por Sergio Antonio Herrera, desde Bayahíbe, República Dominicana, @DelPDA - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Los hoteles “Todo incluido” y los megabarcos surcando el Caribe o el Mediterráneo tienen muy pocas diferencias y la más notoria es que mientras unos están firmes y en gran medida a orillas del mar, los otros navegan. Ambos pueden producir mareos, los primeros por exceso de alcohol ingerido y los segundos, solo precisan una tormentita y moverse.
Al principio todo es novedad, disfrute y en algunos casos la convicción del sueño cumplido. El “Dolce far niente” catapulta la autoestima, alimenta el alma y va puliendo costumbres junto al know how gastronómico, artístico y cultural, a la vez que posibilita la práctica de los idiomas aprendidos y el balbuceo de los desconocidos.
Invariablemente nos preguntaremos por la causa que nos motivó a traer la maleta tan repleta de ropa y calzado cuando la mayor parte del tiempo lo pasamos de musculosa, short y chancletas. Pero tendremos la excusa ante nuestra propia conciencia de “diferenciarnos”, de elegante sport, con los “ordinarios” que van a cenar de ojotas y bermudas.
La apreciación y por ende, opinión acerca del sistema del buffet gastronómico ya sea a bordo o en el hotel, invariablemente va decantando progresivamente y pasa inexorablemente del impacto inicial de asombro al hartazgo liso y llano. La noche ofrece revancha y mientras en los cruceros la cena es a la carta en un ámbito elegante y agradable, ese punto de calidad en los hoteles del sistema All Inclusive se da únicamente en los restaurantes temáticos que cubren apenas tres (en casos excepcionales cuatro) noches a la semana.
Las bebidas gaseosas de máquina o el café se tornan paulatinamente rechazables y uno llega a añorar una simple máquina expendedora.
Estas reflexiones son válidas de algún modo, en un medio especializado como es el PDA y de ninguna manera pretenden ser un artículo que desaliente alguno de los dos productos de referencia. Simplemente alcanza con señalar que son publicadas luego de muchos años y experiencias vividas con toda la subjetividad que nos caracteriza.
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