Este martes 19 de diciembre se supo que la jueza de Crimen Organizado María Helena Mainard decidió no hacer caso al pedido del fiscal especializado en Crimen Organizado, Luis Pacheco, quien había solicitado la condena al exministro de Economía Fernando Lorenzo por el delito de abuso de funciones en el caso Pluna, ya que no encontró elementos para hacerlo, pero sí decidió condenar por el mismo delito al expresidente del Banco República (BROU), Fernando Calloia, ya que, "fue quien dictó el acto administrativo que otorgó el préstamo a la empresa Cosmo. Luego fue aprobado por el directorio, pero él dio órdenes a sus subordinados sobre este aval", leemos en el diario El País.

Muy bien amigos, vamos a hacer a partir de ahora, que conocemos esta noticia, un trabajo en el que vamos a mezclar información con opinión, al estilo Portal de América.

Lo primero que hay que decir para situar al televidente es que el fallo nos sorprende y que una vez más, "la queda" el más débil.

Si Fernando Lorenzo no hubiese confundido a Pluna con una panadería y en vez de preveer que iba a perder 20 millones de dólares al final del 2012 hubiese reparado en los 250 millones que la exaerolínea de bandera le había generado a la economía uruguaya en 2011, seguramente no se habría dejado influenciar por el resultado de la interpelación de Moreira a su colega de gabinete Pintado de fines de mayo de 2012 y habría respaldado la operación con el ING Bank de Londres que tenía aprobado un fideicomiso para Pluna contra la caja de la empresa en Brasil por 30 millones de dólares. Lorenzo no respaldó la operación, muy por el contrario, de forma muy poco ortodoxa le exigió a Campiani la devolución de las acciones de Pluna SA porque de lo contrario...la dejamos ahí.

En ese momento, la Pluna que nunca nadie había logrado enderezar, volaba a 15 destinos, tenía 13 aviones nuevos de la misma marca, había triplicado la cantidad de pasajeros transportados y su facturación y ganaba reconocimientos y premios en el exterior. Pero a partir de ese 15 de junio de 2012, Lorenzo había logrado lo que le exigía la tribuna, como resultado de un relato alevoso, falso y conducido, que había demonizado a Campiani y sus socios y se los había sacado de arriba. Uruguay tenía la mejor Pluna de la historia y el Estado era el propietario del 100% del paquete accionario.

Entre el absuelto Lorenzo, el ileso Pintado y el intocable Mujica, veinte día después de haber logrado ese estado ideal, cerraron Pluna.
Nosotros dijimos en su momento que habían consumado una herejía y el tiempo y el resto de casi todos los uruguayos, nos fueron dando la razón.
El 12 de setiembre de 2012, el por siempre ileso e intocado ministro de transporte Enrique Pintado nos mintió a todos en conferencia de prensa en la torre ejecutiva cuando nos dijo que se suspendía la subasta de los 7 aviones que había comprado Pluna y garantizado el Estado (los otros seis se trajeron por leasing, se devolvieron y no se perdió nada, a pesar que todos, prensa incluida, tasaron en 120 millones esto y los metieron dentro de los supuestos 300 millones que perdió Leadgate y que nadie pudo demostrar hasta ahora que fuera verdad.

Decíamos que Pintado nos mintió ya que la postergación que anunció tras la suspensión, para el 1 de octubre en el Prado, fue porque solo había cuatro oferentes. Recordemos los duros tres minutos de intercambio que sostuve, sentado en primera fila de la sala de conferencias con Pintado, escuchemos el audio.

Bien, como dijimos ese día, el 1 de octubre no había ni siete, ni cuatro ni un oferente interesado en los "siete malditos", entonces hubo que fabricar uno y fue lo que hicieron entre Mujica y López Mena y así renació Calvo Sánchez. Decimos renació porque en el ministerio de Pintado ya lo conocían porque había ido a comprar en abril del mismo 2012, para López Mena, la empresa Colonia Express, ¿lo recuerdan?.

Esa tarde del 1 de octubre, luego de que en el pabellón de España yo dijera que me parecía buena noticia la venta de los aviones porque liberaba al gobierno del karma del otorgamiento de la garantía, cuando llegué tarde a una nueva conferencia en la torre ejecutiva, y le pregunté al colega Less de Canal 10 que había pasado, me contó que Pintado había anunciado lo que ya todos sabíamos, la compra de los siete aviones por 137 millones de dólares. Yo le pregunté si había estado "el gallego" refiriéndome a Calvo Sánchez y cuando me dijo que no, le respondí "entonces hay joda". Less me miró sorprendido y me dijo que no me entendía, si hacía un rato en el Prado había dicho lo contrario. Le aclaré: "hay joda, porque si fuera verdad, al gallego lo hubiesen mostrado como un trofeo".
No hace falta recordarles que efectivamente hubo joda ¿verdad?.

