Anoche, sábado 11 de diciembre, hubo otro encuentro entre Uruguay y Argentina. Fue como dice la gacetilla “En el marco del ciclo Piazzolla 100, el sexteto dirigido por la violinista Erica Di Salvo junto con las cantantes invitadas Amelita Baltar, Paula Maffía, Silvina Moreno, Luciana Jury, Sof Tot, Sofía Viola, Clara Trucco, Mariana Michi, Vic Bernardi, Cata Raybaud y Tita Print recrea la obra cancionística de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer. El concierto cuenta con la conducción de la periodista Valeria Sampedro".
Ese día, el 11 de diciembre, es asimismo desde 1977 el “Día nacional del tango”, fecha elegida por Ben Molar por ser el día del nacimiento de Carlos Gardel y Julio De Caro, con nueve años de diferencia, 1890 y 1899 respectivamente.
Digo encuentro porque en los dos supuestos se encuentran Uruguay y Argentina.
Con Astor Piazzola, porque Horacio Ferrer, el poeta uruguayo, tiene mucho que ver con su obra y en especial con esta versión del tango, que no me animo a decir nueva o reformadora, sino más bien encajada en nuestra altura del tiempo.
Amelita Baltar completaría ese trio que puso al tango más que en el siglo XX, diría en el siglo XXI. Es bueno acotar que alguna vez le escuché decir a Ferrer que muchas de sus letras las pensó para que las cantara ella, Amelita Baltar.
La trilogía de baladas escritas por Ferrer, “Balada para mi muerte”, “Balada para él”, dedicada a Lucas Demare y “Balada para un loco”, conforman un hito en la que la palabra y la música expresan historias que tiene que ver una forma de ver y vivir la vida.
Esta otra trilogía de artistas, que soportó la incomprensión de “la balada para un loco” como lo recordaba el diario El País hace un tiempo, es un símbolo de dos países que quizás, y a pesar de los gobiernos, tienen un vínculo de familia plasmado en el arte y en un estilo de vida que es ese aire espiritual, que usaba Manuel Garcia Morente para definir el concepto de nación.
El otro hecho es Gardel, que pudo haber nacido en Francia o en Uruguay. Es probable que haya nacido en Uruguay, asi lo dicen algunos documentos, me encuentro entre los que asi lo creen.
Pienso que respetando nuestras banderas somos rioplatenses, y el tango, hecho arte por Gardel, Piazzola, Ferrer y Amelita Baltar, es ese vínculo que nos permite mantenernos siempre “encontrados” a pesar de todos los desencuentros que nos ha tocado vivir.
En la década del 50 no se podía viajar al Uruguay, y con el tema de las pasteras que Uruguay supo atraer, cerramos durante más de tres años el puente Gualeguaychú-Fray Bentos, sustentando la decisión en falsedades, como que la planta de Botnia contaminaba el rio Uruguay, que nos descalificaron ante el mundo y que no se pudo probar ante un tribunal Internacional.
Los uruguayos podrían decir “Ahhh… los argentinos…” razón no les faltaría, podrían haberlo pensado, pero no lo dijeron…
Y como lo dice Eladia Blazquez “…A pesar de todo, la vida ¡qué hermosa!, siempre y sobre todo, de todas las cosas Gracias...a pesar de todo…” uruguayos y argentinos seguimos siendo rioplatenses…me gusta más que hermanos…
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