por Damián Argul, desde Carrasco - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El hecho no es nuevo

El mismo PDA denunció las contramarchas con la carreras de Fórmula E y se hizo eco de situaciones similares por parte de Arnaldo Nardone, “el uruguayo de los congresos”.

Pero el hecho más grave –y caro– fue el cierre de Pluna, sin aparente consulta al MINTUR.

Estos casos evidencian la carencia de una Polítca de Estado con respecto al Turismo y seguirán sucediendo gobierne quien gobierne.

El caso en cuestión

El Tribunal de Cuentas observó el gasto de los tres millones de dólares que debía invertir el Ministerio del Interipr para obtener dicho evento.

Durante mucho tiempo, desde la oposición, los actuales gobernantes criticaron al gobierno anterior por no tomar en cuenta las observaciones del Tribunal.

Por otra parte, quien toma una resolución tan negativa para el turismo, es un flamante Ministro, que tiene la enorme responsabilidad de mejorar el tema más sensible para  nuestra sociedad: la seguridad.

Para ello requiere todos los fondos asignados presupuestariamente, entre otras cosas: tobilleras para combatir la violencia de género, y combustible para aumentar los patrullajes preventivos. Dos clamores populares cada vez más estrepitosos.

Por otro lado los Congresos de  de Interpol demandan una importante dedicación por parte del personal superior del propio Ministerio y de la Policía, además de las tareas de seguridad que implica recibir a jerarcas policiales de todo el mundo. Esto lo sabemos bien ya que participamos en la organización y atención de una pasada reunión de Interpol en Punta del Este.

¿Aunque le molestara, tomaría un Ministro del Interior una medida  igual si afectara un área del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca?; se hubiera cerrado tan alegremente un frigorífico como se cerró Pluna?, no lo creemos.

Esto nos recuerda que en una visita a Wilson Ferreira Aldunante en su exilio londinense, cuando hablamos de Turismo, nos  comentó: “En Uruguay existe el covencimiento de que un país no se levanta con servicios, aquí me doy cuenta que es todo lo contrario”.

Cuarenta años después parace que la clase política sigue pensando lo mismo.

La Hora del Turismo

Ahora es el momento  en el que una actividad que cuenta con una rica tradición turística  y con un Minitserio de Turismo que ya cumplió 35 años debe hablar fuerte y claro  para hacerse escuchar por la clase política y especialmente por un flamante gobierno que parece dispuesto a escuchar, para lograr el apoyo necesario que requiere una actividad que todavía tiene mucho para aportar al desarrollo nacional.

De lo contrario, episodios como el que nos ocupa, seguirán ocurriendo, se seguirá sufriendo una fuerte estacionalidad, dependiendo excesivamente de un solo mercado y con una oferta detenida en el tiempo, por más empeño que pongan el MINTUR y los privados.

Por lo que observamos en el mundo el progreso de los destinos turísticos requiere de grandes apuestas.

Un organismo fuerte y ágil, con una voz clara y en volumen alto, para que estas cosas no se repitan, así como tampoco similares al lamentable cierre de PLUNA.

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