Por qué no se venden autos…
Domingo, 14 Septiembre 2014 15:42

Por qué no se venden autos…
“…El Poder Ejecutivo responsabiliza a los empresarios por el aumento de los precios. ¿Habrán hecho un curso de maldad? Pregunto porque los mismos empresarios que en 2004 aumentaron los precios 4% ahora los subieron diez veces más…”Juan Carlos de Pablo.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

En Argentina uno de los objetivos de toda persona es tener su auto, somos un pueblo “fierrero”, por eso no extraña que los concesionarios más experimentados suelen decir que una vez que una persona ingresa a un local de ventas concretará una operación, sea por un “cero” o por un usado que ahora también, en ciertas gamas, se venden con garantías dadas por el propio concesionario. Nuestro mercado automotor es muy dinámico.

El 2013 marcó un récord de ventas, ya que en el mercado se produjo un hecho paradójico: ante el proceso de desvalorización del “peso”, el automóvil se convertía en  un medio de ahorro, algo que va contra las leyes más clásicas del comercio y de la economía y así se llegó a vender 960.000 unidades “cero”.

Este record también marcaba que ese extraordinario nivel de consumo no se debía a una mejora del poder adquisitivo de la gente, sino precisamente al temor de que el salario en términos reales disminuyera, como está ocurriendo.

Ese nivel “record”, diría casi pírrico, sin embargo no fue una buena noticia, ya que una de las causas de ese fenómeno estuvo dado por el margen existente entre el valor en pesos del dólar “oficial” con el “blue” de donde los automóviles, medido su valor en dólares, eran baratos para el consumidor.  En cierto modo esa burbuja, tan añorada por funcionarios del área económica y por la propia Kristina, fue un  medio para fugar dólares ya que muchos de ellos provenían del valor oficial y se perdían en el mercado marginal…

Este año 2014 se estima que se venderán “solo” 650.000 “turismos” como se los llama en España y en algún otro país de Amárica, y por esa baja de casi 300 mil vehículos se acusó a las fábricas  de “encanutar” sus productos, palabra usada por la propia Kristina.

Es sabido que los autos tienen un componente de autopartes importadas que oscilan entre un 50 y 70% según los modelos, y también es sabido que las fabricas o “terminales”, como se las llama en la jerga, para importar los insumos no pueden comprar dólares en el “Mercado Único y Libre (SIC) de Cambios”, debido a las restricciones de hecho existentes, sino que tienen que recurrir indirectamente al “blue” vía operaciones con bonos, en los que el precio del dólar oscila alrededor de los $ 13.50. Pero el precio final del vehículo se cotiza en dólares al valor de su precio oficial, que el viernes fue de $ 8,42. Esto significa que la pérdida que sufren es precisamente el margen que va del precio del dólar oficial al del “blue” o contado con “liqui” que es la forma legal de obtenerlos.

Por tanto, es obvio que no pueden exportar y es obvio que como harían los propios “K”, el único modo de conservar valor es manteniendo “stock” a la espera que las cosa cambien, ya que la pérdida causada por la “inmovilidad” es inferior a la que se originaría por su comercialización a vil precio.

En cierto modo se da el fenómeno inverso al del año 2013, el año pasado nosotros los consumidores “ahorrábamos” comprando autos, ahora las terminales “ahorran” conservando “stock”.

Esta conducta duramente criticada por Kristina, sin embargo no fue tenida en cuenta cuando días pasados, ella misma,  elogió que en su momento  “El” hubiera sacado del país U$S 500 millones para salvar su valor y garantizar su seguridad…

Esta distorsión se da en todo el sistema económico. Por eso a los argentinos nos sale caro  viajar al exterior, también sale caro viajar por el país, y no nos rinde el turismo receptivo dado que las divisas se comercializan en los mercados  “marginales”, de donde para los extranjeros somos un país barato.

Los procesos inflacionarios generan políticas volátiles o erráticas, y hoy Argentina y Venezuela son ejemplos de nuestra carencia de funcionarios “maduro(s)” cuyo negocio populista es, precisamente lo que nos perjudica, “vivir en la desmesura” o en el diseño de un país “antiestético”.

Puede ser que en Argentina haya autos “encanutados”, pero no se puede vender a 10 lo que realmente vale 17.

Es que en términos reales no tenemos moneda. Esta es la cuestión.

Portal de América

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