Traslasierra: Turismo no profesional, Recursos no aprovechados
Sábado, 10 Enero 2015 23:10

Traslasierra: Turismo no profesional, Recursos no aprovechados
Ya de regreso en Buenos Aires algunas reflexiones sobre nuestras andanzas por Mina Clavero, Nono en la zona llamada “región del valle Traslasierra”.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

El viernes 9 salimos de Nono a las diez y veinte  de la mañana y veníamos bien en nuestro 408 a tal punto que las 16.55 estábamos a la altura de Ramallo, ya en la provincia de Buenos Aires. Habíamos recorrido 640 kilómetros y en ese punto nos sorprendió un accidente que nos tuvo parados durante una hora veinte.

En ese lapso vimos las distintas reacciones de la gente, unos intentaban avanzar por la banquina, otros salían por un camino vecinal con la esperanza de poder retomar la autopista un poco más adelante, y la mayoría, como nosotros, permanecimos esperando dado que desconocíamos la gravedad del accidente, y en su caso, si acercarse por las banquinas, además de cometer una infracción, podría dificultar  las tareas de socorro y asistencia a las eventuales víctimas y a los trabajos necesarios para determinar las causas del siniestro.

Finalmente llegamos a Buenos Aires a las 2020.

Volviendo al tema de esta nota, anticipo que geográficamente la zona de Mina Clavero, Nono, Cura Brochero, tiene lugares muy bellos que en general no están señalizados y uno los va descubriendo metiéndose por senderos de tierra y una  suerte de ripio hasta dar con un arroyito, un rio o cursos de agua cristalina que invitan para disfrutar de lindísimos paisajes naturales, del sol y del agua. Cuanto más “aventurero·” uno se considera, más lugares se descubren,  “señalización y señalética” brillan por su ausencia.

Cuando llegamos a cada  uno de esos sitios no se puede dejar de pensar en el potencial turístico de la zona, ya que la riqueza y abundancia geográfica debería traducirse en una fuente generosa de generación de recursos económicos y fuentes de trabajo.

Lo cierto es que parecería que en la zona no se advierte la existencia de ninguna política turística, y todo queda librado a la buena voluntad de algunos que se esfuerzan por dar un buen servicio con un espíritu netamente amateur.

Recorriendo parajes similares en distintos países de Europa se extraña su señalamiento y señalética.

A 5 km de Nono, por un camino de tierra y piedras, se llega al museo “Rocsen”  que significa “roca santa”, sobre el que poco se sabe pese a que ya fue visitado por más de un millón y medio de personas. Nosotros lo descubrimos al ver sobre la ruta un modesto cartel que señalaba el camino de acceso, lo que nos llevó a averiguar de qué se trataba.

El museo fue fundado por un francés llamado Santiago Bouchon, que hoy tiene 86 años, y se inauguró en enero  del año 1969, según nos explicó la encargada de vender los billetes de acceso, cuyo precio varía desde los $ 55,00  para mayores, $ 45 para jubilados y 25 y 15 para jóvenes y estudiantes universitarios   respectivamente. El horario es de las 9.00 de la mañana hasta que se ponga el sol.(sic)

Es difícil explicar lo que hay para ver en el museo, desde cabezas reducidas por los jíbaros,  estos indios que habitaban en la zona de Ecuador que practicaban la Tzantza, un procedimiento para reducir las cabezas que se aplicaba a las cabezas de los jefes enemigos vencidos y muertos en combate entre tribus de los mismos jíbaros, luego de su decapitación, hasta colecciones de insectos, pasando por la evolución de radios y  reproductores de música desde las  famosas vitrolas, luego los tocadiscos, llegando a los combinados  que aparecieron por la década del 50. Reproducción y comparación  de ambientes de clases pudientes en la ciudad y en la Provincia, de principios del silgo XX, de  ambientes de villas precarias,  cráneos con deformaciones genéticas, deformaciones artificiales y cráneos con diagnósticos de paleopatología. Esqueletos completos de aborígenes del territorio argentino y hasta una momia de Nazca, Perú, de 1200 años de antigüedad y fetos auténticos consecuencia de abortos naturales debidamente conservados. Estas muestras están exhibidas en un lugar reducido y separado del resto con una advertencia en la puerta de ingreso sobre el contenido de ese sector cerrado.

Asimismo se exhiben objetos musicales, un piano francés construido en raíz de guindo en el siglo pasado, en los talleres del gran ebanista, musicólogo y luthier Pape. Es el único piano en su tipo que se conserva en el mundo y además obtuvo medalla de oro en el concurso de mobiliario de París, en las primeras décadas del 800. Esto nos fue explicado por uno de los empleados y según reza en  un cartel allí existente. También se exhibe la mecánica y medio de transporte antiguos y recientemente se agregó una capilla. Es un museo que se amplia de modo permanente.

