Ni siquiera en los últimos capítulos adopta una posición modesta; al contrario, sigue pergeñando mecanismos para salir victorioso en medio del mar revuelto y tormentoso.  La información que consta en la demanda presentada por el Dr. Daniel Rocca en relación a los honorarios y haberes impagos por parte del dueño de la compañía fluvial, muestra que el Banco de la República Oriental del Uruguay "aceptó (…) por temas de dificultades en remisión de divisas desde Argentina, que las cuotas de los pagos del acuerdo en cuestión, se realizaran en la ciudad de Buenos Aires, a la cotización oficial de la divisa norteamericana en dicho país, lo que benefició económicamente al demandado respecto a si los pagos se hubieran verificado en Uruguay, ya que la cotización a que se tomaría el dólar en Argentina era al tipo de cambio oficial, en vez de la cotización en el mercado libre, que es muy superior a aquél tanto en Uruguay como en cualquier otro país”.  También sostiene Rocca que "La tasa de interés acordada fue del 1,6% anual, de las más bajas del mercado, beneficio por demás significativo para López Mena".

Esta facilidad de pago le generó al deudor fluvial un ahorro de más de un millón de dólares por la transacción.  Llama la atención la aceptación de estas condiciones especiales por parte del BROU para un deudor que fuera catalogado como moroso y cuya calificación crediticia sufrió una degradación importante a raíz de su falta de pago por el aval de Cosmo.  ¿Qué sucede con deudores en situación similar ante el Banco público?

La demanda establece otra prueba contundente: López Mena se negó a firmar el formulario de fianza del BROU por obligaciones asumidas por Cosmo.  Apenas cuatro días después de la subasta de los “7 malditos” (aviones de la ex-PLUNA), mientras el gobierno decía públicamente que la empresa española Cosmo había comprado los aviones, el presidente Mujica, junto a tres secretarios de Estado y altos jerarcas, se reunía para coordinar acciones conjuntas con el titiritero, en procura de una asociación público-privada. 

Un pasaje del capítulo “el Eje del Mal” del libro "PLUNA, el riesgo de volar alto" de nuestro director Sergio Antonio Herrera, afirma que “Mujica es el gran perdedor en el final de PLUNA, se equivocó y feo, siendo el principal responsable de la peor mancha desde que es gobierno el Frente Amplio. Sus principales errores son haber comprado los argumentos que le vendió el senador opositor Carlos Moreira, obsesionarse en denostar a Campiani y promover a López Mena.”
Hace algunos meses, el presidente Mujica se auto-declaró responsable de la "línea general" de la salida que el gobierno instrumentó en torno al caso PLUNA, aunque dijo que no conocía "los detalles finos de la instrumentación".   Pero acaso el mismo día de la subasta de los aviones Bombardier -que fuera postergada en su primera instancia debido a la supuesta falta de oferentes- el presidente declaró en vuelo a Lima que “la subasta duraría cinco minutos”.  ¿Cómo podía conocer algo tan preciso como la duración si supuestamente no conocía los detalles finos de la instrumentación? 

La lógica del Derecho Natural indica que si el primer mandatario se declara culpable por un hecho donde subordinados directos -que siguieron sus propias instrucciones- fueron procesados por un delito, debería al menos sometérsele a un juicio político para esclarecer los hechos.   Es una mínima consideración ética ante el sereno pueblo uruguayo que sólo paga sus impuestos en esta historia. 

Mujica también reconoció que el camino jurídico en el caso PLUNA estuvo "viciado de ilegalidad" y que hubo "errores importantes en la instrumentación de los detalles".  Entonces, la lógica nuevamente indica, al señalarse a sí mismo responsable de estos actos ilegales, ¿no debería al menos investigarse la cadena de errores en la instrumentación de los detalles (que en principio dijo desconocer, pero a la postre nos enteramos que estaba involucrado) y que cada quién asuma sus responsabilidades?

Queda claro que hubo un perjuicio muy importante para la Administración y el pueblo uruguayo en los actos arbitrarios cometidos por Fernando Lorenzo y Fernando Calloia.  Los ex-jerarcas del Ministerio de Economía y Banco de la República Oriental del Uruguay respectivamente. Abusaron de su poder e investidura para facilitar y allanar el camino para la presentación de una empresa privada “fantasma” a una subasta pública.  Pero también queda en evidencia que el presidente Mujica ordenó la línea general de la práctica delictiva y participó activamente en reuniones sobre este proceso y la búsqueda de una salida “elegante”.

El abogado Daniel Rocca pidió a la jueza de crimen organizado Adriana de los Santos que cite a Mujica, al secretario de Presidencia Homero Guerrero, al subsecretario de Economía, Jorge Polgar, y al asesor de la cartera, Pedro Apezteguía; al ministro Daniel Olesker, al exministro de Economía Fernando Lorenzo, al exsecretario de la Presidencia, Alberto Breccia, y al extitular del Banco República, Fernando Calloia, entre otros.

Por el momento, el único citado como indagado es Hernán Antonio Calvo Sánchez, representante de Cosmo en la subasta.  No aceptamos creer que el mayor escándalo de corrupción del gobierno de izquierda se arregle simplemente decretando su culpabilidad y enviándolo a prisión, cuando todos sabemos que, si bien tiene culpas, es un simple testaferro del titiritero.

El presidente dijo que no tiene nada que ocultar, y que está dispuesto a brindar la información que le pidan.  Por primera vez, se lo empieza a señalar como culpable en el caso PLUNA, marcando un final infeliz de la telenovela montada por el titiritero. 

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