Pensando el turismo desde el futuro
Domingo, 22 Mayo 2022 14:37

Pensando el turismo desde el futuro

Pimentel había tuiteado el año pasado una idea que tuvo más de un millón de lecturas: “¿Cuál es el rol de las madres y padres según la edad de sus hijos? De 0 a 6 años para ellos sos Google; de 6 a 9 años, App Store; de 9 a 16 años, Uber; de 16 a 24, Mercado Pago; y de 24 hasta que se van del hogar sos Airbnb.” Sebastian Campanario, La Nacion, 22/05/2022

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @007Rizzi

Hoy día me lleva mucho más tiempo leer los diferentes diarios que libros, por la sencilla razón que los medios nos cuentan lo que está pasando en tiempo real y los libros lo que pasó o lo que podría pasar. Los libros son imprescindibles para nuestro desarrollo cultural y especialmente, para poder adaptar diariamente la vigencia de valores y desarrollar ideas que acompañen y hagan mejor vivir la vida.

En mi opinión, como decía Ortega, hoy nos estamos convirtiendo en esos “nuevos bárbaros” que somos sabios en un tema y absolutamente “burros” culturalmente.

Diría que hoy hemos perdido el concepto de la forma y la estructura, y la confundimos con la parte, estamos sumergidos en un “particularismo” que ya es patológico y quizás explique por qué el mundo está sin rumbo.

Me gustó la simplificación de Campanario con la que confeccioné el copete, porque es una muestra cabal de lo que nos está pasando. Y como la educación se ha convertido en un “commoditie”, y eso no sólo daña la calidad de vida sino que parecería que elimina el estadio de la “adultez humana”, hoy todos vivimos en la “ubertad”, una expresión creada por Nicolás Pimentel y de difícil definición.

Aversión al riesgo, confundir excelencia con perfección, no saber desarrollar la tarea necesaria para vivir. Pues bien, el esquema de edades del copete lo confundimos con un esquema que nos debería depositar en la perfección, sólo es necesario desarrollar “habilidades”, así hemos convertido a la cultura en un líquido nauseabundo, hacemos del aborto un símbolo de vida al pretender convertirlo en derecho, y reducimos el oficio de pensar y criticar a la simple tarea de encontrar un epíteto.

Así la “ubertad” sería un modo de convertir al “algoritmo” en cultura y a la tecnología en una suerte de religión fundamentalista.
Acá en este punto nos encontramos con el turismo, y la mayoría de las personas que se dedican a ese oficio viven presionados por el presente, como si “la peste” y ahora el conflicto bélico entre “Rusia invasora, y Ucrania, invadida” fuera razón suficiente para explicar lo que se llama la crisis del turismo, y hablar elocuentemente de soluciones modernas como si fueran frutos de milagros de creativos.

No lo digo con fines agresivos, pero eso de creer que se trata de buscar una “nueva normalidad”, un turismo sustentable, con lo que se estaría reconociendo que venimos desarrollando un turismo desaprensivo y abusivo, tratamos de apoderarnos de nuevas formas de vida como “nomadismo laboral digital” para incorporarlo al turismo, que sería su negación, muestra un afán de creer que estas cuestiones de la “ubertad” se corrigen con marketing, creatividad o ahora con la acción de los “influyentes”. Esto es consecuencia de haber reducido la educación al desarrollo mero de habilidades.

Decía Marcelo Rissi en el PDA, “…En la OMT no somos partidarios de volver al turismo de la pre pandemia. Es el pasado. Ahora que estamos reiniciando, hay que seguir mejorando cómo se gestiona teniendo en cuenta la fragilidad económica global, la incertidumbre generalizada, el cambio climático y la guerra, este último un elemento muy negativo para la generación de confianza…

Insisto, tenemos que tender a una visión humanista del turismo, también de la política y la economía, pero en el PDA hablamos de turismo, y debemos apuntar a otro concepto del turismo, el pre pandémico, fue.

Quiero creer, esto puede ser voluntarismo o ingenuidad, que en el mundo emerge una visión diferente de ver la vida, pero para ello debemos desarrollar ideas diferentes que nos sirvan de soporte cultural para hacer de la vida un bien mucho más deseable.

Por ejemplo, terminemos con el cuento de lo “low cost” y expliquémosle a la gente cuál es el costo real de viajar en una “low cost”, que no es ni más ni menos que sumar el precio de los servicios que contrata el viajero.

Ahora nos asombramos con la creación del grupo Abra, y nosotros en este mismo PDA más de una vez explicamos que los objetivos de Latam, en su momento con la fallida Alianza AVIANCA TACA, eran la de poder disponer de más derechos de tráfico en esta parte de América.

Las líneas aéreas están haciendo lo que no fueron capaces de convenir nuestros gobiernos, la de CREAR UN CIELO ÚNICO LATINOAMERICANO.

Tanto o más grave es que no se empeñen en conformar un destino turístico único “Latinoamérica” con libre circulación en su territorio, sin aduanas y con una unidad monetaria de referencia para todos los países de la region.

¿Cuál es el costo?

Que si lo hubiera hecho la política, hubiera sido menos costoso y todas las líneas aéreas hubieran tenido oportunidades.

Para nosotros los argentinos, Aerolíneas Argentinas se convertirá en un paria del transporte aéreo de la región y seguramente culparemos a Flybondi y Jet smart, la primera tiene como accionista al grupo Cartesian que tiene capital invertido también en las “Viva air”, ahora “ABRA”
Jet Smart tiene su propia estrategia regional y viene avanzando con la flota más moderna, que seguramente le causa menores costos y mayor agilidad operativa.

En esta materia sin contar la revolución del nuevo A 321 XLR con casi 9.000 Km de autonomía.

Por una vez pensemos el turismo desde el futuro y no desde 2019…

Portal de América

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