Dublín más allá de sus iconos
Jueves, 08 Enero 2015 22:21

De izquierda a derecha, Cleaver East, bicis de alquiler, Tamp&Stitch (abajo), el río Liffey y una sesión de poetry slam (abajo). De izquierda a derecha, Cleaver East, bicis de alquiler, Tamp&Stitch (abajo), el río Liffey y una sesión de poetry slam (abajo). P. Osuna | Turismo de Irlanda.
La capital irlandesa ha empezado el año con energía. Dio la bienvenida a 2015 con los sonados festejos del New Years Festival y, recuperada de la resaca navideña, ha puesto todas sus energías en una destacada oferta de ocio, diseño, cultura y gastronomía.
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por Patricia Osuna

Sigue siendo la ciudad de la Guinness y de James Joyce. Pero Dublín no quiere encasillarse. Por eso ahora en sus pubs la pinta cede el turno al mejor whisky irlandés; la prosa del Ulises deja espacio a los versos de los jóvenes poetas que se baten en duelos de poetry slam; y el amor por la música y la danza se extiende en 2015 al diseño.

1. El whisky y su historia

No tiene pérdida porque se levanta frente al Trinity College, para entrar no hay que esperar las infinitas colas del Libro de Kells y, además, es más divertido. El nuevo Museo del Whisky Irlandés (www.irishwhiskeymuseum.ie) le gustará a los amantes del espirituoso en particular y a los curiosos en general. Acompañados de un guía y a través de distintas salas tematizadas se descubre la apasionante historia del whisky irlandés, todo un motor económico en el siglo XIX hasta que quedó eclipsado por la fama de su vecino escocés. El recorrido, de apenas una hora, culmina con una cata. Por ahora, la visita solo está disponible en inglés.

2. Bono, de cantante a hotelero

The Clarence es uno de los hoteles más populares de Dublín por su ubicación junto al río Liffey, su decoración elegante y, sobre todo, sus dueños: el ubicuo grupo de rock U2. Con tan solo 50 habitaciones suele ser difícil reservar alojamiento, pero lo que sí está al alcance de todos es su restaurante Cleaver East (entrada independiente por Essex Street East). El chef Oliver Dunne ofrece una carta con los mejores productos locales y el punto justo de refinamiento (la presentación no va en detrimento de la cantidad). Al lado abre sus puertas The Workman's Club, la antigua sede de trabajadores de Dublín convertida en garito donde escuchar conciertos en directo, duelos de poesía o participar en competiciones ¡de ping-pong!

3. Un museo a base de recuerdos

Otro rincón singular es el Little Museum of Dublin, un delicioso museo que narra la historia de la ciudad durante los últimos 100 años a través de objetos donados por los propios dublineses. Fotografías, cartas, libros y elementos decorativos sirven de excusa para rastrear los acontecimientos políticos y sociológicos más destacados de la capital irlandesa. Cuentan que Bono y su banda visitaron el museo de forma anónima y se quedaron sin palabras al llegar a la tercera planta, repleta de discos, libros, pósters y memorabilia de U2.

4. Nos conquista su diseño

Irlanda quiere despojarse del título de Isla Esmeralda y alzarse en 2015 como la Isla del Diseño. Para ello está impulsando espacios y muestras internacionales como In the making, inaugurada hace apenas una semana en The Coach House (junto al castillo de Dublín). In the making llega directamente del Museo de Diseño de Londres. En ella se muestran una veintena de objetos detenidos en distintas fases de su proceso de fabricación. ¿Extraño? Quizás, pero ahí radica su belleza: una bota de fútbol sin coser parece una máscara tribal; la pieza de cristal de la que se extraen las canicas no tiene nada que envidiar a una escultura de Murano; un silbato sin ensamblar se asemeja a una cabeza de ratón... No se la pierda si visita Dublín. Hasta el 17 de marzo.

5. Amor por Oriente


Un viaje en el tiempo y el espacio es lo que propone The Chester Beatty Library, una preciosa colección en un edificio anexo a The Coach House. Estampas japonesas, manuscritos persas, coranes, Biblias en etíope, papiros de los siglos I y II... Todos pertenecientes al magnate americano Alfred Chester Beatty (1875-1968), que invirtió parte de su fortuna amasada en la industria minera en objetos de arte y manuscritos del Próximo y Extremo Oriente. Una pasión a la que se entregó durante la mayor parte de su vida (el museo tan solo muestra los objetos que Beatty guardaba en su biblioteca, el resto permanece en manos de sus herederos). No esperes a que llueva para visitarla.

6. Turno para las compras

Dublín es la ciudad de la mítica Pennie's (más conocida en España como Primark). Pero quien busque algo especial está de suerte porque han proliferado las galerías y tiendas de ropa, cerámica, accesorios y juguetes made in Ireland. Si eres de los que disfruta con el shopping, toma nota de estas direcciones: Irish Design Shop (Drury St.) para textiles, cerámica o artesanía en madera; Design Yard (South Frederick St.) para joyas y arte contemporáneo; Juvi también diseña en oro y plata; Tamp&Stitch es un espacio creativo donde también se puede tomar café y algún tentempié. Sin irnos muy lejos, en el entorno de Essex Street se concentra un puñado de galerías: Project Arts Centre, Gallery of Photography, The Library Project (librería y sala de exposiciones), Graphic Studio Gallery y Temple Bar Gallery + Studios.

7. Lo más hip del momento

El local más hip de Dublín es The Dean, un hotel boutique en Harcourt Street. No hace falta ser huésped para disfrutar de las posibilidades que ofrecen sus diferentes espacios: en la planta baja, un bar lounge con toques industriales y luces tenues; en la azotea, un restaurante panorámico con vistas sobre los tejados de la ciudad; y en el sótano, el nightclub Everleigh para noctámbulos confesos. The Dean, vecino del icono verde de la ciudad (el parque de St. Stephen's Green), pone la guinda a esta zona de la capital en la que han proliferado las salas de conciertos como The 02, tiendas vintage, cafés, librerías...

8. Arte, irlandés y moderno

Aunque se encuentra algo alejado del centro, merece la pena acercarse hasta el Irish Museum of Modern Art (IMMA), un maravilloso espacio expositivo en el antiguo Royal Hospital de Kilmainham. Además de su colección permanente, hasta el 29 de marzo destaca la muestra de Duncan Campbell, artista irlandés ganador del Premio Turner 2014. Y porque el continente es tan importante como el contenido, quien lo desee puede realizar una visita guiada (y gratuita) al edificio histórico del museo.

Portal de América - Fuente: www.ocholeguas.com

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