por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Chile acaba de extender el cierre total de fronteras hasta fines de mayo. No es de extrañar porque países como Israel, con más del 60% de su población ya inmunizada, recién comenzará la reapertura progresiva de fronteras el próximo 23 de mayo.
Pero también mantiene cuarentenada y con toque de queda a su población, lo que restringe enormemente su movilidad y ha sido ampliamente criticado por varios sectores. Recordamos que desde el sector turístico decían que “No necesitamos nada, solo queremos trabajar”. Y hasta el presente dichas medidas se han mostrado impotentes para detener el crecimiento de los casos activos, que hoy está en 1.977 por millón de habitantes, casi el doble de los que había a inicios de marzo. Peor aún es que esa cifra, comparando con otros países Sudamericanos, es menos de lo que tienen Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Ecuador, en ese orden, y todos ellos han seguido políticas sanitarias diferentes.
Si tenemos en cuenta que Chile es uno de los países que más ha vacunado en el mundo, también resulta extraño que mientras mantiene las restricciones, en EE.UU., con 7 puntos porcentuales menos de vacunados (tanto 1ª como las 2 dosis) y más de 10 veces el número de casos activos por millón de habitantes, han eliminado el uso obligatorio de mascarillas en espacios libres.
Finalmente veamos directamente el aspecto económico. En todo el mundo, incluído Chile, el sector empresarial, salvo el ligado a las necesidades básicas, en general no sólo ha visto reducidos o desaparecidos sus ingresos, sino que ha debido recurrir a sus ahorros, e incluso la venta de activos y pérdida de capital, llegando a la quiebra y cierre. En el caso de los trabajadores, hubo muchos gobiernos que los apoyaron con ayudas económicas, más allá de si fueron suficientes o no.
Pero Chile además "igualó" a los trabajadores con los empresarios con una serie de medidas que probablemente hagan desaparecer su sistema previsional actual. Nos referimos a la autorización del retiro de parte de los Fondos Previsionales por parte de sus titulares. Según algunos juristas, con esta tercer autorización, el Parlamento se habría arrogado atribiciones que no le corresponden y debería haber sido declarado inconstitucional. Sin embargo fue promulgado por lo que la Asociación de Fondos Previsionales dijo que desde las 9.00 del lunes 3 de mayo empezarán a recibir todas las solicitudes de los afiliados que quieran hacer este tercer retiro de fondos. Si bien hay un mínimo y máximo de monto para retirar, aquellas personas que tengan menos del mínimo en sus cuentas podrán retirar la totalidad, por lo que se estima que quedarán más de tres millones de cuentas en blanco.
Lo peor es que se habla de que autorizarían un cuarto y quinto retiro, por lo que el sistema podría terminar colapsando. Parece ser pan para hoy y hambre para mañana.
Tal vez el título de esta columna debiera haber sido "¿Hacia dónde va Chile?". La historia lo dirá.
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