La lucha por las ayudas estatales en el transporte aéreo y el turismo en Argentina
Miércoles, 20 Mayo 2020 17:06

La lucha por las ayudas estatales en el transporte aéreo y el turismo en Argentina

“…Los manifestantes hablaron por muy pocos: una evidente mayoría de la población respalda las restricciones. Sin embargo, es una amarga ironía que, en el breve momento reivindicatorio del país, todos los viejos conflictos estén resurgiendo. Eso hace que la unión inicial parezca superficial, producto de nuestros instintos de supervivencia más que de reflexión compasiva. Así que, en lugar de solidaridad, tenemos lucha. En lugar de unidad, división. Parece que esta también es la nueva normalidad de Alemania”.*c.2020 The New York Times Company.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (en ochentenera (cuarentena x 2) convertida en medio de militancia político partidaria)

Cuando muchos pensamos que a partir de esta seudopandemia cambiarían muchas cosas y la vida sería diferente, vemos que parece que seguiremos siendo iguales con nuestras virtudes y miserias, como estaría ocurriendo en Alemania según da cuenta el artículo del New York Times, del que hemos tomado el párrafo que sirve de copete.

Nuestra naturaleza humana, y eso lo aprendemos a partir de la lectura de los clásicos, ha cambiado muy poco a lo largo del tiempo. Pasa que lo que cambian son los medios, antes se peleaba casi  a las piñas y ahora las armas son mucho más sofisticadas, y hasta se puede agredir desde armas automáticas guiadas  a distancia.

El bien y el mal siguen siendo los extremos de lo que llamaría “calidad de vida”, asi que no veo por qué a partir de ahora habrá cambios sustanciales.

Los índices económicos del mundo apuntan a la baja y los gobiernos han comenzado a distribuir ayudas. Y el conflicto se plantea sobre su naturaleza, vienen condicionadas o  “a fondo perdido”, es decir sin cargo de devolución, lo que significa si esas ayudas debe mutualizarse como lo piden los países del Sur de Europa, o deben condicionarse como lo demandan los del Norte, Holanda, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Austria.

Francia y Alemania estarían de acuerdo en que parte de las ayudas deben ser a “fondo perdido”, lo que constituye un giro significativo por parte de Alemania, quizás cuando advirtió que su dureza con Grecia perjudicaba a los bancos germanos.

Estados Unidos está  desparramando miles de dólares lo que podría provocar un deslizamiento hacia el oro, con lo cual una futura inflación internacional podría volver a poner las cosas en su punto de origen y un regreso al dólar.

En la Argentina esta cuestión es mucho más mundana, porque un sector del gobierno y no sé si todo, vio la oportunidad del “manotazo” y convertir las ayudas en participación accionaria o en el capital de los ayudados, lo que nos llevaría a expropiaciones sin indemnización, o también para forzar liquidaciones de empresas negándoles o condicionando ayudas que por ejemplo Aerolíneas Argentinas recibe por derecho propio.

Digo que esta idea fue  en principio ponderada favorablemente por el Ministro de Trabajo Claudio Moroni, hombre del riñón del Presidente Fernández. Es decir, algo se está cocinando a fuego lento.

El “fondo perdido” de Macron y Merkel, en la Argentina tendría su versión en “beneficio de uno” o “la oportunidad soñada”.

En materia de transporte aéreo y turismo, objeto de esta nota, habría una línea divisoria, distinguiendo a las víctimas reales del aislamiento, del cierre de fronteras y de la limitación de circulación de personas dentro del territorio, amén del cierre de hoteles, casas de comida y afines.

A ese segmento se le produjo  lo que llamaría para ponerme en línea con el código civil y comercial, una frustración de objetivos, y por tanto se genera un derecho indemnizatorio en beneficio de los afectados.

Este perjuicio es difícil de medir, ya que no es posible estimar en cuánto tiempo se podría  volver a un mercado sustentable, un mes, un año, cinco años, difícil saberlo.

Otra cuestión es la de analizar cuál era la situación antes del DNU 260/20, 274/20  y 297/20 que comenzaron con esta saga de normas que paralizaron, entre otras varias actividades, los servicios aéreos y el turismo.

Muchos venían mal desde que en diciembre de 2019 se impuso el impuesto patriótico a la compra de moneda extranjera, y otros desde mucho antes cuando comenzó la devaluación acelerada del peso.

El sector del transporte aéreo y turismo ya venían heridos por actos de gobierno, que buenos o malos, frenaban o desalentaban la actividad.

Es sabido que contra ese tipo de actos no hay alternativa, salvo casos muy específicos, y los afectados se la deben bancar.

Parecería que las consecuencias directas e inmediatas de las decisiones que frustraron el objetivo de los contratos de transporte aéreo y de servicios de turismo deben ser asumidos por el estado en su totalidad.

Esto no es difícil de determinar, ya que existen las constancias respectivas de cada compra y de cada venta, que en el caso aéreo y  del turismo comienzan a partir del 12 de marzo pasado y en principio se extenderán hasta el 31 de agosto próximo.

Caso distinto es el de billetes abiertos y servicios turísticos contratados para efectivizarse a partir del 1º de setiembre  próximo. En éstos no habría impedimento alguno para su prestación, salvo en los internacionales en los  casos que hubiera restricciones de ingreso o de otros servicios turísticos en los países de destino.

Las cuestiones subjetivas de cada viajero quedarán a su cargo, ya que hay casos pues he recibido consultas al respecto de personas con fechas de viaje a partir de setiembre, pero que desean cancelarlos por razones reitero personales.  En general miedo a eventuales contagios, o el encarecimiento medido en pesos del dólar o euro, o la imposibilidad de adquirir moneda extranjera en montos mayores a los 200 dólares por persona, por mes.

Como vemos nada es lineal en la vida, y como suele ocurrir siempre hay ganadores y perdedores  en estas cuestiones. Pasa que siempre unos y otros son o somos los mismos, los heroicos ciudadanos contribuyentes que al final terminamos pagando las “ayudas”, es decir, construimos obligados el propio cadalso económico.

Esto tampoco cambiará…

Portal de América

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