Lo que vamos advirtiendo en estos tiempos de “peste” es que los gobiernos se han desvertebrado, o dicho de otro modo, que no hay “gobiernos equipo”. Se toman decisiones, muchas veces respondiendo a los reclamos sectoriales que logran “gritar más” que los otros, o que hablando “bajito” tiene más “poder de llegada”.
Las ideologías son ideas que le dan un carácter al pensamiento personal y social, pero suele ocurrir que se confunde lo racional con lo real, pocas veces ocurre lo inverso. En política, como decía Juan José Sebrelli, la ideología vaciada de hechos es vacía, hueca y la política sustentada en hechos sin ideas es ciega, ese parece ser el drama de la política actual.
“…Creo que la industria va a cambiar, pero no creo que sea tan inmediato. La deuda de la industria como porcentaje de los ingresos se duplicó y eso significa que hay modelos de los que ya había dudas sobre su viabilidad y que hoy en día van a estar mucho más amenazados. En Europa ya ha pasado con muchas compañías que estaban en esa posición y creo que la situación en la región no es muy distinta, simplemente lleva un proceso más lento…Como la capacidad instalada de la industria es más grande que la demanda, va a existir durante un tiempo importante una presión fuerte sobre las tarifas. En el mediano plazo, independientemente de si hay algún movimiento industrial, lo que va a marcar la tendencia de precios va a ser la demanda…” Roberto Alvo, Ceo de Latam.
“El filósofo y sociólogo centenario Edgar Morin alerta desde los años noventa de la necesidad del pensamiento complejo como método para enfrentarnos a los diversos sucesos del devenir de la existencia. El pensamiento complejo trata de considerar las diferentes dimensiones de la realidad y se opone a los segmentos en los que las disciplinas científicas han acotado el conocimiento. Para Morin, las partes no se pueden entender sin entender el todo, nuestra falta de perspectiva global explica nuestra incapacidad para comprender el mundo”. Este párrafo forma parte de un artículo escrito por Mar Gomez Glez, que publicó el diario El País de España en su edición del 26 de mayo que se titulaba “El derecho a la complejidad”.
Días pasados uno de mis fieles lectores me hizo una crítica muy filosa en una conversación telefónica que intentaré resumir. “No te entiendo, nuestro problema es que no pensamos en el futuro, vivimos sumergidos en el presente, como mínimo debemos dibujar un futuro posible, tenemos que hacer maquetas, para que podamos elegir entre alternativas… y asi saber si queremos este futuro o este otro”.
Tuvimos una cuarentena de 240 días que hizo caer el PBI en un 9,9% con relación al 2019, creció la pobreza y el desempleo, no compramos vacunas y las que se compraron llegaron con cuenta gotas, no se mejoró la infraestructura hospitalaria sabiendo que se venían nuevas olas, y otra vez estamos como en marzo de 2020, ¿será un nuevo comienzo de un nuevo fracaso? y van…
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