Florida y Disney están obviamente enfrentados. La guerra comenzó cuando Disney criticó la ley de Florida sobre Derechos de los Padres en la Educación. La ley prohíbe la educación sobre orientación sexual e identidad de género para los niños de menos de nueve años. Disney, que se ha convertido en una suerte de empresa abanderada de lo woke, se opuso a las medidas de Florida, sobre las que no tiene papel alguno. Eso desató la guerra del gobernador contra los parques de Orlando, que tienen toda clase de exenciones fiscales.
Disney tiene situados sus parques en el Distrito Reedy Creek, que viene a ser un territorio regido por a ley de Disney, sin que el estado tenga ni siquiera un cuerpo de bomberos.
De Santis califica a Disney como una broma. “Ellos no son superiores a la gente de Florida. Les vamos a ganar en todo”.
“Vamos a ver no sólo el acuerdo de autogobierno de sus parques, sino también de los impuestos a sus hoteles, incluso de los peajes en sus carreteras”.
Bob Iger, el CEO de Disney, calificó la política de De Santis como antiempresa y anti-Florida, aduciendo que la compañía tiene el mismo derecho a hablar como cualquier otro individuo.
Portal de América - Fuente: preferente