por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
Joya nunca taxi
El paquete incluye en primer lugar la flamante certificación de una de las autoridades aeronáuticas mejor puntuadas últimamente a nivel internacional como la DINACIA. Alas Uruguay debe ser al día de hoy una de las aerolíneas más seguras del mundo. Si hubiera que ponerle un "valor llave" a la obtención del AOC, el certificado de operador aeronáutico, no se arranca por debajo de los 7 u 8 millones de dólares, los cuales ya están invertidos. Más vale no pensar si tanto esfuerzo y tanto dinero terminan tirándose por la borda...
La pequeña flota de tres aviones Boeing 737-300 ha pasado por todos los controles habidos y por haber y han tenido que levantar cientos de observaciones, sobremanera los dos primeros, el CX-OAA y el CX-OAB llegados de Ucrania, dado que el CX-OAC que vino de EEUU, llegó impecable de aspecto y prácticamente impecable en materia de documentación de su plan de mantenimiento.
Por su denominación sin dudas, pero fundamentalmente por el espíritu que reina en sus recursos humanos, la mística heredada de Pluna que se simboliza en algo que no se compra en la feria: la credibilidad que ha ganado su gente y el excelente servicio que en el poco tiempo que llevan de operación ya han demostrado, Alas Uruguay tiene todo a su favor para convertirse de hecho, en la Aerolínea Nacional de Referencia de la gente, lo que algún día llegará a obtener de derecho, con la intervención del Estado.
Es la adjudicataria natural de la "buena" herencia de Pluna, rutas, frecuencias, slots y un intangible monumental que es la preferencia del mercado local y en muy buena parte del corporativo regional, sobretodo el argentino y paraguayo.
Acotada entrega inicial, cómodas cuotas y entrega inmediata
Como todos sabemos, para "sacar la pata del lazo", hay que asumir la deuda con el FONDES y para ello, se requiere apenas (para muchos es eso, apenas) buen respaldo financiero, aval bancario o cosas por el estilo. Con ello se afrontan los 15 millones de dólares, los cuales se empiezan a pagar en cuotas mensuales en 2017 (solo intereses) y se sigue en 2018 (intereses más capital).
Quien asuma esa realidad se queda con el control de la empresa. Reiteramos: se queda con el control de la empresa ¿se entiende?, y puede acomodar tácitamente todos los zapallos en el carro a su leal saber y entender.
Viabilidad
Siempre los números pueden dar, y siempre depende de lo mismo: administración realista y eficiente y un poco de viento a favor.
El pasado mes de abril es quizás la más acabada muestra de los grandes números.
Volando diariamente dos veces a Buenos Aires y una a Asunción en operaciones regulares, más algunos chárteres, la facturación superó el millón doscientos mil dólares, estimándose el presupuesto mensual para el mismo período en poco más de un millón y medio de la misma moneda.
Esa facturación se ha logrado con solo tres vuelos diarios, fuera de temporada y con un factor de ocupación muy por debajo de lo que en circunstancias normales se lograría. Refiriéndonos precisamente al load factor declarado por Nicolás de los Santos a Teledoce, recientemente dijimos "Por su parte, el promedio de la industria según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que reúne al 85% de las aerolíneas del mundo, publicó el factor de ocupación promedio en Latinoamérica en 78,3% para este primer trimestre."
Según la tácitas reglas internacionales que refieren a la cantidad ideal de funcionarios por avión, las mismas se sitúan en 70 personas por aeronave. Si los tres Boeing estuviesen volando a tiempo completo, lo cual no ocurre, en la actualidad Alas Uruguay tendría (como tiene) 80 funcionarios por cada uno. Si bien este dato influye en los fríos números, no es complicado ya que la realidad indica que están cobrando la mitad del salario que indica el laudo como forma de capitalización. La regularización de este rubro se daría con el necesario, imprescindible y factible aumento de rutas y frecuencias en la malla de vuelos.
Es aquí y ahora
Si hay interesados, no deberían dejar pasar los días, y si nos permiten, multiplicamos la apuesta, no deberían dejar pasar las horas. La imagen de Alas Uruguay está muy deteriorada y a punto de desplomarse definitivamente y si ello ocurre, será ilevantable.
La irresponsabilidad, el desconocimiento en la materia y el morbo expresado por algunos comunicadores, sumado al amor al efímero sillón y a los micrófonos, por parte de Nicolás de los Santos y Sabrina Acevedo, son una alianza capaz de acelerar el proceso de modo insospechado.
Nos vemos.
Portal de América