La medida motivada a  raíz de un cierto escándalo, es publicada en este medio con el título “Prohíben “famtours” a gobernantes franceses”.

Sea por una causa u otra, no deja de sorprender que provenga del gobernante de el país que recibe más visitantes del mundo, donde el turismo es una de sus principales fuentes de ingreso y cuya balanza turística es favorable al Turismo Receptivo. Pero no son cosas nuevas, el turismo es una de las actividades más disfrutables del ser humano, y por tanto una de las más envidiadas, por lo que toda restricción será sin duda bien recibida por amplios sectores de la población.

Los viajes de los políticos son un motivo de crítica permanente por parte de los respectivos partidos de oposición, especialmente de aquellos que no participan de ellos, aunque no es bueno generalizar.

Trascendió que en el gobierno de Néstor Kirchner se le pidió a los funcionarios que no tomaran sus vacaciones en Uruguay, algo que los hechos parecen demostrar y cuando se detecta la presencia de algún político destacado en Punta del Este, este es objeto de no pocas críticas. Al parecer es más aceptable viajar a Miami o Punta Cana que a un país vecino.

Pero esto puede estar avalado por los propios gobernantes uruguayos, que han tratado y tratan de no ser identificados con uno de los principales polos de desarrollo económico de ese país.

Para no hacer larga la historia de tantos casos como estos, recordemos solamente las múltiples críticas que recibió la señora de Obama por pasar unas cortas vacaciones con sus hijas en Marbella.

Es que el mundo se ha globalizado pero muchas mentalidades no quieren salir de la aldea. Contribuyen a esto aquellos dirigentes políticos que no asumen su posición de liderazgo y con una visión cortoplacista, evitar viajar hacia donde, como y cuando lo consideren necesario.

Como lo hacemos los periodistas cada vez que se nos presenta una oportunidad.    

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