El turismo: causa o consecuencia
Miércoles, 08 Diciembre 2021 11:20

El turismo: causa o consecuencia Mensajero Web

En la inauguración de la FIT 2021 pudimos escuchar el discurso de su Presidente Gustavo Hani, a su vez presidente de la Cámara Argentina de Turismo hasta 2023. Como no podía ser de otro modo se trató de un discurso de carácter gremial y ponderó que el programa “PreViaje” se haya incluido en un proyecto de ley para el turismo. En el mismo sentido el Ministro de turismo Matias Lammens también se presentó con la mentalidad netamente corporativa, como si el turismo tuviera una realidad propia.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @007Rizzi

Primero debemos ocuparnos del Ministro Lammens, que una vez más ha demostrado que sólo transita por lugares comunes y parece no entender por qué la cuenta corriente de nuestra balanza turística es deficitaria desde hace años.

Bien mirado, ese resultado negativo significa que el turismo fugó más dólares o euros de los que fue capaz de generar.

Es decir, el turismo hasta ahora contribuyó a la generación de “deuda”, ya que las importaciones de turismo, se pudieron financiar por la sobrevaloración de nuestra inexistente moneda y por el ingreso de dólares financieros, cuyo pago luego resistimos.

Obvio que no estoy reprochando a la “industria del turismo”, el reproche se debe dirigir a los diferentes gobiernos que usaron el tipo de cambio como un elemento de regulación de nuestros problemas irresueltos, el esencial gastar mucho más de lo que lo permiten nuestros recursos.

Esas políticas de manipuleo del tipo de cambio, además hecho sin profesionalidad, fue un subsidio explícito para importar turismo.
Cuántas veces hemos escuchado que “es más barato hacer turismo en el exterior que en el país”, o el famoso “deme dos” que además lo hemos repetido como una buena picardía criolla.

Esas políticas cambiarias que responden a prejuicios ideológicos, aun hoy difíciles de entender, son las que sobrevalorando el peso perjudicaban no sólo el turismo de cabotaje, sino que también desalentaban el receptivo.

Un ministro con nivel de tal, debió haber hecho una severa autocritica y debió explicar cuáles son sus políticas para que el tipo de cambio no incline el fiel de la balanza de los servicios turísticos para el lado de la importación.

Menos fue Gustavo Hani, que debiendo saber cuál es una de las causas que desalientan el turismo de exportación y el local, se perdió en políticas que sólo procuran más gasto fiscal, como es la presunta conversión del “PreViaje” en política turística de estado. ¿Estamos todos locos…?

No quiero pensar en la cara de los representantes del FMI cuando a nuestros técnicos les toque explicar lo inexplicable de la institucionalización del “PreViaje”.

Asi nadie nos puede tomar en serio.

El ministro Lammens, para demostrar coherencia de equipo, dijo que debemos cuidar los dólares, pero omitió decir que ya suma más de 600 millones de dólares que se gastaron sólo para controlar los tipos de cambio “libres”, dólares tirados a la calle, por eso se mantiene en una brecha del 110%.

No reprocho a Lammens, porque es una persona que no podía generar ninguna expectativa racional, pero mucho lamento la falta de crítica, en su cabal sentido de la palabra por parte del sector privado, que sólo atina a pedir más gasto fiscal dando muestras de obsecuencia ante funcionarios públicos, cuyo nivel está sólo determinado por el dedo de quien los designó. No más.

Epicteto, maestro del estoicismo, enseñaba al inicio del “Enquiridión” que de uno dependen las acciones propias como la facultad de hacer juicios de valor, la motivación, el deseo, la aversión y por lógica no depende de uno lo que no son acciones propias. Luego aclara las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres.

Los argentinos no somos libres, apenas malos especuladores, y creemos que nos puede ir bien si seguimos en este perverso juego de “más gasto” y de la obsecuencia hacia los inútiles.

Habría que hacer un estudio pormenorizado de los dos “PreViaje”, y desde ya anticipo que luego nos daría vergüenza considerarlo una posible política de estado.

No niego la importancia del turismo, por el contrario, creo que como comercio o industria del “ocio” casi debería ser un servicio público, por lo menos en la concepción filosófica de los gobiernos, porque el derecho al trabajo implica el derecho al descanso, entendido no como una limitación de la jornada de trabajo, sino como un buen uso del tiempo libre.

Hoy en la Argentina con un 44% de pobreza, que si la medimos con parámetros de “aspiración de vida” superaría el 70% de la población, en la FIT se pidió más gasto fiscal.

No es el camino, ni habla bien de la dirigencia del sector, en cuanto idoneidad profesional.

En la situación actual de la Argentina aún no hemos determinado una pirámide de prioridades, no creo que el turismo debe estar al tope.

El futuro de nuestro turismo, más allá del marketing, de la conectividad y de los “Previaje”, esta condicionado por la política y la economía y por el respeto que generamos ante el mundo. El presente no es halagador.

En nuestro ámbito regional, la Argentina será un destino apetitoso, mientras haya brecha cambiaria, pero las arcas del Estado no se verán favorecidas.

Será por eso que se mantienen cerradas varias fronteras terrestres, en especial Colón-Paysandú y Fray Bentos-Gualeguaychú, el tema es que no vengan a cargar nafta, porque acá esta subsidiada, dicen hasta marzo….

Estar regalado, también es un problema.

Portal de América

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