por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (El halcón es un ave rapaz o de presa, en política los halcones fracasan y a veces quedan en ridículo. Patricia Bullrich, un halcón del PRO (partido de Mauricio Macri que debería jubilarse sin derecho a pensión), hizo un papelón al enunciar que la falta de vacunas Pfizer conforma un hecho de “Korrupción", lo hizo de modo apodíctico, cuando en todo caso sería un caso asertórico. A lo sumo se trata de un caso de conflicto de intereses y de desacuerdo en condiciones contractuales. Hemos olvidado que la virtud de la prudencia significa en la política templanza y juicio crítico)
Vayamos a nuestro grano, el negocio del turismo, el “turismo” en adelante. Escuchamos decir que el turismo empleaba a 640.000 personas, que cerraron miles de hoteles, dicen ocho mil y muchos cientos de restaurantes y afines.
Sin embargo, la formalidad se estima en el sector de sólo un 35/40%, dicho de otro modo solamente 250.000 personas estarían declaradas o registradas.
Esto explica que unas 400 mil personas quedaron sumergidas en el más cruel de los desamparos, sin planes sociales, sin asistencia médica y quizás hayan comenzado reclamos judiciales que difícilmente cobrarán.
En Francia, que tuvo lapsos con largos cierres del comercio, que también impactaron en la línea de flotación del turismo, el estado cuenta con espaldas para paliar la emergencia y la Unión Europea ha desparramado y desparramará dinero en dos direcciones, “a fondo perdido” no reintegrable y créditos, pero lo que tenemos que tener en cuenta es que ese dinero en última instancia es dinero de los contribuyentes, aunque se trate de mera emisión y los déficits siempre se pagan vía precios, vía impuestos o vía empobrecimiento.
Los milagros siempre quedan reservados a las religiones en economía no existen no existirán.
Si bien en otro contexto el embajador de Japón en Argentina declaraba a un periodista, Alejandro Rebossio, que: Primero hay que recordar que tanto el Fondo Monetario como el Club de París son organismos acreedores que pertenecen a los países miembros. Quiere decir que son deudas que se produjeron no como una actividad lucrativa. Todas han sido en el contexto de cooperación económica y los fondos provienen de fondos de los gobiernos, que son de los contribuyentes de cada uno de los países.” Es cierto, se refería a esos organismos, uno formal (el FMI), el otro informal (el Club de París), pero la cosa vale también para el Banco Central de la Unión Europea.
Por eso las crisis del “turismo” no se pueden tratar bajo una misma idea ni con una sola receta, pero además se debe tener en cuenta que las ayudas generan deuda que en algún momento habrá que pagar, y limitará el consumo y el gasto en viajar.
En Argentina tenemos un estado quebrado, con muy mal concepto en el mundo por sus sucesivos incumplimientos, lo que se potencio en el día de hoy 25 de mayo por un “petitorio” del oficialismo al propio oficialismo por el que se pide se declare a los cuatro vientos que, “…La deuda resulta impagable y dificulta el accionar del Estado para hacer frente a la crisis sanitaria y económica, e impide proyectar un futuro desarrollo de la Argentina…”, y entre otros disparates “Renegociar la disminución de intereses, cargos y comisiones previstos en los acuerdos vigentes.”
Es obvio que el estado solo podría “ayudar” al turismo emitiendo eso que aún llamamos dinero, dejando obviamente de lado a los que fueron empleados “informales”, para que todo siga siendo igual.
Es obvio que la “informalidad” yo la he definido en el caso argentino, “como una ilegalidad que le permite a muchas personas ganarse la vida de modo honesto.”
En nuestro presente debemos estudiar por qué ocurre esto, más del 40% de nuestra economía es “negra” una verdadera endemia local que ningún gobierno se anima a resolver.
Hace unos pocos años analizamos casos de actividades comerciales, en especial en el rubro gastronómico y servicios turísticos, y advertíamos que eran viables mientras pudieran desarrollarlo en un 60% con facturación y contratación de personal y servicios en negro. Si se pagaran todos los impuestos vigentes y cargas sociales, directamente no se podría ni haber subido las persianas la primera vez.
Como vemos la informalidad tiene una causa excluyente, el exceso de gasto público improductivo que vuelve inviable nuestro sistema económico. Por eso los que deben cumplir con todas las obligaciones fiscales tienen precios altos y por eso vivir en la Argentina es caro en pesos y regalado en dólares (oficiales como no podía ser de otro modo), pese a su escasez.
En Argentina la crisis del “turismo” como en muchas otras actividades como la textil, viene de mucho antes de la peste, que nos ha dado motivo para llorar con alguna razón y darle lugar a un razonable “pedigüedismo” `para que todo vuelva a ser como antes. Nos conmueve ver a muchos comerciantes llorar, como también a mucha gente la conmueve cualquier muerte que tiene el efecto de convertir al peor ser humano en un santo ejemplar.
Vi Anoche que se publicó un libro que se titula “Morir con lo nuestro”, escrito por una mediocre actual Secretaria de Comercio, que parece que no se siente bien con el uso de su apellido paterno español y comenzó a usar el de su madre “pocahontas” que parece más digno(sic).
Se ve que carece de aquella tarjeta de crédito que siguen diciendo concede prestigio sin importar el origen de la solvencia del usuario. Para conocer su nombre ingresen en mi linkedin a mi perfil. En vez de vivir del mejor modo posible, reducimos la dignidad a una cuestión de muerte. Desde ya esta edad no puedo perder mi tiempo para leer “eso”. Pero le doy un consejo, mejor título seria “Perder (o perdiendo) con lo nuestro”, asi podría ser que lo leyera alguna noche de insomnio.
El transporte aéreo y el turismo arrastran sus pecados desde antaño, y esa forma de hacer negocios debe haber rendido sus buenos frutos a unos muy pocos, que hoy vía diversas instituciones lobistas y burocráticas, en el fondo son solo eso, potencian sus lamentos, nos contagian algo de tristeza por aquello del sentimentalismo tanguero y creemos que son pobre gente.
Entiendan estimados amigos, porque el futuro depende de nuestro presente que es lo que podemos cambiar. El pasado es inmodificable y el futuro impredecible, por más que nos esforcemos. El futuro es una suma del presente de cada día.
Para ejemplificar, como queremos estar mejor en el futuro nos hacemos trampa jugando al “solitario”, una especie de masturbación filosófica, para sentirnos legítimos ¿ganadores?
Argentinos ¿a quién le ganamos..?
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