por Daniel Romagnoli, desde Miami
Y tal afirmación es más profunda y dura cuando se trata del país de uno, y si ese país es además pequeño y sufrido, al hablar deportivamente, a uno le pega y duele mas.
Pues sí, mi comentario en esta nota viene a colación ya que días pasados, aceptando una gentil invitación del Hotel Hyatt del Orlando International Airport, realizamos una recorrida de la nueva infraestructura aún en proceso, la que está de más decir nos impactó .... y eso que hacía unos 3 o 4 años desde nuestra última presencia en el mencionado aeropuerto, pero de eso hablaremos en otra ocasión.
Ahora nos queremos referir a los muchos, muchísimos uruguayos que por la razón que sea algún día tuvieron que emigrar del paisito, llevando en sus maletas ilusiones, proyectos, pero también mucha nostalgia, y con el tiempo y luego de mucho luchar y sufrir, esa nostalgia florece en deseos de retribuir y de aportar lo mucho y diferente que el nuevo mundo ofrece en beneficio del terruño natal, y aquí, aquí es donde la frustración, la decepción y la rabia…sí, rabia y frustración, mucha frustración.... se manifiesta.
Como prueba de ello les cuento que en mi visita ya mencionada al Aeropuerto Internacional de Orlando y al Hotel Hyatt citado, el que tiene nada más que un tránsito de 45 millones de pasajeros al año, me sorprendió encontrar una muestra de maquetas de aeromodelos ubicadas en preferente ubicación, donde mayores y niños se detenían a observar con singular admiración, y en un ángulo de la vitrina de exposición grabado en brillante bronce se leía una descripción del donante coleccionista y su país de origen indicaba .... Uruguay.
Pudimos rastrear y averiguar detalles sobre el dedicado compatriota, ilustre entusiasta del tema aeronáutico, y conocer motivos y el por qué de la comentada donación al MCO de Orlando, y razón de ello, una vez mas, fue la frustrada gestión que por años…sí, años, estuvo haciendo y contactando con las autoridades competentes en Uruguay, para realizar la donación deseada a beneficio de niños y otros, que en nuestro Uruguay bien pudieran conocer y apreciar desde la primera edad y más, sobre la aviación y su mundo….después de todo, cuántos pilotos y/o aeronáuticos soñadores comenzaron su carrera observando una vitrina de avioncitos a escala y/o al costado de la pista de algún aeródromo.
Este es un caso de muchos, muchísimos que conocemos y se conocen.
Hace poco nos dejó un uruguayo brillante, relevante y distinguido por las más altas autoridades en el orbe, un Embajador de lujo sin ejercer la carrera diplomática, destacado ejecutivo de una de las más importantes grifas hoteleras en el mundo, que nos consta en el afán de retribuir y dar de sí a la actividad hotelera y turística uruguaya, apostó, puso y arriesgó de su peculio y el de sus amigos y contactos, soñando dar y retribuir al Uruguay. Y su proyecto sucumbió en frustrada decepción. De igual modo otros compatriotas con interesantes propuestas en todos los rubros han fracaso frente a la burocracia celeste de todos los tiempos. Ni que decir de contenedores con donaciones médicas, equipamiento para escuelas y muchos más que durmieron en la Aduana y en el Puerto de Montevideo por años de años para terminar el sueño en algún sombrío salón de remate.
Por ello lo del título y aplicable a un sin fin de dichos y refranes…paisito tierra querida e ingrata…déjame ayudarte.
Portal de América
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