Brasil "nuestra China" y el avión presidencial
Martes, 24 Abril 2012 10:14

Embraer Legacy, el jet ejecutivo de la fábrica brasileña Embraer Legacy, el jet ejecutivo de la fábrica brasileña
En 2006, cuando dábamos los primeros pasos en la era digital aún como Portal del Uruguay (PDU), escribimos "El avión de Tabaré" y en una parte decíamos: "Con el avión en cuestión, pasa lo mismo; si queremos ser un país serio, no podemos aceptar que nuestros presidentes, poco menos que hagan “dedo” para que algún colega de la región, les de “carona” o un “aventón” para llegar a alguna cumbre". Hoy, leemos declaraciones del Prosecretario de Presidencia, Diego Cánepa, anunciando entre otras cosas, que debemos entender que comercialmente Brasil "es nuestra China" y la factible compra de un jet a Embraer facilitada por el gobierno de Dilma Rousseff.
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por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Con todas las salvedades del caso y en el entendido (pongo énfasis en esto) que Brasil no regala nada y que suele hacer creer que puede ser un socio o cliente espectacular para pequeñas economías vecinas como la nuestra, hasta que aplica el infaltable y contundente "infelizmenchi" y de un solo golpe deshace hasta la mayor fantasía, deben tomarse estas apreciaciones de Cánepa con absoluta seriedad.

Un mercado impresionante ahí nomás

Se puede afirmar sin temor a equivocarse que comenzando por Lula-Tabaré y siguiendo por Dilma-Pepe, Brasil y Uruguay viven lo que puede ser en la historia, el mejor momento de fraterno relacionamiento, empatía y sinceridad.

Visto desde ese ángulo el panorama, de cara al complicado relacionamiento con el otro Gran Hermano, a Uruguay se le presenta una inmejorable oportunidad de avanzar, comercialmente hablando, en portugués de Brasil.

Solo imaginarnos lo que puede significar para la industria local, de alguna manera ingresar como polo logístico complementario para la construcción de 250 buques de gran porte, que necesita en el mediano plazo el país del norte, para cumplir con sus obligaciones comerciales, produce escalofríos y emociona.

Pero aún más puede conmover e ilusionar, la enorme, la inconmensurable chance que tenemos de una vez por todas, de mirar a ese gran mercado de al lado, como el gran emisor de turismo que puede y debería ser, del destino Uruguay.

Un ejemplo claro, rotundo e indiscutible que avala nuestra apreciación es la experiencia de Pluna de los últimos dos o tres años. Bastó simplemente la determinación de su propia conducción para convertirse en la aerolínea extranjera que opera más vuelos a más destinos de Brasil.

No es necesario realizar concienzudos estudios de mercado o de factibilidad para diagnosticar cuales son los dos factores realmente determinantes que hacen que por ahora, el turismo brasileño no nos invada y pueda llegar a poner en riesgo la sostenibilidad de nuestro medio ambiente (juro que no exagero nada).

El primero y principal es el desconocimiento (de alguna manera hay que llamarlo) que hay en Brasil, no solamente acerca de

Uruguay, sino de todo lo que queda fuera del territorio "mais grande do mundo", pero también dentro...

A fines de 2007 publicamos "Crisis de identidad: no nos conocen ni nuestros vecinos. Pero el nivel de ellos..." . Este artículo tuvo como base una nota de la Revista Veja. Para situarnos en lo que queremos comunicar, veamos algunos resultados de la encuesta PULSO BRASIL, del Instituto IPSOS reseñados en la misma:
Los encuestadores abrieron una mapa mundi delante de los entrevistados (1.000 personas, en setenta municipios de las nueve regiones metropolitanas) y les pidieron que indicasen donde quedaba Brasil.

Solamente la mitad acertó. Para el 2%, Brasil queda en la Argentina; un porcentaje un poco mayor, piensa que Brasil queda en África y la duda es si en Chad o en la República Democrática del Congo. Un 29% restante, no intentó siquiera responder. Casi el 10% de los entrevistados que pasaron por una facultad (no importa si terminaron o no el curso), no saben que Brasil está en América del Sur. El porcentaje sube hasta el 30% entre los que hicieron enseñanza media, segmento en el que se supone, estudiaron geografía durante 6 años, al menos y trepa hasta el 50% entre los que hicieron solamente primaria. Previsiblemente, el desconocimiento con respecto a otros países es aún mayor; solamente el 18% de los brasileños consigue identificar a los Estados Unidos y apenas el 3%, localiza correctamente a Francia en el mapa. En cuanto a Argentina, tan mencionada en chistes futbolísticos, el 84% de los brasileños ni siquiera desconfía que tenga frontera con Brasil.

El segundo factor negativo es la conectividad. Se puede incrementar aún más las frecuencias aéreas pero, en algún momento, habrá que ponerse a pensar en serio en otra cosa, como en los trenes de alta velocidad, ¿demasiado disparate?...

Pero el dato principal es que hay mercado y está ahí nomás, al lado nuestro. En algún momento habrá que considerar una real apuesta promocional a nivel popular y para ello, habrá que "aparecer" en la TV brasileña si o si. Quizás la solución sea convencer a los brasileños de rodar alguna ficción, de esas que van en el prime time en diversas locaciones del paisito...

El avión presidencial

Cabina principal del Embraer Legacy

Comprarlo es lo de menos, máxime si como dice el Prosecretario, la oferta tiene precio de banana. El problema tampoco es mantenerlo, para nosotros, pasa por un tema cultural en la política local. No estaría bueno, al igual que ocurre con los coches oficiales cuando se los ve en el estacionamiento de algún supermercado, ver el avión presidencial en donde no debe estar.

Pero que un país que pretende ser serio, debe tener al menos un jet a la orden del Poder Ejecutivo, más que necesario, a estas alturas, es obligatorio.

Entonces, para Cánepa, al mejor estilo de Susana: ¡corrrrrrectoooooo!

Nos vemos.

Portal de América



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