por Sergio Antonio Herera, @DelPDA en Twitter

Hablamos de ombliguismo y no sólo en el discurso, porque ni los periodistas, ni los políticos entrevistados a posteriori (al menos hasta ahora que son casi las seis de la tarde en Uruguay, han dicho una sola palabra o han hecho la más mínima alusión a gravísimas referencias hechas directa e indirectamente por la viuda de Kirchner, a los países vecinos, concretamente Chile, Uruguay y Brasil.

"Vamos a seguir atendiendo en nuestros hospitales a los ciudadanos de los países vecinos en donde si no tenés dinero no te atienden", suponemos, en directa alusión a Chile.

"Los que veranean en Uruguay, saben lo que se puede hacer con un dólar, que seguramente es mucho menos que lo que se puede hacer acá".

"Tenemos una política de guerra contra el dengue porque alrededor, en las fronteras vecinas, tenemos un millón de infectados".

Después de dar porcentajes de inversión en India y China, dijo que Argentina tenía el 25% según el FMI, que luego venía Brasil con el 19% (de inmediato recordamos al Ministro Meyer cuando anunció que le habían ganado a Brasil en la cantidad de turistas ingresados) y a continuación, con palpable ironía, dijo que no nombraba "a los otros países que siempre nos ponen como ejemplo, porque ni siquiera figuran en esta lista...". Demás esá decir que los países que siempre le ponen como ejemplo son Chile y Uruguay.

Luego de denostar al Jefe de Gobierno porteño por el tema del Subte y de rezongar a todos los demás, con sus propias lágrimas, llamó a la unidad a los argentinos para que "no vengan desde afuera por nosotros cada vez que estamos desunidos".

Uno de los pasajes más increíbles fue cuando habló de Malvinas.

Desués de repartir tanta ironía y particular animosidad contra los países vecinos, comenzó este segmento del discurso hablando del fortalecimiento del relacionamiento con los vecinos "porque Malvinas es una causa regional" y rápidamente, tal vez dándose cuenta del error, giró abruptamente y volvió al ombligo para anunciar solemnemente, que había instruido al Canciller y a la embajadora, para renegociar con Gran bretaña el acuerdo de 1999 que incluia dos vuelos semanales operados por LAN, desde Punta Arenas, con escala en Río Gallegos hasta las islas y cambiarlo por tres vuelos semanales de Aerolíneas Argentinas, pero "desde Buenos Aires a Puerto Argentino", para lo cual, también había instruido convenientemente, según dijo, a Mariano Recalde.

¿Qué le contestarán desde Londres ante este planteamiento, pocas horas después de no haber dejado amarrar a dos cruceros con turistas a bordo porque provenían de Malvinas?.

Pero peor que eso, ¿que harán los gobiernos de América Latina -incluido el nuestro-, con la solidaridad demostrada no permitiendo el amarre de barcos con bandera de las Malvinas, al ver que la presidenta Argentina propone un vuelo directo con aviones de su línea de bandera a las mismísimas islas?.

Después del partido por la Copa Libertadores en que Vélez Sársfield le hizo 3 goles a Defensor en el Centenario, mi hijo me comentó: "los argentinos no aprenden más, escuchás a Niembro y a Clos en la tele y ya hablan de Vélez como si fuera el Barcelona, el año pasado hicieron lo mismo y así les fue".

Si algo no precisan los argentinos es que la presidenta les alimente el ego.

Quienes conocemos bien a la Argentina sabemos sobradamente de la riqueza de sus recursos naturales y humanos principalmente, tiene de todo exageradamente: increíbles paisajes, los cuatro climas, las Cataratas, los Glaciares, la Cordillera, el Océano, a Discépolo, a Cortez a Cabral, a Messi pero invariablemente ha fallado el termostato, se pasa del "que se vayan todos" al "dame dos", en un abrir y cerrar de ojos.

Por último, si bien no somos nacidos en ese suelo y habitamos fuera de sus fronteras, la influencia de Argentina en nuestra vida es tan enorme que estamos obligados a referirnos a su realidad, como si fuese propia, ¿cómo si fuese...?.

Nos vemos.

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