Diferentes personalidades del turismo internacional están indignadas ante este dato de la realidad que demuestra con toda la crueldad, el modus operandi de estos organismos ideados por mentes privilegiadas, especialistas en la creación de estos aparatos universales del "chamuyo" que insólitamente han ganado no solamente prestigio, sino el apoyo incondicional de los gobiernos necesitados de ciertos reconocimientos o mimos al mejor estilo diplomático. Por ejemplo, la denominación de "Uruguay caso de éxito" por la leyenda generada por el actual gobierno que dice sin certificarlo, que llevó desde el 2005 hasta el presente el ingreso de turistas internacionales de 500 mil a más de tres millones de personas... También otorga denominaciones como por ejemplo "prototipo de la desestacionalización" como es el caso de "Punta del Este 365", logrado con mucho lobby precisamente e insistencia, por Destino Punta del Este y el incansable celo de su director Ramón de Isequilla. Claro que esta denominación fue antes de este invierno en el que acaban de cerrar más de medio centenar de hoteles y decenas de comercios de diferentes rubros en el este uruguayo, región a la que "no le avisaron" que estaba desestacionalizada para la OMT y el Ministerio de Turismo de Uruguay..

Los empresarios tienen la palabra
En diciembre de 2015, cuando fue lanzada la "1a Reunión Iberoamericana de la OMT sobre economía colaborativa en el alojamiento turístico", con una conferencia en la sede de la AHRU de Montevideo, estuvimos presentes y le hicimos saber a la mesa compuesta por Jordi J. Busquets, Presidente de la International Hotel & Restaurant Association (IHRA), el Presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo y AHRU, Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, Contador Juan Martínez Escrich y el asesor legal de ambas corporaciones uruguayas, el Doctor Julio Facal, nuestras dudas acerca de la utilidad de darle participación al binomio OMT-Mintur. Ese día en nuestra cobertura escribimos: "Es una preocupación comprensible (nos referíamos a los convocantes), aparece como lógica la convocatoria a nivel iberoamericano pero como lo expresamos en la oportunidad, desde ya, planteamos nuestras más serias dudas que la iniciativa pueda llegar a la meta perseguida. En principio por lo compleja de la situación, hablamos de gigantes multinacionales contra asociaciones hoteleras que en todos lados tienen muchas carencias por la falta de compromiso de la mayoría de los miembros que dejan a la buena de Dios a unos pocos dirigentes. Pero nuestra principal duda está basada en que por imperio de las circunstancias se debe dar cabida sí o sí a la OMT y ésta exigió como lo hace siempre por norma, la participación de un país miembro como sede y en este caso quien asumió el compromiso fue Uruguay, con el Mintur como protagonista. Como lo hemos destacado en múltiples ocasiones en los últimos años, la conjunción OMT/Mintur ha aparejado muchos anuncios rimbombantes que se han diluído en el tiempo, como por ejemplo, la Cuenta Satélite de Turismo, el Prototipo Punta del este 365 y la dudosa certeza de los datos estadísticos que con un casi adictivo recelo se empeñan en mediatizar ambas instituciones."

La OMT tiene más de cuatro décadas y en numerosas instancias y con distintos Secretarios Generales ha tratado de que sus decisiones y acuerdos tengan carácter vinculante. Pero nunca se ha avanzado en este sentido, por lo que estamos ante un organismo de relativa autoridad.

La oposición de los Estados Miembros a esta idea ha sido permanentemente rotunda, especialmente de los países ricos y más desarrollados. Han habido intentos como alguno de Certificación de Sustentabilidad a nivel mundial. sin fines de lucro, administrado por la OMT con un Comité de Estados Miembros que podría garantizar su ecuanimidad, pero los propios Estados se opusieron. Tal vez el error en la propuesta fue que no tuviese fines de lucro...

Tampoco el Código Ético tiene carácter vinculante, pese a haber sido negociado por más de 4 años y aprobado por unanimidad en 1999. Es por ello que ahora, a instancias del Comité Mundial de Ética del Turismo, se está debatiendo la idea de convertirlo en una Convención Internacional vinculante, al menos para aquellos Estados que decidan firmar la futura Convención. Para que entre en vigor, esta Convención requerirá que al menos 10 Estados la suscriban; y en casi todos los países donde hay democracia, la adhesión a una Convención Internacional vinculante requiere la aprobación de su respectivo Congreso nacional, no sólo del Ejecutivo.

