Informa Réport en Línea que hace ya varios meses Río Negro dio el puntapié inicial e impuso una medida tributaria tendiente a sacar el mayor rédito posible del potencial de su principal destino, Bariloche. Estableció un régimen de percepción de ingresos brutos del 5% a la hotelería, cuando es contratada por agencias de viajes de otras provincias. En resumen, si una agencia porteña o de San Juan quería enviar un grupo a tierras rionegrinas en hoteles de 5 estrellas debía pagar una percepción del 5% sobre el total de lo facturado por esa contratación, a cuenta de futuros impuestos. Poco tiempo después, se amplió la gama de categorías alcanzadas.

De esta situación, surgieron dos grandes inconvenientes: primero, que como las empresas comercializadoras no estaban inscriptas fiscalmente en Río Negro, no tenían manera de recuperar el dinero retenido; y, segundo, que como la comisión de la agencia suele rondar el 10% sobre lo facturado, este impuesto se quedaba con al menos el 50% de su rentabilidad, haciendo inviable el negocio.

En un contexto nacional de caída del turismo interno (y del consumo en general), a Río Negro se sumaron con porcentajes similares Misiones, Mendoza, Córdoba, la Provincia de Buenos Aires y San Luis, poseedoras de varios de los principales polos turísticos argentinos. En cada caso, la implementación y sus mecanismos tienen diferencias, pero no son sustanciales.

Pero además, según le explicaron a este medio, en algunos de estos casos se suma el cobro de una tasa, al estilo del Sircreb (Sistema de Recaudación y Control de las Acreditaciones Bancarias), que impone una alícuota del 4% sobre el total de los movimientos bancarios, lo que genera en algunos meses unos créditos que son prácticamente imposibles de recuperar, por el gran volumen anticipado.

La consecuencia directa de este escenario es que las agencias, principalmente las corporativas, ya están dejando de ofrecer estos destinos entre sus principales opciones y, en caso de tener que venderlo (para no perder algún grupo o cliente importante), estarían buscando soluciones alternativas, como hacer la contratación del hotel a través de operadores locales.

“Nosotros en muchos casos estamos evitando la contratación directa para evitar ingresos brutos. Esto es así. Si vos contratás a través de un operador local no tenés ningún problema. La otra es que el cliente pague con su tarjeta de crédito en el propio hotel. Por eso, cuando son grupos hay que estudiar cada caso en forma individual para no meter la pata, porque con esta imposición a veces es mejor no hacer el negocio”, le explicó a este medio Sergio Durante, titular de Biblos, una de las principales empresas corporativas del país.

Desde la Faevyt, por su parte, manifestaron preocupación por este tema y aseguraron estar trabajando con las respectivas regionales para encontrar vías de diálogo con los gobiernos, porque a su vez, las operadoras y agencias de cada una de esas seis provincias se encuentran con la misma dificultad a la hora de emitir pasajeros a destinos de las otras cinco.

Teléfono descompuesto

Pero el problema es que en el seno de los gobiernos provinciales existe una desconexión o al menos una falta de diálogo entre los organismos tributarios y las carteras turísticas. Al ser consultadas por Rèport, gran parte de los ministerios, secretarías, subsecretarías y agencias de Turismo no estaban al tanto de esta percepción, del mismo modo que sus respectivos órganos fiscales tampoco conocen los efectos que la medida está teniendo o puede tener en el canal de comercialización y en la consecuente llegada de grupos y pasajeros individuales.

Quien sí conoce la problemática a nivel general es el ministro de Turismo de Misiones, José María Arrúa, quien afirmó: “No tengo el número de Rentas. Tendría que ver qué porcentaje de Ingresos Brutos representa para la provincia, pero sí puedo decir que el turismo en restaurantes y hotelería representaron 6000 millones de pesos del producto bruto, en 2014, casi el 5% del total de la provincia. Este gravamen, en los hoteles era del 3% y se llevó al 5%”. Pero, en ese marco, minimizó el impacto de la medida: “Habría que ver de qué manera se puede charlar. Nosotros necesitamos generar competitividad y no creo que ese porcentaje sea gran parte de la rentabilidad, con respecto a otras agencias de Brasil, por ejemplo. Es importante generar entre todos el beneficio de la devolución del IVA, que representa un montón en lo que es la facturación. Nosotros estamos trabajando con el Mintur y con la CAT para que se le saque ese 21% a los turistas internacionales que paguen con tarjeta de crédito su hospedaje en Argentina. Y Misiones se va a ver muy beneficiado por nuestra competencia asimétrica con Brasil y Uruguay”.

Por otra parte, al ser consultados por este medio, ni siquiera conocían esta situación las asociaciones hoteleras, representantes de los establecimientos afectados, quienes se interiorizaron a través del llamado del semanario. De hecho, son los hoteles los que actúan como agentes de retención, incluyendo ese porcentaje de percepción en la factura que se emite a la agencia. En ese instante, se empezó a movilizar la maquinaria institucional (además de la Faevyt, que ya trabaja el tema desde sus asesorías legales e impositivas).

Un importante agente de viajes porteño, con un amplio volumen doméstico, advirtió: “Nosotros hicimos algunos reclamos ante las agencias tributarias, pero es evidente que los estados provinciales necesitan plata. Las autoridades turísticas en general no lo saben o no conocen el detalle de la medida, así que se enterarán cuando les baje el número de visitantes y no sepan por qué”.

En coincidencia, el presidente de la Faevyt, Fabricio Di Giambattista, concluyó: “Nosotros hemos tenido reuniones con fiscos de varias provincias que, por una cuestión de necesidad, no ven la posibilidad de modificar en el corto plazo este problema. Y tenés que dejar de venderla. Hasta que se den cuenta de que alguien dejó de vender algo por esto, uno tratará de explicarlo”.

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