por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El efecto de la pandemia ha sido sanitanio, económico, educativo, social y hasta sicológico, con la enorme influencia de lo político, que en general agravó los efectos negativos.
Desde el inicio hemos realizado un seguimiento de los hechos y números, y aventurado alguna opinión o hasta sugerencia. El último detallado fue "Los pronósticos también fallaron con la "vacunación global", luego, aunque se siguió el relevamiento de datos (globales, y de 28 países de interés), se optó por presentar datos seleccionados.
Ante los avances de la vacunación y las variaciones de las medidas tomadas por los gobiernos, creo es el momento de aplicar lo aprendido en estadística y planificación estratégica. Además, escuchar las ideas y propuestas de los que hacen años están en el negocio. Eso implica incrementar el nivel de análisis y opinión.
Situación del Uruguay
Mantiene un cierre de fronteras, salvo para los residentes y "situaciones especiales" vinculadas fundamentalmente a la economía y relaciones internacionales. Una reciente flexibilización de los requisitos de reingreso, eliminando la cuarentena obligatoria, sufrió un rápido reajuste debido a la "cantidad" (según algunos medios, el 10% de los que viajaron en el 2019) de viajeros que habían comprado su pasaje para viajar el exterior del país.
Está realizando una campaña de vacunación que lo coloca entre los 10 países (sin contar pequeños países y territorios insulares) que han logrado o están por lograr la llamada "inmunidad de rebaño", a la que se supone se llega con el 70% de la población inmunizada. A la fecha un 64% de la población tiene una dosis dada, y una vez que se complete la agenda se llegaría al 71%. Ayuda a este guarismo el hecho que se está vacunando a los mayores de 12 años. El 48% ya tiene las dos dosis.
El país nunca llegó al colapso de los CTI (centros de tratamientos intensivos), y actualmente bajó su ocupación a la mitad de la acaecida hace un mes. Después de dos meses (abril y mayo) trágicos desde el punto de vista de contagios y muertes, lleva casi cinco semanas reduciendo los primeros (-58%) y cuatro las segundas (-48%).
La evolución señalada en los dos párrafos anteriores llevó al gobierno a decidir que bajo estrictos protocolos, se reinicien una buena parte de los eventos y espectáculos públicos a partir del lunes 5 de julio, y probablemente se reinicien las clases presenciales a partir del siguiente lunes. La decisión evidentemente responde a reactivar la mayor cantidad de sectores antes de comenzar una apertura que reactive progresivamente el turismo receptivo.
Posiblemente la experiencia de Israel en este sentido puede haber sido tenida en cuenta, así como la evolución de EE.UU. y del Reino Unido.
Las opciones a futuro
Es una ventaja comparativa escribir estas ideas después de grabar @PdaRadio51. Hay puntos de concordancia, que buscarermos sugerir en lo inmediato. Uno de ellos es que la reapertura completa y sin restricciones no es una opción, será paulatina y tomando el máximo de recaudos.
Esta pandemia le mostró al turismo uruguayo lo dependiente que es del turismo receptivo y lo poco desarrollado que está el turismo interno. Un futuro donde no se contemple salvar estos extremos, a la larga no será sustentable.
Mucho se ha dicho que el turismo de cercanías iba a ser el primero en recuperarse. En el caso de Uruguay, la escasa conectividad aérea obliga a mirar hacia sus dos históricos mercados emisores, Argentina y Brasil, ambos con indicadores como vacunados, casos activos y muertos por millón de habitantes peores. Entonces la reapertura deberá ser muy progresiva, y lo que es más, muy selectiva. La misma recién podría ocurrir siempre que la reducción de casos y muertes siga al ritmo actual, y se llegue al punto que se pueda controlar el hilo epidemiológico de los nuevos infectados y lograr la trazabilidad de los extranjeros que ingresen al país. Calculo que recién a fines de julio se tendrá una idea del camino en este sentido.
Mientras tanto, planteamos un par de ideas, una de perogrullo, y otra que no es tan evidente, pero que es relevante. Lo más "fácil" y que seguramente está en la mente de todos, serían los requisitos para los vacunados, cualquiera sea su nacionalidad, sólo basta con reproducir los actualmente vigentes para residentes, sean nacionales o nacionalizados, que vuelven al país. Al principio sería necesaria una cuotificación de esos ingresos. Una "prueba piloto" segura, similar a la del "pase verde" que se hizo para el sector espectáculos días pasados, puede ser acceder al planteamiento de los funcionarios del Enjoy Punta del Este, dejar ingresar semanalmente un grupo de unas 120 personas, vacunados e hisopados, a la "burbuja" de ese establecimiento.
La segunda idea responde a un hecho que no podemos soslayar, que hay muchos argentinos y brasileños que aún no están vacunados (especialmente los primeros), pero que tienen propiedades en el Uruguay a las que hace más de un año no tienen acceso. Han inveretido en el país, pagan impuestos por sus propiedades, las ocupen o no, y cuando pueden venir, consumen localmente. No es turismo interno, es de cercanía. Para ellos proponemos que con más razón se establezca un cupo, pero que se les incluya la posibilidad de vacunarse en Uruguay, lo que los pondría en pie de igualdad con los que sacaron ciudadanía. Ingresarían con PCR negativo, y el puesto de vacunación estaría ubicado en el punto de ingreso, sea terrestre o fluvial (imperativo dar las dos opciones). La decisión de cobrar la vacuna o no es del gobierno.
Aventurar cómo se podría seguir sería entrar en terreno desconocido, primero veamos si se adoptan y cómo funcionan estas medidas.
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