Víctimas de la tormenta
Domingo, 26 Enero 2014 22:32

Víctimas de la tormenta
Nuevamente eventos meteorológicos extremos han cobrado víctimas. Esta vez, en pocos días, han sido tanto en territorio argentino como uruguayo. Y vuelven a plantearse una una cantidad de interrogantes. Y vuelven a aparecer los "sabios" para dar respuestas, y la que les resulta más fácil es culpar al cambio climático, un fenómeno del que todos somos responsables, especialmente "los otros". Ojalá fuera tan simple...
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por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

El cambio climático ¿es culpable?

Sí y no. Eventos meteorológicos extremos siempre han ocurrido. Basta tomar las estadísticas de cualquier punto del planeta para comprobarlo. En algunos lugares son más frecuentes y más intensos que en otros, y los habitantes de esas zonas ya saben qué esperar de su clima.

El cambio climático no es la causa de los eventos meteorológicos extremos, pero hace que éstos sean más frecuentes e intensos, aumentando así su peligro potencial y los daños que provocan.

¿Qué factores incrementan el riesgo?

Hay factores habitacionales, principalmente la fortaleza de las infraestructuras y la densidad de la población, y no se debe olvidar el factor geográfico, incluída la orografía.

El mayor riesgo que presenta una mayor densidad de población casi no precisa explicación, pues es evidente que cuantas más personas estén expuestas a un peligro, cualquiera sea éste, mayor será el número de afectados, heridos y muertos.

Con respecto a la fortaleza de las infraestructuras, siempre dependerá de a qué tipo de evento nos referimos y cuál es la base y el material con que fue construída la misma. Como ejemplo baste la comparación entre una vivienda de madera y una de hormigón. Frente al viento, la madera resistirá menos y la de hormigón no sólo resistirá más, sino que salvaguardará a sus moradores y bienes. Frente al agua, tal vez el hormigón resista, pero no lo que esté en su interior.

Con respecto a la orografía y geografía, basten dos ejemplos. Zona cercanas a grandes superficies de agua cálida estarán más expuestas a tormentas fuertes que las áreas más continentales. Viviendas construídas en laderas de elevaciones estarán más expuestas al arrastre del agua que las construídas en zonas más planas y alejadas de cursos de agua.

¿Cuál es el papel del Estado?


El Estado debe realizar los pronósticos y las advertencias meteorológicas, efectuar las recomendaciones para la salvaguarda de vidas y bienes, y las tareas de rescate y recuperación que sean necesarias.

Actualmente, la mayoría de los Estados efectúan con gran profesionalismo estas tareas. En el sudeste de sudamérica, que incluye al Uruguay, como los eventos meteorológicos extremos eran tan raros, o poco intensos, o poco estudiados, o muy localizados en sus daños, rápidamente eran olvidados. Como elemento adicional, el uso de información meteorológica promedio en la enseñanza, fundamentalmente por el escaso conocimiento meteorológico que reciben los profesores de geografía, provocan un desconocimiento total a nivel de la población de los extremos y cómo actuar ante ellos.

¿Cómo deben reaccionar y protegerse las poblaciones?


Respetar las advertencias meteorológicas, saber que ellas representan una probabilidad alta de ocurrencia. Como son fenómenos generalmente localizados, en tanto ocurran en algún lugar del territorio para el cual se emite la advertencia, resulta correcta. El sólo hecho que una o más veces que la advertencia resulte cierta, pero que no ocurra donde usted se encuentra o los fenómenos no resultan de violencia tal que no lo afecte, no es razón para desestimarla.

Informarse de las medidas activas y pasivas que reduzcan o eliminen los riesgos a la vida y a los bienes. Aplicarlar, y de ser posible, ayudar a otras personas en riesgo. Actualmente, es normal que se practiquen evacuaciones preventivas de las zonas de riesgo.

¿Cuáles son las principales causas de muerte?

El desconocimiento y la subvaloración del riesgo. Las regiones con poca historia de fenómenos meteorológicos adversos, tienden a desoir los consejos de prevención dados por las autoridades y a tener una baja percepción de los riesgos.

En el transcurso de años (más de 30) vinculado a la meteorología, escuché muchas (demasiadas) veces expresiones tales como "no hay que asustarse de este vientito", "un poco de agua no te va a derretir", "ninguna tormenta puede conmigo" y muchas más de similar tenor. Quienes subvaloraban el poder de la atmósfera y desconocían las advertencias, tenían 10 veces más probabilidades de sufrir daños que aquellos que actuaban en sentido opuesto.

Algunas sugerencias:


- Si circula caminando: a) si el viento empieza a arrastrarlo, tírese al suelo, de ser preferible contra un desnivel del lado contrario a donde sopla el viento; b) no cruce torrentes de agua que le lleguen por encima de la rodilla, la fuerza del agua puede desequilibrarlo; c) si hay tormenta eléctrica, circule por lugares por donde haya objetos (casas, árboles) más altos que usted, si está en descampado, trate de ir por zonas bajas, y cubra o quítese todo objeto metálico (inclusive lentes con marco de metal).

- Si circula en un vehículo: a) reduzca la velocidad hasta que sienta que el viento no desestabiliza el vehículo, evite circular por zonas altas y descampadas;  b) no cruce torrentes de agua que le lleguen por encima del eje, pues a partir de ese punto, el contacto del agua contra el chasis hace perder tracción al vehículo, hasta que flota; c) si hay tormenta eléctrica, deténgase en un lugar donde haya objetos (casas, árboles) más altos que el vehículo, si está en descampado, trate de ir ubicarse en una zona baja.

Recuerde, frente a un evento meteorológico extremo, usted siempre estará en desventaja. No tomar medidas evasivas equivale a un intento de suicidio, y su sobrevivencia sólo dependerá del azar.

Portal de América

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