por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (los argentinos somos buena gente, aunque a veces lo disimulamos muy bien, lástima nuestras dirigencias, los llamados notables, lucen como “pavos reales” a quienes espera, como cuenta Nassim Taleb en el Cisne Negro, una mesa Navideña, rociados con un buen vino…)
Sorjonen es una serie policial proveniente de Finlandia, y en mi opinión es lo mejor del género no sólo por el rigor con que se describe lo peor del ser humano, en escenas de crudo e imaginativo sadismo, sino por el contraste de una geografía que ubica a Lappeenranta, ciudad en la que transcurren las historias de la serie, sobre el bellísimo lago Saimaa, la espectacularidad de inviernos nevados, brillantemente fotografiados desde el aire en que se contrasta ese blanco puro con el gris que viste a la vegetación, propio de todo invierno que podría significar la pureza del bien con la imprevisibilidad de la conducta humana, capaz de lo mejor y lo peor.
Finlandia, estuve averiguando, celebra la noche que no anochece el 23 de junio, que se llama la noche de San Juan. Dicen que antiguamente era la fiesta de la fertilidad y esperanza, y algunos la relacionan con el nacimiento de Juan el Bautista, ocurrido un 24 de junio.
Ville Vertanen, es en la serie Sorjonen. Pienso que va ser muy difícil separarlos como actor y personaje, porque dibuja una forma de ser y de actuar, que después de ver la serie, parece inescindible.
En la misma línea podríamos incluir otra muy buena serie policial que es “Karpi”, interpretada por Pihla Viitala.
En este caso es una mujer policía que de algún modo se emparenta con Sorjonen, ya que diría los vincula un mismo problema existencial con sus hijos, la difícil edad de la adolescencia para los jóvenes de hoy, con lo absorbente de la vida policiaca.
Viendo estas series entendimos a Jorge Giacobe, cuando dice que para ejercer ciertas profesiones u oficios hay que ser “loco” o de otra dimensión.
Traje a cuento estas dos series porque pienso que además de su calidad cumplen la misión del mejor “marketing”, diría que la calidad es marketinera por derecho propio.
Estas series nos muestran, más allá de un tipo de belleza geográfica a la que no estamos acostumbrados, diría incomparable, la idiosincrasia de una sociedad con un buen nivel de vida y una ejemplar austeridad.
Muchas veces veo los esfuerzos que hace el marketing para atraer viajeros, presentarnos lugares que lucen idílicos y altos niveles de confort, calidad hotelera, buena comida, alternativas de atracciones, espectáculos, museos, en fin un menú interminable, pero falta mostrar el estilo de vida, como diría Manuel Garcia Morente.
Quizás se considera que no nos importa como son los otros, y precisamente allí puede estar el error. Sorjonen y Karpi nos describen la vida de Finlandia, con sus más y con sus menos. Ocurre lo bueno y lo malo y precisamente la vida transcurre entre opuestos.
Estas dos series a las que hago mención, constituyen además una invitación muy franca para viajar, para nosotros a ese lejano destino, el mensaje que nos dejan seria “somos asi”.
Viendo la serie uno advierte que las cosas de todos los días funcionan con normalidad, a pesar del rigor del clima, en especial invernal. El gobierno funciona, los juicios se resuelven en muy poco tiempo entre el hecho y la sentencia, y hay un respeto por la política a pesar que allí también parece que hay corrupción.
Uno no sabe si nos quedará tiempo y posibilidades, pero he tenido la sensación que Sorjonen y Sophia Karpi, me tendían una mano y me invitaban a visitarlos.
Con eso es suficiente, ya son mis amigos.
Portal de América