Hasta el ajustado triunfo del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Macri había sostenido que la aerolínea de bandera debería pasar a la órbita privada. De allí en adelante, en lo que ahora se puede leer como un acierto a la vista de los resultados, eligió la definición "Que Aerolíneas Argentinas sea pública o privada no le cambia la vida a la gente" y ya en la recta final de la campaña electoral hacia el 25 de octubre, su discurso comprometía la permanencia dentro del patrimonio estatal de la aerolínea.

Quienes algo de esto entendemos profesionalmente junto a muchos observadores comunes coincidiremos que en su vida empresarial, si le hubiese tocado optar por el "negocio" de hacerse cargo de Aerolíneas Argentinas, sería realmente improbable que Macri alguna vez hubiese decidido positivamente al respecto. La coyuntura electoral lo fue envolviendo y llegó el momento que tuvo que recoger varias propuestas de sus opositores como propias y llevarlas adelante y entre ellas estuvo la que nos ocupa.

No sería de extrañar que él mismo o su alter ego Marcos Peña, hayan dicho en algunos de esos momentos de intercambio de ideas en la interna, parafraseando al Negro Olmedo: "si lo vamos a hacer hagámoslo bien".

Constantini: un DT que agarra un grande al borde del descenso

Los buenos técnicos de fútbol generalmente ven con buenos ojos que los contrate un equipo grande en apuros, al borde del descenso. Saben que con orden trabajo, inversión inteligente y una pizca de viento a favor, tienen grandes posibilidades de mejorar lo paupérrimo.

A Isela Constantini y al propio Mauricio Macri con Aerolíneas Argentinas les pasa lo mismo. Tienen sobradamente claro que nadie en toda la República Argentina con dos dedos de frente va a exigirles que la conviertan en una empresa rentable. Alcanzará con que la conviertan en una empresa eficiente y hasta les felicitarán si tiene un déficit decoroso.

A pesar que resulte temeraria nuestra afirmación creemos que esa meta en la actual coyuntura es altamente probable. Empezando por la elección de la CEO de General Motors, Macri demuestra que apuesta fuerte en la dirección que presumimos. Ya veremos la reducción drástica de la plantilla sin necesidad de generar desempleo. Colocar 5 mil empleados excedentes de Aerolíneas Argentinas en el inmenso Estado argentino no es ninguna misión imposible pero reducir cinco mil salarios en la inviable Aerolíneas Argentinas actual sería como tocarla con una varita mágica.

Ni hablar de la revisión del plan de negocios y la simple buena administración.

Aerolíneas Argentinas, contado por varios de sus propios funcionarios en Argentina y en el exterior es un agujero negro a la hora de calibrar su presupuesto. Ello ocurre por diversos factores en los que no falta el dispendio, la pésima administración y obviamente las actitudes non sanctas.

Es cierta una parte del relato de Mariano Recalde, es verdad que hay algunas cosas que funcionan bien como determinadas rutas por ejemplo las de EEUU que tienen muy buenos índices de ocupación tanto en pasajeros como en cargas. Sin ir muy lejos, el servicio del puente aéreo entre Buenos Aires y Montevideo a la hora de calibrar aeronaves y atención a bordo se ha catalogado como excelente.

Toda América Latina sabe por experiencia propia que el mercado emisor del turismo argentino es de lo mejor. No es ninguna utopía especular entonces con muy buenos índices de aprovechamiento de la malla que se determine tanto en el emisivo como en el receptivo. El "retorno" de Argentina al mundo, de la mano de la nueva diplomacia y de la recuperación del nivel de comercio exterior permite avizorar un interesante escenario de doble vía para la compañía de bandera, o sea, el ideal para cualquier empresa de transporte.

Basta ver el beneplácito de los más representativos líderes mundiales expresado a Macri a pocas horas de su triunfo electoral. El presidente electo como hombre inteligente que es, sabe que está frente a una oportunidad histórica y dada su posición personal, es fácil entender que "viene por el bronce".

En la nada descabellada hipótesis que a Macri le vaya bien en su gobierno, no debe haber en su entorno mejor herramienta que Aerolíneas Argentinas para convertirla en un ícono de buena gestión.

Las aerolíneas bien gestionadas se convierten en eficientes pero su margen de contribución, por la propia composición del negocio aéreo es muy reducido entonces por lo tanto, deben extremar el cuidado ya que están expuestas a los conocidos imponderables: el precio del petróleo; las pestes; el terrorismo; los fenómenos climáticos entre otros. Pero en el caso del gobierno que se estrena el próximo 10 del corriente, el mayor peligro que le ronda para toda su gestión, incluida la de la aerolínea de bandera se llama peronismo.

Desde este lugar de opinión, deseamos el mayor de los éxitos a Aerolíneas Argentinas ya que le hará bien a la región, inclusive no lo dudamos a una empresa nuestra como Alas Uruguay la que puede beneficiarse complementariamente.

Para el cierre lo del título, apostamos a que Aerolíneas Argentinas pueda convertirse en un ícono del nuevo gobierno.

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