por José Manuel Antoral
Y uno de ellos es descubrir las típicas edificaciones de la zona, con entramado de madera y con distintos coloridos, tan típicas de la zona pero que nos ofrecen paisajes espectaculares.
La mejor forma de disfrutar de Ribeauvillé es recorriendo su Calle Mayor. Desde la entrada al pueblo, hasta la parte alta, esta calle te permite prácticamente cruzar entero el pueblo y poder disfrutar así de sus bellas calles y estampas.

Tus ojos, y tu cámara de fotos, se dirigirán hacia la Place de la Sinne con su Auberge Du Soleil, la Fontaine du Vigneron, la Tour des Bouchers o las iglesias del Convento y St. Gregorio.
Y ya que estás por la zona, no dejes de visitar los tres castillos que vigilan desde la montaña, y desde donde podrás ver unas vistas preciosas.
Portal de América - Fuente: www.diariodelviajero.com