Aporte al producto bruto y pérdidas
Jueves, 21 Mayo 2020 16:49

Aporte al producto bruto y pérdidas

En términos muy sencillos, el PBI representa el valor de mercado de la producción final de bienes y servicios de un país, realizado por los residentes y no residentes en un periodo determinado, generalmente un año calendario. Definición tomada de la página del BBVA.

TSTT-1250x115
Fiexpo 2024 1250x115
CIFFT 1250x115
SACRAMENTO radisson
Arapey 1250x115
Mintur verano 1250x115
SACRAMENTO - proasur


por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (en ochentena y con “default controlado” sic)

Días pasados se conoció un informe divulgado por el grupo LATAM detallando sus aportes al PBI argentino. Lo mismo ocurre con Aerolíneas Argentinas, la diferencia está en que justifica sus pérdidas y los millonarios aportes del estado en concepto de subsidios, que se compensarían generosamente con su aporte al PBI.

Es lo mismo que decir que en un partido de futbol perdimos por goles pero tuvimos más tiros o saques de esquina, los famosos “córner”, a favor.

Pasa que una cosa no tiene que ver con la otra, ya que el PBI mide el valor o el precio de todo lo producido en el país,  pero ese resultado que puede ser bueno si el monto del PBI crece a partir de una base del 3% anual, y malo si se mantiene sin crecimiento, o peor aún como ocurrirá este año y se disminuye con relación al año anterior.

Es obvio que se puede tener un crecimiento  del 3 o más por ciento anual y eso no impedirá que haya empresas que quiebren y otras que ni ganen ni pierdan y otras que tendrán buenos resultados y capacidad para distribuir ganancias.

En definitiva, hasta los que quiebran y aún en proceso de liquidación continúan aportando al PBI, lo que no justificaría que por ese motivo se levante el estado de falencia. Por ejemplo, los honorarios de los funcionarios de la quiebra y los gastos de mantenimiento de sus bienes, suman al PBI.

No por eso hay  que desear que haya muchas quiebras.

No dudo que Aerolíneas Argentinas y Austral deben aportar al PBI argentino, pero ese aporte no compensa sus pérdidas que el estado financia contrayendo deuda,  y con el impuesto inflacionario dado nuestro crónico déficit fiscal.

Debemos aclarar que tampoco resultaría entendible el argumento de la compensación de aporte al PBI con sus pérdidas, aunque hubiera superávit fiscal o simplemente equilibrio, lo que para la Argentina sería un fenómeno sobrenatural.

Admitamos que en la situación actual del país, con déficit fiscal, emisión sin límite, 50% de pobreza, caída del PBI para este año que se estima en un piso del 10%, y una sociedad empobrecida por toda esta saga en la que se mezcla la mala praxis económica, factor propio o intrínseco con esta cosa del “covid 19”, que llamaremos una externalidad o cisne negro, resulte necesario que el estado ofrezca por medio de Aerolíneas Argentinas servicios de transporte aéreo.

En este supuesto debemos pensar qué servicios deberían ofrecerse.

Queda claro, la prioridad, diría excluyente, estaría en los servicios de cabotaje, para los regionales e internacionales  hay oferta suficiente aunque haya empresas que dejen de operar en Ezeiza y en otros aeropuertos del interior.

Parecería que los servicios de Aerolíneas Argentinas debieran limitarse al cabotaje, con tarifas sustentables y un sistema racional de subsidios dirigidos a la demanda.

Esto significa que el transporte aéreo será caro porque su insumo principal, los aviones y sus repuestos, se pagan en dólares o euros.

Si miramos las escalas de ingresos que publica el INDEC veríamos que el mercado se reduciría a no más de tres millones y medio de personas, siendo optimistas, lo que podría generar una ocupación teniendo en cuenta la capacidad de la flota disponible, de alrededor de un 45/50%.

Por lo que la oferta debería ajustarse a ese nivel de demanda. Este precio diría elevado de los billetes aéreos establecería diferencias con los medios terrestres, fundamentalmente buses, ya que los servicios ferroviarios son prácticamente inexistentes.

Los viajes aéreos quedarían reservados a los que lo pueden pagar sin auxilio del estado, y con un sistema de subsidios para aquellos que necesiten viajar y no cuenten con el nivel de ingresos suficientes.

El subsidio debería fijarse en función de la distancia y las necesidades de quien lo solicite, y consistiría en una “cheque”  o “bono” intransferible otorgado por el estado que el usuario lo podría usar para pagar una tarifa de avión, de bus o de ferrocarril en los destinos que se pueda viajar por ese medio.

Es decir, será el usuario y no el estado quien ponderará la urgencia y la distancia a recorrer, su comodidad y el tiempo disponible para el viaje.

Como cabe suponer que la diferencia tarifaria entre el medio aéreo y el terrestre será importante, es probable que gran parte de los usuarios se vuelquen a los medios de menor precio de acuerdo a sus posibilidades de pago.

Reitero, no es alegre proponer este tipo de políticas, pero deben analizarse desde la situación en la que estamos metidos y que como sociedad nos hemos empobrecido.

Otra reflexión en la actual situación, en vez de pensar en impuestos a la riqueza se podrían fijar niveles tarifarios en función de los ingresos personales.

Habría tarifas plenas para quienes declaren ingresos, propios de los deciles nueve y diez. A partir de ese piso las tarifas deberían ser variables, y los subsidios variarían en función de los ingresos.

Sabemos que hay un 30/35% de economía informal. Para quien no declare ingresos regiría la tarifa plena, lo que obraría como un incentivo para registrarse por parte de los “patrones” y de los trabajadores marginales.

En fin, otro argumento más para terminar con el cantito que merezco subsidios porque aporto al PBI.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.