Hasta el último bastión del socialismo o comunismo como fue Cuba, con la caída y desaparición de la URSS, el advenimiento de la Federación y el fin del subsidio de inicios de los noventa, buscó su remedio o salida con la inversión en hotelería y turismo de españoles y canadienses.
El mundo vertiginosamente fue menos ancho y menos ajeno para mucha mayor porción de sus habitantes y esa retroalimentación que generó la sustentabilidad del negocio, propició el inmenso desarrollo de la infraestructura general de los países-destino, movilizando incalculables masas de dinero en pro de ello.
En el Top Ten de los países que más turismo reciben en el mundo solamente vemos economías de mercado, hasta en la propia China popular que ocupa el quinto lugar de esa selecta nómina con más de 55 millones de turistas al año y una incidencia del sector en el PBI proyectada para la próxima década que superará el 11%.
Francia sigue firme al tope representando allí el turismo más del 7% del PBI con más de 85 millones de visitantes, precediendo a Estados Unidos con 75 millones; a España con 65; la China ya comentada; Italia con 48 millones; Turquía con 40; Alemania que llega a 33 con el Reino Unido pisándole los talones con más de 32 y cierran Rusia y México pero el último reporte del país azteca indica que ya superó los 32 millones y habría superado a los rusos haciéndose del noveno lugar.
Entonces
Cuando vemos la decadencia venezolana y el descalabro de Brasil, deberíamos dejar de hacernos trampas al solitario recitando arcaicos principios y ser realistas de una vez por todas admitiendo que deberíamos rezar un día sí y el otro también para que Mauricio Macri pueda salir adelante y que Argentina, más temprano que tarde se solidifique como la locomotora regional que tanta falta nos hace a todos los sudamericanos y a los mercosurianos mucho más.
Que si el gobierno del lado de acá es de izquierda y Macri tiene chapa de ser de derecha, debe importarnos un reverendo bledo (algún día averiguaremos que es un bledo)y trabajar codo a codo para convertirnos en el plan B de los que buscan el destino vecino. A ver si nos explicamos, Colonia creció lo que ha crecido en turismo porque está del otro lado del río y en Buenos Aires venden ese destino en el mismo folleto que venden La Boca y El Tigre.
Para quienes juegan las "Grandes Ligas" en el hemisferio norte países como Colombia, Perú, Chile y hasta Ecuador pueden resultar atractivos naturalmente para diversos propósitos como la inversión, el turismo, el intercambio, cultural o científico.
Pero pigmeos como Bolivia, Paraguay y Uruguay necesitan siempre de un buque insignia que parta las olas para desarrollar cualquiera de sus propósitos, fundamentalmente los económicos y por supuesto para todos los demás, incluido el turismo.
Una Argentina devenida en líder regional como la que pretende el expresidente de Boca, sabe que nos tiene que llevar de la mano y fue lo que vino a decirle Macri en Anchorena a Vázquez apenas asumió. Solamente teniendo dos dedos de frente como descontamos tiene, un hombre inteligente como nuestro presidente, debería tenerlo en cuenta cotidianamente pero muchísimo más en fechas señaladas como las del reciente bicentenario de la nación hermana. Si no lo hace, si lo olvida, si se borra, deberíamos estar de acuerdo (como lo estamos) con el título "El presidente preso" y sobretodo con el contenido del brillante artículo del periodista y economista Dardo Gasparré, ex director del diario El Cronista de Buenos Aires y del Multimedios América, publicado en El Observador recientemente.
Portal de América
Comentarios
Gustavo Fernández