La suerte del turismo en Argentina y del transporte aéreo, por lo menos hasta el 10 de diciembre del año próximo, estará muy condicionada al modo en que se resuelva eso que se llama “negociación” y que no es tal, ya que el gobierno argentino solo atina a expresar deseos como respuesta a las preguntas que hacen los funcionarios del FMI.
Una persona muy mal pensada, con alguna cercanía a funcionarios del gobierno, me decía esta mañana que la idea es no acordar con el FMI y de ese modo responsabilizarlo por el ajuste que se deberá hacer.
Cualquier acuerdo con el FMI exigirá una mínima racionalización del gasto, y eso ideológicamente desde la mentalidad populista se vería como una imperdonable debilidad.
Por el contrario, rehuir cualquier tipo de acuerdo será presentado a la sociedad como una cabal muestra de defensa soberana de los derechos argentinos, y de ese modo se podría justificar ideológicamente las malas consecuencias que padeceremos recurriendo al himno nacional argentino, ¡“…juremos con gloria morir…!”
El ajuste lo hará la realidad, y el imperialismo y eventuales aliados como Rusia y China podrían justificar su lavado de manos, responsabilizando al FMI, salvo que el gobierno opte por una sumisión total, lo que tampoco redituaría en bienestar para la gente. Sólo Nicaragua, Cuba o Venezuela se mostrarán solidarios con nuestras penurias, causadas por el “imperialismo”.
En un supuesto de default, y esto se los digo a los gremios aeronáuticos y ATEPSA, será casi imposible pagar los leasings de la flota de aviones, por lo menos de la gran mayoría, ya que no habría de donde sacar dólares o euros.
En esta línea, al gobierno el problema de Aerolíneas Argentinas se le arreglaría sólo, lamentándose de que “se hizo todo lo que estaba a nuestro alcance”.
No tendría mejor suerte el turismo internacional, será muy costoso el emisivo y el receptivo caería por una cuestión de conectividad, seria mal negocio venir a la Argentina y no poder repatriar los dólares que se generen en la plaza local.
Jet Smart podría seguir operando en el cabotaje y algún tramo regional, ya que tiene el respaldo del Fondo Indigo, y sería una buena oportunidad para afianzarse en el país y esperar hasta las elecciones del año próximo. Por otra parte, este grupo Jet Smart aspira a liderar el trafico regional.
No tengo información sobre el resto de Flybondi, ni las relaciones con la aerolínea Viva que también pertenecen al fondo Cartesian Capital Group.
El turismo de cabotaje también se verá impactado, ya que aunque se lograra un “waiver” por parte del FMI por un plazo de 24 meses hasta que asuma el próximo gobierno, la gente se empobrecerá y en lo que menos podrá pensar será en turismo.
Como vemos hasta ahora el gobierno ha tomado la negociación con el FMI como si fuera merecedor de un mínimo de respeto, y la verdad que en lo que se podría llamar “negociación” el gobierno es factor de irritación externa e interna.
Lo grave es que con inteligencia se podría haber hecho una excelente negociación, usando la deuda como capital de trabajo.
Portal de América