El 4 de octubre, o sea tres días después de la parodia de subasta en el Prado, se juntaban dos cosas, el envío de un fax desde el ministerio de Economía como fue anunciado en el PDA, en que se le explicaba a López Mena como debía hacer para conformar la nueva aerolínea que iba a utilizar los aviones subastados. Reitero, tres días despúes de la parodia de subasta, se le instruyó por fax a López mena que era lo que tenía que hacer para usar los aviones que había subastado Calvo Sánchez. Esa noticia fue prácticamente destruída por la famosa foto de Diego Batiste de El Observador, en el Restaurante Lindolfo.
El día siguiente, 5 de octubre de 2012, fue un día que López Mena nunca olvidará.
Empezó alborotado temprano con la prensa que repetía por todos los medios que Calvo Sanchez había actuado por su cuenta y orden en el remate trucho de los aviones de Pluna.

Para tratar de no quedar cercado por el escándalo, citó a los principales referentes de la oposición a una oficina en Carrasco, y les juró y volvió a jurar que no tuvo nada que ver con la subasta y que solo había presentado a Calvo al gobierno, que sabía que podía tener contactos en Europa a nivel de empresas aeronáuticas.
Así fue que desfilaron por esa oficina, por separado, los senadores Bordaberry, Ope Pasquet, Luis A. Heber, Jorge Larrañaga y el diputado Pablo Mieres, a los que López Mena se presentó como víctima ya que el Brou pretendía se hiciera cargo del aval como garante de Cosmo, ya que había sido él quien había gestionado la emisión de tal documento.

Entre reuníón y reunión, recibió López Mena llamadas del BROU, urgiéndolo a que concurriera a firmar tales documentos.

Promediando la tarde y por no concurrir a firmar al Banco, recibió llamada de Presidencia de la República, convocándolo a una cita con el Presidente Mujica para tratar el tema.

Así fue que López Mena tuvo una noche por demás complicada, reuniéndose con Mujica, Lorenzo, Calloia, Apesteguia, Baraibar y Alberto Brescia, que lo conminaron a que firmara como garante de Cosmo la documentación en el BROU, ya sea por sí mismo o por Buquebus, lo que no ocurrió.

Fue tal el grado de crispación que Mujica ya jugado a todo para que López Mena firmara, que les anunció a Lorenzo y Calloia que habían fracasado en la gestión y mirando a Lorenzo le dijo: "A usted, lo mató la velocidad" y señalando a Calloia le dijo y "Usted se comió un garrón".

Esta información es absolutamente cierta, la hemos encontrado en el expediente de la demanda del ex asesor legal de López Mena, el abogado Daniel Rocca, de la cual extractamos precisamente ese segmento:

Cita con representantes de la oposición. A todo esto la información que la prensa brindaba respecto a que detrás de la compra de los aviones estaba López Mena, comenzó a generar preocupación y preguntas por parte del sistema político, proveedores, entidades financieras, etc., en que basa su desempeño empresarial tal persona, por lo que le asesoré respecto a que medidas tomar para evitar males mayores y transmitir con precisión en que consistió su intervención en el tema.

Sin perjuicio de las explicaciones que en forma privada López Mena dio a distintos operadores vinculados a su actividad comercial sobre su participación en los hechos, que fueron las dichas al firmante, se llegó a la conclusión que correspondía mantener entrevistas personales con los distintos representantes del sector político integrante de la oposición, de forma tal de generar certidumbre y evitar se afectara aún más la imagen del demandado y actividad de sus empresas.

Así fue que el día 5 de octubre de 2012, a partir de la hora 13.30, López Mena, con mi participación profesional, coordinó a través de su asesor Sr. Guillermo Lussich, para recibir por separado en una oficina sita en el barrio de Carrasco, frente al hotel del mismo nombre, primero, al Sr. Presidente del Partido Nacional y Senador Luis Alberto Heber, luego a los Sres. Senadores por el Partido Colorado, Dres. Pedro Bordaberry y Ope Pasquet, posteriormente al Sr. Senador por el Partido Nacional Dr. Jorge Larrañaga y por último al Sr. Secretario General del Partido Independiente, Dr. Pablo Mieres.

A todos ellos López Mena expresó que su participación personal en los hechos fue la expuesta ut supra, en cuanto a que no tenía nada que ver con Cosmo, reiterando que solicitó a instancias del gobierno, ya que no había interesados en el remate, a su conocido Sr. Calvo, tratare de interesar a alguna empresa para que participare de la subasta, y que su único interés comercial era ver la posibilidad de arrendar algunos de los aviones, entregando como prueba de ello el borrador del contrato de arriendo de las aeronaves confeccionado por el firmante.

