Hablamos de fatalidad ya que la víctima estaba en el interior de su alojamiento, no tenía nada que ver con lo que ocurría en la calle y su mala suerte hizo que la bala si bien ingresó a su cuerpo por una pierna, afectó una de las arterias vitales lo que hizo inevitable su muerte.
Si bien se trataba de un turista extranjero y una de las actividades con mayor incidencia en nuestra economía es el turismo y los brasileños, después de los argentinos son los clientes más importantes de Uruguay, no se deben mezclar estas particularidades con este dato de la realidad. Tiroteos y atentados, han pasado a ser cuestiones cotidianas a lo largo y ancho del globo y el destino no distingue entre residentes o visitantes. Las muertes son de seres humanos, de todas las nacionalidades, edades, etnias o religiones en cualquier parte del mundo. Esta vez sucedió en nuestro país, en nuestra capital.
Dentro de las reacciones que vimos en las redes sociales, pudimos apreciar infelices comentarios cargados de ideología o partidarismo, en general de muy mal gusto, incluso con humor negro.
A los uruguayos cada día nos cuesta más diferenciar entre lo que es la realidad y la ideología, el partidarismo, el fanatismo y muchas veces, la estupidez humana.
Como correspondía, el Ministerio de Turismo emitió un comunicado que compartimos.
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