por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Es muy usual en cualquier parte del mundo que alguien que analiza gestiones en cualquier actividad, critique al organismo rector de la misma en primera y muchas veces, única instancia.

Nosotros creemos que en este caso el organismo rector, el MINTURD, tiene parte de la responsabilidad de lo que ha venido ocurriendo en los últimos días pero de ninguna manera toda la responsabilidad. La actividad privada tiene la suya y muy importante y los comunicadores, obviamente también.

Es obligación del ministerio del ramo hacerle ver al gobierno central las necesidades y realidades que reclama el sector y también es suya la obligación de tomar un papel protagónico en lo que refiere al diseño de la nueva conectividad aérea, a la realidad que vive el sector y además de paliar los efectos negativos del cierre de Pluna (como creemos que es su actual preocupación)ir delineando un nuevo diseño de las reglas de juego para que no vuelvan a ocurrir tan lamentables cuestiones. En una palabra, el Ministerio de Turismo debería ser quien lleva la voz cantante en el reclamo de una Política Aeronáutica, porque sin ella, pierde la actividad su principal herramienta, nada más ni nada menos.

La actividad privada toda, que está viendo ante sus propios ojos dos realidades que corren el riesgo de rompérselos, no puede continuar silenciosa, cruzada de brazos, orejeando lo que pasa.

Por un lado la pauperización del negocio. El receptivo uruguayo ha pasado sin anestesia de un limbo real al desastre virtual (virtual porque no es reconocido aún, porque se esconde la realidad pero ya hay datos que asustan como los que reseñamos hace pocas horas en el artículo Subasta y López Murphy: esta vez conferencia por Skype-ficción (click aquí))

Por el otro lado, el temor manifiesto, temor totalmente comprensible, que después de la subasta quede instalado un definitivo monopolio u oligopolio, no solamente en el transporte, sino también en el turismo uruguayo.

Los comunicadores, que más allá de limitarse a la simple enunciación noticiosa y no investigar ni editorializar como correspondería, no ayudan a despertar la conciencia necesaria en los diferentes actores de la actividad. Ni hablar de quienes como ya hemos señalado en más de una oportunidad, hacen la tarea a medias, confundiendo en general, sirviendo intereses sectoriales.

Todo esto transcurre en le turismo del Uruguay sin que nadie pegue el grito y convoque a un cabildo abierto.

¿En qué temporada estamos?

¿Cuál es la excusa puntual para el silencio?

Señores empresarios del turismo uruguayo:

¿Está todo bien?

¿Ustedes piensan que no es necesario debatir nada?

Aunque ustedes no lo quieran aceptar, los Reyes Magos son los padres.

Nos vemos.

Portal de América