9.- Reclamo de Brou para que López Mena firmara garantía por Cosmo. En el transcurso de esa tarde y entre dichas reuniones, dijo el demandado haber sido contactado vía telefónica y electrónica por autoridades del Brou, a los efectos de que pasara por el banco a firmar los documentos que respaldaban su actuación como avalista ante tal institución por la garantía que emitió a favor de Cosmo y que le permitió actuar en la subasta, lo que sugerí rechazara de plano ante la explicación que me fuera dada por López Mena, que no tenía que ver con el negocio en sí.

Ante tal decisión y al poco rato de comunicada la misma, López Mena recibió un llamado telefónico, según dijo, del Sr. Julio Baraibar, asesor personal del Sr. Presidente de la República José Mujica, convocándolo a reunirse con el primer mandatario a la hora 19 de ese mismo día en su oficina de la Torre Ejecutiva, por el tema en cuestión.

10.- El demandado me solicitó le acompañara a esa cita, expresando una preocupación, tensión y presión manifiestas ante lo que consideraba el incorrecto proceder del gobierno de que se hiciera cargo de garantizar ante el Brou, el aval emitido por dicha institución a Cosmo, por la compra de los aviones en el remate, en lo que una y otra vez dijo no tuvo nada que ver, por lo que resultaba fundamental para su contención, garantías y derecho contar con mi participación profesional.

Fue así que culminadas las citas con los representantes del arco político opositor partimos en el coche del demandado rumbo a la Torre Ejecutiva, en la Plaza Independencia, a la que ingresamos directamente, para mi sorpresa, a su garage.

11.- Reunión en Torre Ejecutiva. Llegados al piso once de la Torre Ejecutiva, donde se ubican las oficinas del Sr. Presidente, fuimos recibidos por el citado Sr. Julio Baraibar, persona de mi conocimiento desde el año 2004, quien dispuso el traslado de López Mena hacia el despacho presidencial, mientras el dicente fue invitado a permanecer en otra sala en la que se encontraban los Sres. Ec. José Polgar (asesor del Ministerio de Economía y Finanzas), Sr. Pablo Ferrer (Director Gral. de Secretaria del Ministerio de Transorte y Obras Públicas), Ec. Daniel Olesker (Ministro de Salud Pública), a los que no conocía, y el citado Sr Julio Baraibar, con los que se habló de temas generales.

Al poco rato se presenta en tal recinto el entonces Sr. Secretario de la Presidencia de la República Dr. Alberto Breccia, colega que conocí en ocasión de su anterior desempeño como Senador, el que me informó que debía acompañarle hasta el despacho presidencial, ya que López Mena reclamaba la presencia de su abogado.

Ingresado a dicho despacho pude constatar la presencia del Sr. Presidente de la República José Mujica, al que anteriormente traté en temas sociales y empresariales, del entonces Sr. Ministro de Economía y Finanzas, Ec. Fernando Lorenzo, al que no conocía personalmente, del entonces Sr. Director General de Secretaria del Ministerio de Economía y Finanzas, Pedro Apezteguía, al que traté anteriormente en la Junta Nacional Aeronáutica, los citados Sr. Secretario General de la Presidencia, Dr. Alberto Breccia y Embajador Sr. Julio Baraibar, y López Mena.

A los pocos minutos se incorporó a la reunión el entonces Sr. Presidente del Banco de la República Oriental del Uruguay (Brou), Ec. Fernando Calloia, persona de mi conocimiento por temas profesionales.

El clima era tenso y crispado y pude constatar que López Mena se encontraba ensimismado y por demás preocupado, algo no habitual en él, situación que no comprendí a que correspondía.

Se dijo que mi presencia obedecía a la negativa de López Mena de firmar determinada documentación por decisión propia y para lo que tuvo presente el asesoramiento profesional dado por el firmante, por lo que era de interés de los presentes explicara el fundamento de mi posición, según ofreciera el demandado.

12.- Pretensión de firma de documentación.. La documentación que dichas autoridades de gobierno pretendían firmara López Mena estaba en poder del Sr. Director General de Secretaría del Ministerio de Economía y Finanzas, Pedro Apezteguía, quien me la facilitó y consistía en un formulario de fianza del Brou, por el cual la sociedad Los Cipreses S.A. (Buquebus), se constituía en garante de Cosmo ante dicho Banco, por el aval emitido a favor de tal sociedad para que participare del citado remate de los aviones.

