por R.P.

El grupo de Pais do Amaral llega con el respaldo de JPMorgan y con el objetivo de hacerse con el 100% de TAP, asumiendo deudas, para su posterior colocación en Bolsa. La alemana Lufthansa, integrada Star Aliance en la que también está TAP, mostró interés por el proceso de privatización, aunque no ha hecho oferta. Recientemente inauguró un segundo vuelo entre Alemania y Angola, un país donde TAP opera históricamente, al igual que Mozambique y Cabo Verde. Ese activo es un valor para la privatización, junto el estratégico que tiene Lisboa como puente hacia Latinoamérica.

Precisamente, Air Europa se quiere hacer fuerte en dicha área, por delante de Iberia, a la que ha sobrepasado en vuelos diarios en los últimos tres meses. En un encuentro celebrado ayer en Madrid con periodistas, Juan José Hidalgo no hizo ninguna referencia a este asunto ni fue preguntado por ello.

El principal escollo de la venta lo constituye la cuantiosa deuda (2.400 millones de euros), que el Gobierno luso pretende no asumir, más aún cuando los partidos de la oposición se niegan a la privatización de la antigua compañía de bandera. Al respecto, el ministro de Economía, Pires de Lima, ha subrayado que la venta no se va a realizar bajo presión, ni para apurar plazos ni eliminar candidaturas. Pero, por otro lado, la situación se ha agravado en los últimos meses con numerosos atrasos y algún incidente.

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