Nosotros estamos convencidos que en este momento, corporaciones nacionales y regionales de nuestra "comarca" latinoamericana por ejemplo; como debe pasarle a muchas de las naciones africanas y quizás algunas asiáticas, no están debidamente representadas por la OMT ante la hegemonía de los países centrales en materia turística y les va a seguir pasando in eternum, lo que les acaba de ocurrir con el caso de Airbnb a los más de 150 participantes de ocho países que se congregaron en Montevideo a principios de abril pasado.

Contrariamente a la suposición generalizada, la OMT no es parte de la ONU, no es un organismo creado por las Naciones Unidas sino que, como lo describe Miguiel Ángel Acerenza "Se trata de una Institución Intergubernamental Independiente que voluntariamente suscribió un Acuerdo de Cooperación con las Naciones Unidas por el cual convino en aceptar el Estatuto de la Dependencia Común de Inspección, en aplicar las prácticas y formularios estándar que recomienda las Naciones Unidas, y en trasmitir sus proyectos de presupuesto para que la Asamblea General de las Naciones Unidas los pueda examinar y formular recomendaciones de conformidad con el párrafo 3 del Artículo 17 de la Carta de las Naciones Unidas.   Por lo cual las Naciones Unidas le ha conferido el Estatuto de Organismo Especializado de la organización."

Además, agregamos ahora, la OMT en materia de  estadísticas no cumple con las recomendaciones de las Naciones Unidas, la que precisa que la unidad de medida de los viajes internacionales es el "visitante" y no el turista.  No logramos entender como la ONU no le ha llamado la atención a esta organización todavía, que sigue pensando que todos los viajeros son turistas.
¿No llama la atención la cantidad de reuniones que organiza la OMT por cada rincón del planeta y a cada rato?   ¿Quíen paga esos viajes y los viáticos de los funcionarios a esas reuniones?. Los organismos de la ONU no realizan tantas reuniones. Es curioso, ¿verdad?

La mirada del analista internacional mexicano Carlos Velázquez, publicada recientemente en Dinero en Imagen del diario Excelsior nos da un panorama contundente de cómo se maneja la sucesión de los secretarios generales de la OMT:

"La crisis política por la que atraviesa Brasil, después de que Dilma Rousseff fue suspendida de la Presidencia, está dejando una estela de “muertos y heridos” políticos.
Una historia de ese estilo es la que podría escribirse en el interior de la Organización Mundial del Turismo (OMT), pues existe la tradición de que el secretario general prepara con dos años de anticipación la sucesión a su cargo. Así sucedió cuando el mexicano Antonio Enríquez  Savignac protegió como segundo de a bordo a Francesco Frangialli, quien asumió la secretaría general de manera interina para después encumbrarse formalmente. Algo parecido ocurrió cuando Frangialli apoyó a Taleb Rifai, actual secretario general, para que al final asumiera el cargo. Ahora Rifai estaba haciendo lo propio con Márcio Favilla, director ejecutivo de Competitividad, Relaciones Exteriores y Asociaciones de la OMT. La gran duda que hoy tienen quienes se mueven en el mundo de la diplomacia y el turismo consiste en saber si Favilla logrará conseguir a tiempo los apoyos necesarios, cuando su país está corriendo una novela que nadie sabe cómo acabará."

Cabe precisar que han habido planteos en numerosas oportunidades en el sentido de que la elección sea abierta y que todos los Estados miembros puedan votar, cada uno un voto. Lamentablemente, se ha mantenido un sistema cerrado, es decir, elección de un único candidato por el Consejo Ejecutivo (30 Estados) y luego su simple ratificación por la Asamblea General. Este sistema permite o al menos facilita que las candidaturas sean "negociadas" en un grupo más chico y no abiertas a los 160 Estados miembros, lo que da lugar a presiones, a designaciones "a dedo", acuerdos entre bambalinas, y otras yerbas, inaugurados precisamente por el mexicano Savignac, como lo señala su compatriota Velázquez.

En definitiva, creemos que ha llegado la hora que el empresariado de afuera de los países centrales comience a revisar alguna alternativa a la OMT.

Quizás un buen ejemplo a imitar sea el de la IATA, que rige con éxito y ecuanimidad el funcionamiento de las principales aerolíneas del mundo entero.

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