Expliqué en detalle que de acuerdo a la información obrante en mi poder Los Cipreses S.A., de haber tenido interés en participar en la subasta lo hubiera hecho directamente o a través de una sociedad controlada y/o subordinada, previa autorización de sus agentes financieros, hipótesis que se descartó por López Mena, por la fragilidad jurídica del instrumento diseñado por el gobierno, condiciones de venta, precio de los aviones, etc., a cuyo respecto hasta formuló declaraciones públicas sobre su desinterés en el negocio, y añadí que menos aún se me planteó estudiara el tema de dar un aval por una empresa desconocida con la que no se mantenía ningún vínculo comercial ni de negocios como la española Cosmo, a cuyo respecto insistí sobre dichos del demandado, a que solo se limitó a presentarla a instancias del gobierno, a través de la gestión cumplida por el Sr. Hernán Calvo.

Dije además que no tenía conocimiento que López Mena hubiere consultado a los bancos que financian la operación de sus empresas para que alguna de ellas realizare una inversión de ciento treinta y siete millones de dólares y/o afianzare una obligación de Cosmo ante el Brou, por trece millones setecientos mil dólares, cifra coincidente con el aval concedido por tal entidad para posibilitar la participación en tal remate.

Precisé que los convenios de asistencia financiera con que se desempeña el demandado y sus compañías, tienen limitantes respecto a contraer nuevas obligaciones o desarrollar negocios conexos, ratios de endeudamiento que importan para el caso de incumplimiento modificaciones en la tasa de interés de los créditos, multas, designación de veedores y hasta determinar la exigibilidad inmediata de los créditos, según sea el grado de incumplimiento.

Tales explicaciones parece ser que fueron esbozadas por López Mena ante dichas autoridades gubernamentales antes de mi presencia en sala, no obstante lo cual requirió de mi participación para que detallara los temas profesionales a que aludí, ante la insistencia de aquellos a que firmara tal documento.

En base a lo dicho, el demandado se negó a firmar en su carácter de Presidente de Buquebus, el formulario de fianza del Brou, por obligaciones de la citada Cosmo, como contragarantía del aval dado por dicho banco, rechazando contraer tal obligación ajena.

Ante ello el citado Sr. Apezteguía, aportó otro documento similar con la única diferencia que en el formulario de fianza del Brou, el que aparecía como garante era el propio López Mena a título personal, por lo que reiteré los conceptos vertidos para el caso de la empresa, que se extienden a su accionista y, en especial, que nunca manejé profesionalmente dicha posibilidad por desconocerla.

13.- Fue así que López Mena ratificó su decisión de no firmar ninguno de dichos documentos, por lo que la tensión era manifiesta, ya que las autoridades de gobierno pretendían lo hiciere basados en que a su criterio existía un vínculo con la citada Cosmo, distinto al invocado por tal persona, por lo que, según ellos, correspondía asumiera tal compromiso.

En nuestra presencia hasta se comentó respecto a la posible discontinuidad funcional de algunos de los jerarcas presentes en sala, y sobre la futura relación de López Mena con el Estado, lo que denota la gravedad de la situación del empresario por el que estaba abogando en condiciones límite, cuyos negocios dependen casi en forma absoluta de la administración pública para su normal desempeño.

Fue así que el compareciente solicitó un breve cuarto intermedio para dialogar a solas con el demandado, al que le hice saber mi preocupación por el cariz de la situación y consecuencias que podrían aparejar a su persona y empresa.

Luego del intervalo, se concluyó que la única solución posible era que la oferente Cosmo culminara el proceso de instrumentación de las garantías ofrecidas al Brou, a cuyo respecto López Mena adujo que presentó, tal como lo hizo con el gobierno y tal banco, a dicha firma española a la aseguradora con que labora desde larga data en Argentina, Boston Compañía de Seguros S.A., para facilitar su presentación en la subasta, entidad que adelantó emitiría póliza de caución por el importe avalado por Brou, previo algunos trámites.

14.- A todo esto culminada tal rara y crispada reunión y ante el cariz que tomó la situación en mérito a la participación de medio gobierno en un asunto de la órbita del Brou, algo inédito en mis treinta años de abogado, reiteré a López Mena se condujera con especial prudencia para no verse involucrado en temas que siempre me dijo le eran ajenos y sobre todo para que no se afectare el desempeño de sus empresas de transporte que requieren autorizaciones públicas para prestar sus servicios. Incluso le manejé la posibilidad de ocurrir ante la Justicia si consideraba que los hechos aludidos importaban lesión de sus derechos y/o garantías tanto como ciudadano y/o empresario.

Esta es la cronología de los hechos, saquen sus propias conclusiones.

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