Los templos de Angkor en riesgo ante la avalancha de turistas
Martes, 09 Septiembre 2014 19:33

Turistas subiendo a y descendiende de la terraza superior del templo de Angkor Wat. Turistas subiendo a y descendiende de la terraza superior del templo de Angkor Wat. DPA
Un mar de pétalos y quitasoles naranjas cubre la histórica entrada empedrada del famoso templo de Angkor Wat en Camboya. Numerosos turistas se arremolinan ante su puerta, haciéndose fotos y “selfies” con sus smartphones a cada par de metros. El click de las cámaras fotográficas no se detiene cuando las hordas de visitantes acceden finalmente al templo, mientras distintos guías explican en español, inglés o chino la fascinante historia de este templo, el más importante del complejo de edificios que una vez fue centro del imperio Jemer. Con sus paredes cuajadas de bajorrelieves con bailarinas y diosas hindúes, Angkor Wat se considera una de las maravillas del mundo actual.
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“Ojalá hubiera menos gente“, lamenta Isabel, una turista chilena que ha viajado por su cuenta a visitar los templos, a la agencia dpa. “Pero es tan bonito que lo entiendo“, señala. El recinto, ubicado en la selva cercana a la localidad de Siem Riep y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se ha convertido en un imán para el turismo en los últimos 15 años, desde el fin de la guerra civil en Camboya.

Por una parte, el turismo es una bendición para la economía del país, pero, por otra, supone una amenaza para el complejo templario: la avalancha de turistas es difícil de combatir, pero los cimientos de las edificaciones son inestables y en los paredes de los templos comienzan a aparecer graffitis de visitantes poco respetuosos. Y las cifras no paran de crecer: en 2013 viajaron hasta los templos más de dos millones de personas.

Los grandes ganadores de este “boom” son los vendedores camboyanos, que como ciudadanos del país no necesitan pagar entrada para acceder a Angkor. Así, se trasladan aquí a diario y ofrecen desde camisetas a imanes o miniaturas de los templos. Hay además numerosos niños que intentan vender postales a los turistas, y estos se pueden fotografiar ante los templos montados a caballo y con sombrero de cowboy por un dólar.

En el cercano templo de Ta-Prohm, parcialmente engullido por la selva, se rodó parte de la película “Tomb Raider”. No obstante, quienes quieran recorrer a solas su galerías cubiertas de raíces como hacía Angelina Jolie, lo tienen bien complicado. También aquí los turistas hacen cola para fotografiarse ante los lugares más llamativos. Según afirma Clement, de Singapur, es un círculo vicioso: la gente quiere ver los templos, pero al mismo tiempo los está destrozando.

“Tenemos que limitar las consecuencias negativas“, subraya la portavoz de la administración apsara, Kerya Chau Sun. Según afirma, la región de Angkor y sus templos es en realidad lo bastante grande como para dar la bienvenida a todo el mundo, el problema es que todos los turistas llegan a la vez. Y es necesario lograr una mejor distribución, añade.

Para ello, las autoridades ya han establecido algunas normas: por ejemplo, sólo grupos de 100 turistas pueden subir a la vez las escaleras de la torre principal de Angkor Wat y hay vigilantes que controlan que no se hagan graffitis, declara la portavoz. Otra de las ideas barajadas es no permitir la entrada al recinto de los autobuses de turistas, y que éstos lo recorran a pie. “Todo esto es muy importante, porque Angkor Wat es un lugar muy espiritual. Y tenemos que conseguir que los turistas sientan Angkor Wat”, agrega.

Portal de América - Fuente: turismo.perfil.com

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