El turismo en Sudamérica y su gobernanza. Parte II
Miércoles, 26 Febrero 2020 08:40

El turismo en Sudamérica y su gobernanza. Parte II

Para enfrentar el desafío de lograr una gobernanza eficaz del turismo, los gobiernos debieran dilucidar en primer lugar las siguientes cuestiones o preguntas claves, y ojalá haciéndolo en consulta con el sector privado, de modo de lograr los consensos necesarios y asegurar que esta gobernanza perdure en el tiempo.

TSTT-1250x115
Arapey 1250x115
Mintur verano 1250x115
CIFFT 1250x115
Fiexpo 2024 1250x115

por Eugenio Yunis, desde Santiago de Chile

1.    ¿Dónde se debe fijar la línea o el límite entre lo que, en una economía de mercado, corresponde a la iniciativa privada por un lado, y por otro lo que necesita de una intervención pública?

La acción pública en turismo es necesaria, ya sea para asegurar o al menos influir en el logro de un mejor desempeño y mejores resultados del sector turismo en su conjunto; también para responder a ciertos objetivos sociales que los gobiernos deseen alcanzar, como por ejemplo: asegurar el acceso universal al turismo, o incorporar a la economía formal a ciertos segmentos de la población, o fomentar el desarrollo de zonas extremas o aisladas, o contribuir a un desarrollo sustentable de las ciudades y comunidades receptoras de turistas, u otros objetivos políticos.

Responder a esta pregunta es importante porque la frontera de competencias entre uno y otro sector no es siempre evidente y es fundamental fijar dicha frontera para:
 
a) evitar intervencionismos innecesarios, b) no duplicar o invadir la labor de los privados, y c) no dejar tampoco que el turismo crezca sin ningún ordenamiento ni marco de desarrollo territorial en el cual debe necesariamente insertarse.

2.    Complementariamente hay una segunda pregunta ligada a la anterior: ¿qué fórmulas de colaboración o asociación público-privadas son las más convenientes para definir objetivos compartidos y para que ambos sectores trabajen armónicamente para lograrlos?

Las formas de colaboración pueden ser muy variadas y cubrir distintos ámbitos de actuación. Desde una simple consulta ocasional al sector empresarial organizado, hasta su participación activa y con derecho a tomar decisiones en cuerpos colegiados público-privados, pasando por una serie de opciones intermedias. Y desde el tema central de definición de políticas públicas de turismo, hasta temas como el desarrollo tecnológico, la promoción turística, la recolección de estadísticas y su análisis, etc. etc.

3.    Si se ha decidido que debe haber compromiso y acciones del Estado en relación con el turismo, como es universalmente aceptado, entonces la tercera pregunta es: ¿a qué nivel territorial y jurisdiccional deben situarse este compromiso y cada una de las acciones que el Estado ejecuta: al nivel central, regional o municipal? Pregunta clave y compleja, ya que su respuesta debe permitir conciliar las decisiones microeconómicas de inversión pública y similares -las que obviamente deben tomar en cuenta las realidades de cada territorio-, mientras que la existencia de un mercado globalizado necesita que los tomadores de decisión tengan una visión de conjunto de las tendencias y oportunidades de mercado, y de cómo están operando los competidores.

4.    Si se decide que una parte del esfuerzo público le corresponde al Estado central, tal como ha sido y sigue siendo el caso de la mayoría de los países sudamericanos, la cuarta pregunta es: ¿cómo organizar y estructurar la Administración Nacional del Turismo (Ministerio, Subsecretaría y/o Dirección Nacional de Turismo)? a fin de que ella:

a)    Ejerza sus competencias en la forma más eficaz posible, principalmente en materia de:
•    Conocimiento económico y estadístico del sector;
•    Investigación de mercados y tendencias, incluyendo tecnologías;
•    Marketing y promoción, si es que asumirá competencias en este ámbito;
•    Cooperación internacional;
•    Regulación y normativas.
b)    Esté capacitada para influir en las decisiones de otros ministerios y administraciones públicas en temas tales como:
•    Infraestructura vial y urbana;
•    Tributación;
•    Transporte aéreo;
•    Facilitación turística y cruce de fronteras;
•    Medio ambiente;
•    Cultura y patrimonio;
•    Seguridad y sanidad;
•    Normativas laborales;
•    Formación técnico-profesional inicial y continua.

Y entre estos ámbitos de la acción pública existe una estrecha relación, ya que a través de la provisión de infraestructura, la protección del medio ambiente y sus acciones regulatorias, entre otros mecanismos, el Estado puede asumir la responsabilidad de influir en la calidad y sustentabilidad de la oferta turística. Estos dos factores constituyen hoy en día elementos esenciales en la comerciabilidad (marketing) del producto turístico, que el Estado también apoya.
Responder a las cuatro preguntas arriba expuestas es esencial para definir cuál es el modelo de gobernanza pública (idealmente público-privada) más eficaz para el turismo.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.