En otro sector se exhiben cóndores y pingüinos, especies en riesgos de extinción con un llamado a la gente para velar por su conservación y por el respeto a la naturaleza.

Es obvio que en otro país la existencia de este museo estaría ampliamente difundida.

A quien le interese, en “You tube” se pueden ver videos muy ilustrativos del Museo y del propio Juan Santiago Bouchon explicando su filosofía de vida y el finalidad del museo.

En materia de gastronomía recomendamos para los visitantes del “Valle Traslasierra” a dos casas de comida o restaurantes sitos en Nono, uno es “Manantial” en la esquina de Sarmiento y Cura Brochero, y allí recomendamos  los canelones hechos con crepes de remolacha rellenos con espinaca y ricota acompañados por una exquisita y salsa de tomate y crema que se sirven en pequeñas fuentes de barro ligeramente gratinadas. El precio de este manjar es de $ 85,00 y la porción incluye dos canelones. Para el postre recomiendo la tarta de manzana tibia con helado, todo esto con un vino de bodegas “Chandon” nos hizo gastar  un total $ 340,00. También preparan “fondue” de queso en cuatro variedades.

El otro lugar es “El parador” sobre la ruta 14 Km 100, a unos metros de la estación YPF en dirección a Villa de la Rosa. Como todo restaurante o casa de comida que se precie de buena calidad, la oferta del “menú” no es amplia pero suficiente para una buena elección. En este optamos por comer un solomillo con miel y salsa agridulce acompañado con papas noisette, plato elegido por mi mujer, y un lomo con una exquisita sala de hongos acompañado con pura de papa. Cada plato estaba en los $ 115,00 y el vino “latitud 33” en $ 125,00. Esta vez por razones de “peso” no comimos postre.

Para una copa luego de cenar, es infaltable concurrir a “Monalisa”, ubicado sobre la ruta 14 en la esquina de los semáforos, a unos 400 metros de la nombrada YPF.

Lo cierto que en el valle Traslasierra el turismo está en el nivel de principiantes, y doy varios ejemplos.

En toda la zona de Nono y Mina Clavero hay solo 9 cajeros de la red “link”, cinco en la villa pertenecientes al “Bancor” y “Banco Nación”. En el acceso a la villa dónde finaliza el camino de las altas cumbres, hay un móvil con dos cajeros, nosotros fuimos dos veces y no tenían dinero. Finalmente hay uno en Nono, que aparentemente funciona en el verano pero nunca se sabe a qué hora es recargado, por lo tanto conseguir dinero es casi tan difícil como acertar el “loto”.

La hotelería es modesta, y por lo que hemos visto los establecimientos parecen atendidos por “sus dueños”, que compensan falta de profesionalismo con buena voluntad. La excepción debería ser el “Howard Johnson”, por el prestigio de su marca, que como dije en mi anterior nota, se asemeja más a una pensión familiar que a un hotel de esa cadena.

Hay abundancia de ofertas de “cabañas”, lo que llamaría un típico aporte del “P2P”. Los alquileres se negocian directamente entre propietario y cliente por la red, por lo tanto no hay costo alguno de intermediación. Se ofrecen con desayuno, servicio de mucama y en algunos casos con comidas que deben ser previamente encargadas. Los precios de las porciones son menores a los vigentes en restaurantes o casas de comida. Aunque parezca paradójico, es el sector más profesional del turismo, y en general según lo que pudimos averiguar no hay engaños en lo que se ofrece. Nos dijeron que el 60% del turismo opta por este medio para sus alojamientos y las estadías oscilan entre los cinco y siete días.

Otro inconveniente es la mínima bancarización del comercio, ya que son muy pocos los negocios, hoteles, restaurantes y demás comercios que operan con tarjetas de débito o crédito.  Si sumamos a la escasez de cajeros explicada, este es un problema, dado que los billetes de máxima nominación son los de $ 100 y una comida para una familia tipo exige un desembolso mínimo de  $ 250,00, por lo tanto hay que andar con varios cientos de pesos encima lo que es un riesgo.

Según nos explicaron varios comerciantes, el costo de operar bancarizadamente es  muy alto, lo que se dificulta por la existencia de  solo los dos bancos referidos, que además son del estado provincial y nacional, lo que los hacen dos instituciones “pesadas”.

En esta zona prevalece un turismo de clase media “media” y las estadías no superan los siete días.

Entre la villa y Nono hay solo tres estaciones de servicio, una Shell que opera en el horario de 09.00 a 21.00 con tarjeta de crédito  y débito y la YPF que solo acepta tarjeta de débito. La YPF de Nono solo acepta efectivo. En general hay que estimar  una espera de media hora para llegar al surtidor en las YPF, en la Shell la cosa es más rápida pero los precios son mayores que en su competidora.

Como hemos visto, en materia de “turismo” está todo por hacerse.

Diría para terminar que más que turismo, hay gente que va y viene.

Portal de América

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