La segunda es la denuncia de la explotación sexual en América Latina, en la Argentina, y en algunas localidades específicas de este país, vinculadas al turismo.

Conductas aberrantes y condenables, que lamentablemente subsisten pese a que mucho se trabaja para reprimirlas y la legislación ha avanzado considerablemente en varios países.

Ya hace muchos años que Francia condenó a un ciudadano por sus faltas cometidas en el sudeste asiático, siendo el primer caso de aplicación de la extraterritorialidad que recordamos.

Son hechos cotidianos, que suceden fundamentalmente en la vida cotidiana, entre habitantes de una misma comunidad, tal cual nos lo ilustran los medios de prensa locales.

Problemas sociales, culturales y económicos que existen con o sin turismo, aunque el turismo como fenómeno de masas que es, puede agrandar el problema en determinados destinos.

Viajar actúa como un deshinibidor y el viajero actúa -en muchos aspectos- como jamás lo haría normalmente, pero asignar a la actividad turística  la responsabilidad del Turismo Sexual Infantil (TSI) debe ser objeto de un estudio más cuidadoso.

El TSI es minoritario en lo que se refiere a las motivaciones del turismo y lo demuestran numerosos estudios al respecto.

Pero sin duda el gran causante de este y otros grandes males que aquejan a tantos millones de personas, son la pobreza y el hambre. Los países más pobres y desfavorecidos son a donde se dirige ese tipo de turismo, curiosamente proveniente de “países centrales” donde se estima que la cultura y el respeto por la divinidad humana deberían prevalecer.

Pero sobre estos temas tan difíciles no podemos ir más allá de esbozar estos conceptos generales.

De todos modos afirmamos que nuestro ideal de propuesta turística ha sido siempre al viaje familiar, por motivos culturales y descanso, rechazando un simplismo que idealizaba el “destino del todo vale” apelando a determinados modelos por todos conocidos.

Pero no queremos cerrar estas líneas sin apelar a la responsabilidad de los distintos actores de la Industria.

En el caso del acoso al personal de servicio, permanente víctima de estas conductas, existen muchas prácticas tendientes a minimizarlas. El continúo entrenamiento y el fiel cumplimiento de esas pautas debe ser permanentemente monitoreado. Incluso en el caso del suceso narrado al principio, las mismas no parecen haberse cumplido a rigor.

También deben extremarse las medidas para que quienes estén en el “front line” de atención a los viajeros no actúen como intermediarios entre los turistas y las redes de prostitución; aquí se impone la concientización, un estricto control y las más duras sanciones.

Sabemos que no es fácil y que muchas empresas saben, que más allá de su responsabilidad corporativa, también ellas y sus clientes, pueden verse envueltos en situaciones nada deseables.

Existen legislaciones que penan severamente a los organizadores de viajes TSI y estas debe ser extendidas a más países y fiscalizadas estrictamente.
Hoy día es una realidad que rompe los ojos, la publicidad de una gran variedad de productos, que contiene mensajes de alto contenido erótico. Sin temor a pecar de mojigatos, entendemos que es la responsabilidad de muchas Oficinas de Turismo no hacer de estos mensajes el centro de sus comunicaciones publicitarios.

Estos temas son también, parte de menú del periodismo turístico y es por ello que en nuestro medio, siempre estamos intentando capacitar.

Continuaremos en el tratamiento de ésta y otras problemáticas relacionadas con los viajes y el turismo, intentando comunicar con certeza todo aquello que sean prácticas reñidas con la moral y las buenas costumbres, pues ingnorarlas, es facilitar que se sigan cometiendo.

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