El silencio de los culpables
Domingo, 05 Octubre 2014
Con el principal polo turístico del Uruguay desbordado en precios, - Uruguay está más caro que Niza- y con notables limitaciones para viajar por parte de argentinos y brasileños, la costa platense y atlántica uruguaya encamina a duras penas y con visibles carencias la promoción turística de la próxima temporada veraniega.
por Ricardo Garzón, Editorial Diario Enfoques
Maniatados los alquileres de fincas de veraneo, y en riesgo cierto de entregarse a la AFIP información confidencial sobre las inversiones de los argentinos, Punta del Este y su zona de influencia son hoy un páramo que aprovechan solamente aquellos que, con dólares en terceros países, están siempre más allá del bien y del mal.
Entrado octubre, no se han movido los arrendamientos de departamentos y casas de gran categoría, permitiendo atisbar que los alquileres turísticos de clase media brillarán una vez más por su ausencia.
No obstante, -no sabemos si responde a una “revolucionaria” estrategia de promoción-, la ministra de Turismo no se ha dado por enterada de las dificultades que afronta Punta del Este, -y por ende la actividad turística de todo el país-, dado que omitió en reciente lanzamiento de la temporada referirse al respecto, sin perjuicio de que no reconoció jamás el calvario que la actividad privada viene padeciendo en los últimos años.
Silencio de Kechichian, ominoso silencio, cómplice, en este pasamanos de datos que ha desprotegido y desnudado con alevosía y a traición al inversor del principal balneario uruguayo.
Desde entonces, Punta del Este se ha detenido en el tiempo; hemos ahuyentado a los argentinos sin tener turistas de repuesto. Los brasileños, con la devaluación del real, nos alejan de la preferencia y nos limitan las muy pocas estadías.
Desde el punto de vista de sus cometidos específicos, no lograron las autoridades del ministerio, ni una sola vez, coordinar la apertura de par en par de las fronteras que nos unen con la Argentina en los puentes de Fray Bentos y Paysandú.
Se lo hemos reclamado en infinidad de ocasiones a los distintos ministros de Turismo que ha tenido el país, sin resultado alguno.
La callada por respuesta, cuando es para niños la solución de los atascos y colas antes, durante y después de cruzar los puentes.
¡Ábranse de par en par las puertas del país en estas fronteras en la última semana de diciembre y primeros días de enero, mediante la suspensión a término de los controles aduaneros y migratorios!
Por un rato, por un brevísimo rato, ¿no podemos imitar lo que ocurre en Europa?
¿Vamos a seguir condenando al turista en automóvil, en este acomplejado país del fin del mundo, a esperar horas y horas, bajo sol calcinante, un turno para responder dónde vive, qué viene a hacer, si se acordó de los permisos de menor, número de motor y chasis del vehículo que lo transporta, y otra sarta de estupideces fuera de tiempo?
Bastó, ministra.
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