpable hasta demostración de lo contrario (Parte I)
Domingo, 24 Mayo 2015 21:31

Campiani es culpable hasta demostración de lo contrario (Parte I) Foto Ricardo Figueredo El País
Todos sabemos o tenemos incorporado tácitamente  a nuestro razonamiento (a pesar de algunas disquisiciones jurídicas) que una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pues bien, la realidad, que es la verdad más contundente o única, demuestra que Matías Campiani para la inmensa mayoría de los uruguayos es la excepción que confirma la regla: es culpable hasta demostración de lo contrario.
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por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay

El 21 de diciembre de 2013 marcharon a la cárcel de Campanero junto a él Arturo Álvarez Demalde y Sebastián Hirsch, sus dos socios en LeadGate y por ende, en Pluna SA. Los cargos como todos saben fueron los de estafa especialmente agravada, de constituir una organización criminal para perjudicar al Estado en beneficio propio, palabras más o menos.

En abril de 2014 salió en libertad Álvarez Demalde. La única diferencia que tenía con Campiani y Hirsch era que no firmaba cheques por lo tanto no firmó ninguno de los 222 que Pluna emitió para pagarle a ANCAP de los cuales en tiempo y forma. honró 201, ni más ni menos que todos los que vencían durante la administración que ejercían en la ex aerolínea de bandera. Los 21 que quedaron sin pagar por Campiani y sus socios vencían después del 15 de junio de 2012, fecha en la que fueron "invitados" a devolver las acciones y dejar la conducción de Pluna.

En acta de directorio de Pluna SA del 25 de junio de 2012, uno de los directores designados, Pedro Apesteguía, además Director General de Secretaría del Ministerio de Economía y Finanzas que comandaba el después procesado Fernando Lorenzo, hizo constar que desde la citada secretaría de Estado se le había dado instrucciones a Raúl Sendic, en esa época Presidente de ANCAP, para que devolviese los cheques ya que la deuda de la SA pasaba a Pluna Ente quien otorgaría garantía suficiente a esa empresa estatal para su cobro. Obviamente Sendic no solamente desacató la resolución de la autoridad financiera sino que hizo rebotar uno de los documentos y lo presentó en su demanda por estafa en la justicia penal.

O sea, Álvarez Demalde "salió enseguida" por no firmar ninguno de los 201 cheques que se pagaron ni tampoco los otros 21 que no eran responsabilidad de sus socios.

Para salir de Campanero, Álvarez Demalde tuvo que ir hasta la ciudad de Minas para notificarse de su libertad ante la autoridad judicial y dar muestra que había pagado una fianza de cincuenta mil dólares. La defensa solicitó permiso para que viajase al exterior. Viajó al exterior.

En febrero de 2015 Sebastián Hirsch, el socio de LeadGate responsable de todo el sistema financiero puesto en práctica en Pluna, recluído en diciembre de 2013 junto a Campiani y Álvarez Demalde por estafa especialmente agravada y por constituir una organización criminal para perjudicar al Estado en beneficio propio, palabras más o menos, también salió en libertad.

Hirsch también fue a la ciudad de Minas a notificarse de su libertad y a demostrar que había pagado una fianza de cincuenta mil dólares. La defensa solicitó permiso para que viajase al exterior. Viajó al exterior.


Después del PDA, el New York Times y el Financial Times


Hay quienes entienden que el "Caso Pluna" es el mayor escándalo político de Uruguay de los últimos 50 años, en el que está implicado la plana mayor del gobierno del momento, léase su presidente, al menos dos de sus ministros y la máxima autoridad del banco estatal más importante. Directamente involucrado en toda la trama del sonado caso se encuentra un empresario al que ese gobierno por escrito le hizo llegar instrucciones para que presentara un proyecto de aerolínea para usar los aviones que fueron subastados el 1 de octubre de 2012 en una maniobra oscura, tam oscura que para garantizarle la tranquilidad a ese empresario para que jugase el rol que jugó, se le otorgó carta de indemnidad para él, todas sus empresas y hasta para la aseguradora extranjera que actuó garantizando y no cumplió. Toda esta parte de la historia se puede leer en el artículo editorial que publicamos también hoy con nombres y apellidos.

Penguin Random House, uno de los grupos editoriales más importantes a nivel internacional para su sello Sudamericana, el mismo de García Márquez, Isabel Allende, Jorge Luis Borges, Alberto Cortázar o nuestros Mario Benedetti, Mario Delgado Aparain, Diego Fischer, Leonardo Haberkorn o Fernando Amado entre otros, editó en mayo de 2014 Pluna, el riesgo de volar alto, libro que contó con los testimonios de los principales protagonistas de la Pluna de antes y durante LeadGate y de otros actores de primera línea en la historia.

