Los 150 mil cruceristas brasileños, a pesar que no gastan nada cuando bajan a tierra en Uruguay podríamos considerarlos apenas como eso (cruceristas) y nunca como turistas ya que no cumplen la regla mínima de pernoctar. Pero nos parece increíble que en un informe oficial se hable de los 250 mil que ingresan para hacer compras en comercios fronterizos. Nos imaginamos a las autoridades paraguayas alardeando con los casi 3 millones de "excursionistas" que ingresan por un rato a Ciudad del Este en su mayoría a comprar en los Free Shops cuando en realidad los turistas verdaderos en tierra guaraní superan apenas los 642 mil.

Dice José Abó en su artículo Punta del Este: ¿Lujo o moda? cuando explica que si queremos cuidar a Punta del Este como marca de lujo debemos seguir las reglas de marketing que se aplican a ellas.

"A fin de temporada si el ministro nos dice que la cantidad de turistas aumentó un 5, 10 o 15 %, el mismo debería ser interpelado para que explique claramente si no está destruyendo la marca.  En cambio si nos anuncia que la cantidad de turistas bajó un 10 % pero que debido a que la composición ha cambiado y han venido más europeos el gasto medio subió, entonces debería ser aplaudido."

Acertado planteo el de Abó el que a la vez nos hace reflexionar una vez más acerca de qué Punta del Este queremos.

Seguramente, teniendo en cuenta la sobredosis de hormigón a la que se le somete y que Polino y Xipolitakis son las atracciones del verano,sin anunciarlo específicamente, debemos haber renunciado al glamour que la caracterizara otrora.

Viendo la repercusión mediática que causó la aparición de este especímen mediático, vía Twitter nos encargamos de pedirle disculpas a Sofía Loren, Gina Lollobrigida y Graciela Borges entre otras damas que otrora hicieran lo que fue a nuestro principal balneario.

Para dejar bien clara la posición, debemos decir que esta mirada crítica no tiene como objetivo a las autoridades uruguayas del turismo exclusivamente. Comunicar hasta el hartazgo supuestos logros promocionales en materia turística es moneda común en todos lados, lo que en absoluto lo convalida.

Es propicia la ocasión para recordar una vez más el pensamiento de nuestro Consejero Editorial Miguel Ángel Acerenza cuando dice: "Para la OMT, cualquier persona que viaja es un turista, independientemente del propósito del viaje y no es correcto" y agrega:

"En esos reportes se asume que todas las llegadas a nivel internacional son por motivos turísticos, lo cual no es correcto.  Los referidos arribos corresponden en realidad al volumen total de los “viajes y turismo” realizados por el conjunto de personas que se movilizan a nivel mundial por diversos motivos, puesto que no todos los viajes que se mueven alrededor del mundo son turistas"."

Pero está todo bien, que siga el corso, ya viene Carnaval.

Portal de América