por Ramón de Isequilla, desde Madrid, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @ramonpunta
Ese aplauso, dio por culminado un extenso proceso, que inició en el mes de febrero el Secretario General Zurab Pololikashvili, con otro Tweet, método novedoso, pero cada vez más utilizado para enviar mensajes claros y directos, como decían nuestros padres “a los cuatro vientos”.
Su valiente actitud, de liderar una reacción desde una agencia especializada de las Naciones Unidas, denunciando la injusta actitud de la Federación Rusa, que está sembrando de muerte y destrucción a la población civil de Ucrania, teniendo como consecuencia indirecta una crisis económica internacional, que ha llegado al turismo frenando su recuperación post pandemia.
Culmina con un triunfo, uno más durante su gestión, que se suma a la ratificación de la renovación de su mandato en la última Asamblea General, pese a los arteros ataques sobre su persona perpetrados por cuestionados exfuncionarios, ambiciosas asesoras del desierto, con la complicidad de medios de comunicación especializados.
La denuncia puso en funcionamiento los mecanismos de la OMT, creados en salvaguarda de sus objetivos, que consistieron en cartas de varios países miembros solicitando una reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo, que una vez celebrada convocó a la Asamblea General Extraordinaria del día de hoy.
Ante la inminencia de una votación sobre la suspensión de su calidad de miembro hasta que desistiera de su actitud, la Federación Rusa, en lugar de presentarse y dar la cara responsabilizándose de sus actos, eligió cobardemente irse antes que lo echaran y como dijo un medio de comunicación especializado decidió irse “dando un portazo”.
Resultó que la destinada a ser una ruidosa partida, y aplaudida por algunos, le salió mal, la echaron igual y le sucedió lo que les ocurre a los torpes cuando dan un “portazo” se “agarran los dedos con la puerta”.
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