A pesar del estruendoso silencio de los grandes medios la obra tuvo niveles de venta "similares a los de los buenos libros" según la propia casa editorial y prueba de ello es que en las próximas horas estará disponible la versión digital con un singular adicional en la bajada del título. En esas páginas quien lo quiera hacer, comprobará el otro relato -para nosotros obviamente el verdadero- que tiene puntos de contacto con lo que luego de la investigación realizada por los colegas del The New York Times fuese publicado el pasado 14 de mayo, un día antes de la visita de cárceles de la Suprema Corte de Justicia y 6 días antes que ese mismo tribunal, el jueves 21 de mayo  al cumplirse exactamente 17 meses de su reclusión por unanimidad, dictase la libertad de Matías Campiani.

Pero como si eso fuera poco, este viernes 22 de mayo, la noticia cruzó el Atlántico y el británico Financial Times también se hace eco de la liberación del exCEO de Pluna y dice de modo contundente: ""A pesar del historial positivo en materia de Derechos Humanos y la reputación de sólidas instituciones, Campiani tuvo la desgracia de que el Uruguay es una de las pocas democracias en el mundo que no respeta los convenios internacionales de Derechos Humanos, ya que permite que alguien sea encarcelado antes de que se pruebe su culpabilidad."

Bochorno internacional


Este domingo 24 de mayo, el Director de El Observador, Ricardo Peirano en su columna Reflexiones liberales titula: Bochorno internacional y dice: "La liberación de Matías Campiani, exgerente general de Pluna SA, no pasó desapercibida para la prensa internacional. Nada menos que The New York Times y el Financial Times se hicieron cargo de la noticia en sendas crónicas publicadas con destaque el día jueves". Más adelante agrega: "El Times citó a Raúl Oxandabarat, director de comunicación de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), explicando que la liberación de Campiani se debía, en parte, a que había estado en prisión casi la mitad del tiempo que le hubiera tocado como máximo si hubiera sido condenado por fraude y, en parte, a la buena conducta de Campiani durante su estadía en prisión. Pero el gran problema es que nadie sabe cuál hubiera sido la sentencia de Campiani. Incluso podía haber sido menor que la máxima. O podría haber sido declarado inocente, como sostiene Luis Moreno Ocampo, exfiscal de la Corte Internacional de Justicia. Y entonces, ¿cómo se determina “un tiempo en prisión” sobre una pena que no se sabe cuál será y ni siquiera si será? Menos aun tiene que ver la buena conducta de Campiani en prisión, donde no debió de estar hasta haber sido acusado formalmente."

¿Y el bochorno nacional?


El mismo día de la liberación de Campiani de Campanero, los reportes de la TV uruguaya seguian pasando la salida de Campiani y sus socios del juzgado de Crimen Organizadoel 21 de diciembre de 2013 esposados subiendo a la camioneta, sosteniendo de esa manera el relato que se instaló en la segunda parte de 2012 y que recién ahora, después de los artículos del New York Times y del Financial Times parece que empieza a cambiar.

En el buscador del PDA escribiendo Matías Campiani aparecen 180 artículos y en varios de ellos, ya hablamos de todo esto, de Moreno Ocampo, de KPMG, de la insólita actitud de la justicia uruguaya, de la inocencia de Campiani y además, el libro.

En el buscador del PDA escribiendo Pluna, van a encontrar los últimos 500 artículos publicados con todo lo relacionado al caso y allí van a encontrar de todo, también lo que dice el diario neoyorquino y también el londinense.

Mientras tanto en Montevideo, los grandes titulares  de junio de 2012 tras la salida de LeadGate de Pluna hablaban de una deuda de más de 300 millones de dólares y "olvidaban" colocar los activos de más de 290 millones.

Aparecía un libro que decía que Campiani cobraba tres millones de dólares por concepto de despido cuando habían sido tres millones de pesos y el mismo libro contaba que Campiani, Hirsch y Álvarez Demalde se habían asignado en 2011 varios bonos de cientos de miles de dólares cuando la propia jueza de los Santos en su fallo habla de un solo bono por 38 mil dólares.

Son estos simples ejemplos de como se han dado los hechos, por ello recomendamos humildemente empezar la autocrítica acerca del bochorno nacional para ponerse a tono del internacional.

Al que le caiga el sayo, que se lo ponga.

Nos vemos.

Portal de América

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